ZONA CRÍTICA: La experiencia de los libros digitales

Lo importante es leer contenidos de calidad, el formato siempre será secundario.

Pero algunos están convencidos de que el formato, si es funcional, puede contribuir a que la experiencia de la lectura sea más placentera.

Si hablamos de libros digitales, la funcionalidad es vital.

El que tenga la necesidad de leer (porque leer, para mucha gente, además de placer, es necesidad) se las arreglará para hacerlo donde pueda.

Convendría, no obstante, contar con los implementos adecuados para acceder a un libro digital.

Y si lo que pretendemos es estimular la lectura entre los que leen poco o no leen nada, si promovemos el libro en su formato digital, lo ideal sería propiciar un acceso satisfactorio.

La buena noticia es que cientos de miles de cubanos, por no decir millones, cuentan con la tecnología que les permitiría leer y transportar, entre comillas, bibliotecas completas en el bolsillo de su pantalón.

Y los libros están. Los que tengan acceso a internet, que no son pocos, solo deberían hacer una indagación elemental en los motores de búsqueda.

Los que no, tienen a su disposición el patrimonio que atesoran en ese formato las bibliotecas públicas y otras instituciones. Sin contar con un fenómeno recurrente en estos tiempos: compartir, que para eso existe Zapya.

Libros hay, aunque ciertamente pudiera haber más libros cubanos.

Las experiencias de las pasadas Ferias del Libro, en cuanto a la socialización de los libros digitales, fueron interesantes. Hablan de un potencial insuficientemente aprovechado.

El libro digital, por otra parte, todavía no ha cubierto todas sus posibilidades. Hasta ahora, en sentido general, se trata de reproducir las prácticas del libro convencional. Pero el mundo de la multimedia augura otras experiencias.

Se pudiera comenzar a hablar también de audiolibros, donde estamos en pañales.

Algunos temen que esta revolución de los libros digitales vaya en contra de los libros de toda la vida, los de papel.

Son temores infundados: ese es un formato que llegó para quedarse, ha permanecido por siglos.

Todo parece indicar que habrá libros de papel por mucho tiempo más, así que, románticos de la lectura, lean en papel, lean en su tableta o en su celular. Pero lean. Eso siempre será lo más importante.