Puntales del baloncesto cubano calibran bajo presión a otro nivel

Indiscutiblemente Javier Jústiz, Jasiel Rivero, y Karel Guzmán son puntales de la selección masculina de baloncesto. Como también lo son Yuniskel Molina, Lisván Valdés, Yoanki Menciá, Osmel Oliva y Oreste Torres, al menos desde mi modesta perspectiva.

Todos esos jugadores mencionados se han desempeñado de alguna forma en Ligas foráneas, al amparo de la nueva política de contratación a deportistas, puesta en vigor desde el 2013.

Y no son los únicos, igualmente lo han hecho Pedro Roque, y otros talentos noveles.

Estas líneas van de básquet, de cómo la presencia en esos escenarios ha hecho que esos jugadores hayan no solo elevado su nivel de juego en el orden individual, sino también adquirido otras visiones desde el punto de vista táctico, sobre cómo encarar situaciones determinadas durante choques tensos, hurgar en la búsqueda de un rendimiento superior, cercano a los 360 grados. Capaces además de pulir errores arrastrados durante cierto tiempo…

Claro, que su presencia en tales escenarios lógicamente conlleva a que la Liga Superior vea disminuido su poder de fuego, al menos en calidad o protagonismo de dichas figuras en sus respectivos quintetos.
Los casos que traemos a colación son precisamente los de tres efectivos antillanos con desempeños loables y mentalidad de crecimiento perenne en el baloncesto español y argentino:

Jústiz, la torre indómita

Un portento físico de 2.10 metros de estatura puede considerarse un jugador resolutivo y talentoso en casi cualquier baloncesto del planeta, incluso en la NBA. Si encima es zurdo, sus posibilidades de explotar ese talento aumentan en un porcentaje no despreciable. En cualquier disciplina son poco comunes los de la llamada mano equivocada.

También es real que para un jugador Latino, caribeño, y más aún cubano, adaptarse en una primera temporada a las características de un certamen tan exigente como la Liga Endesa española cuesta.
A todo eso ha hecho caso omiso Jústiz en el Tecnyconta Zaragoza. Sus números en etapa regular, siendo jugador de cambio, así lo confirman: 210 puntos, 138 rebotes, 24 tapones, y 66% en tiros libres.

Por si eso no bastara se convirtió en referente del Zaragoza en la primera serie de play oof, cuartos de final, al compilar dobles dígitos en sus dos apariciones. En el primer duelo trabajó para 11 cartones, cuatro tableros y dos tapones; mientras en el segundo, el que les garantizó presencia en semis compiló 14 unidades, cinco capturas bajo el aro y una tapa.

Ahora su elenco enfrentará al dificilísimo Barcelona, dueño de 18 cetros en esa competición y verdugo igualmente en dos desafíos del Divina Joventut.

Respecto a esa serie y su desempeño en sentido general, Jústiz expresó a la agencia EFE:

“Será una ronda que nos va a costar mucho superarla porque nos enfrentamos a uno de los mejores equipos de Europa. Sin embargo, Baskonia también lo era y conseguimos vencerlos, por eso creo que no nos va a costar mucho trabajo mentalizarnos para lo que se nos avecina. Ahora hay que preparar una serie contra un equipo que está acostumbrado a jugar cada año estas eliminatorias.

Esto ha sido un sueño, una hazaña. Estoy muy contento por haber conseguido lograr todo esto en mi primer año en un torneo tan duro como este”.

Jasiel: Un paso más y llegamos

Me gustaría comparar la constancia de Jasiel Rivero con el lema de los Cuban Sugar Kings, elenco beisbolero que estuvo a punto de convertirse en franquicia de Grandes Ligas.

Y es que la constancia de Jasiel ha sido inigualable. Ha dejado huella en Uruguay, superado lesiones e intervención quirúrgica, se ha aferrado a su sueño y con total enfoque ahora es referente del Boca Juniors argentino.

Disputa la fase de cuartos de final con su quinteto y en tres desafíos acumula 58 puntos y 31 tableros, convertido en bujía de su plantel, que pierde 1-2 esa serie frente al puntero de la clasificatoria, y más sólido candidato a la corona, San Lorenzo de Almagro.

Jasiel, cedido precisamente por el Burgos ibérico al Boca albiceleste, está cada vez más cerca de aterrizar su presencia en ese club ibérico, con el que fichó por cuatro campañas.

Antes, en preliminares de esa lid su impecable hoja de servicios incluyó ser líder en eficiencia con inmejorable 21.3% en 37 desafíos, una unidad completa más que su más cercano perseguidor, Devon Scott (20.3%). Asimismo lideró a los anotadores con 707 cartones, para un 19.1 como media. A la vanguardia estuvo igualmente en libres convertidos (165 en 244, para un todavía perfectible 67.6%, a razón de 4.5 por cada actuación).

Redondeó ese performance con el séptimo escaño entre los taponeros (34-0.9 por desafío); el sexto entre los de mayor número de dobles convertidos (208); segundo en promedio de faltas recibidas (220-5.9 por acto); y décimo en minutos sobre el tabloncillo, a razón de 31 por encuentro.

Sin el tamaño aval de sus coequiperos y en calidad de suplente en el Olímpico Ciclista que también anda inmerso en los play off de Argentina, Karel Guzmán sumaba 15 unidades en dos desafíos, con una decena de rebotes y cuatro tapones.

Lo cierto es que de a poco, nuestras principales cartas insertadas en competiciones cualitativamente superiores se muestran más sueltos y seguros en sus respectivos desempeños. De mantener esa curva de crecimiento es justo pensar que cuando se concentren en la preselección nacional y disputen desafíos internacionales, mejoren sus performances y por consiguiente, los del conjunto de la Mayor de las Antillas.

Si miramos al baloncesto varonil con el mismo prisma con el que el balonmano se adueñó del cetro en los Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla y ahora más recientemente logró clasificaciones en uno y otro sexo a Campeonatos Mundiales cabría pensar que de cara a futuros torneos como el preolímpico de las Américas del próximo año, nuestro elenco estará mejor preparado, aun cuando siendo objetivos, carezcan de aspiraciones de clasificación.

La contratación de deportistas y la dinámica de clubes no son, ni serán la solución definitiva, o la variable de mayor peso en el desarrollo del deporte cubano. Sí es un sistema, sustentado en la creciente mercantilización que rige el entramado universal tanto en deportes colectivos como individuales hoy día y al cual no se le puede volver la espalda.

El voleibol varonil está a punto de lograr un acuerdo favorable para todas las partes en ese sentido con varios jugadores de la magnitud de Robertlandy Simón, Raydel Hierrezuelo y Maykel Sánchez en calidad de pioneros para su reincorporación al amparo de nuestra Federación al equipo nacional.

Unir esfuerzos siempre ha sido mejor que desterrar. La búsqueda de fórmulas constituye una cuestión medular. El básquet masculino hasta ahora lanza una canasta desde más allá del perímetro y encesta con éxito. Por ahora toca seguir los rendimientos de Jústiz, Rivero, Guzmán y cualquier otro que tenga en la entrega y sed de evolucionar dos de sus divisas, sea cual sea el escenario de realización.