Patadas doradas de Rafael Alba y la moraleja de Manchester

Patadas doradas de Rafael Alba y la moraleja de Manchester
Fecha de publicación: 
30 Mayo 2019
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Rafael Alba es el mejor taekwondoca cubano en la actualidad sin discusión. Hace caso omiso del escaso roce competitivo que posee esa disciplina. No mellan sus aspiraciones ni la precisión de sus patadas voladoras por el hecho de no contar con toda la infraestructura idónea (petos electrónicos) para encarar los entrenamientos, destila enfoque y en cada oportunidad se lo hace saber a sus rivales…

Su más reciente examen en el Mundial de Manchester lo vio emerger nuevamente rey de la división súper pesada (+87 kg), ante la presencia de 35 contendientes, incluidos los mejores exponentes de la categoría. Sucede que tratándose de una lid punteable para el ranking de clasificación olímpica rumbo a Tokio 2020, nadie quiso ausentarse del festín e ir en busca de la guinda.

Para Alba, nacido el 12 de agosto de 1993, con 2.02 metros de estatura, el alcance y dominio de las distancias como una de sus principales virtudes a la hora de lanzar patadas voladoras, esta representó su tercera presea al máximo nivel universal, luego de su título en Puebla 2013 y el bronce de Chelíabinsk 2015.

Ahora, en los Dojang británicos el santiaguero, que igualmente descuella por su técnica, velocidad, repertorio y precisión a la hora de ejecutar sus acciones ofensivas, barrió con sus cinco oponentes, todos mejor posicionados en los escalafones del orbe y olímpico. Algunos además, se antojarán rivales directos tanto en los Juegos Panamericanos de Lima, como quizás también luego el año próximo en la magna cita bajo los cinco aros de suelo nipón.

Rompió el hielo 12-7 sobre el estadounidense Jonathan Healy (17 del ranking olímpico-174.51 puntos); apabulló 27-6 al croata Vedran Golec (13-202.54); en cruenta batalla superó 16-11 al sudcoreano In Kyo-don (2do-433.01; y líder indiscutible en el +87 universal).

No menos exigente devino su pleito semifinal ante el brasileño Maicon Andrade Siqueira (23-141.87) a quien en definitiva hizo hincar la rodilla 17-13. Una vendetta, pues Siqueira lo había doblegado en el Open de Asunción 2015, en el único enfrentamiento particular previo entre ambos.

Así lo sorprendió la final, un duelo extremadamente táctico con el mexicano Carlos Sansores (39-87.75), sobre quien concluyó airoso su andadura dorada por 9-5. Segunda sonrisa para Alba sobre Sansores, pues hace poco más de un mes lo había barrido 9-0 en el Open de México.

El rendimiento de Alba, sumado al éxito de José Ángel Cobas (80 kg) 13-10 a costa del eslovaco David Sajko en su debut, colocaron a Cuba en la séptima plaza de la tabla de puntuación por naciones del sexo masculino con 129 unidades. Sudcorea (315), Rusia (221), China (167), Gran Bretaña (149), Azerbaiyán (148), e Italia (140), nos antecedieron.

En el caso de Cobas perdió 4-17 en su segunda salida frente al fuera de serie azerbaiyano y a la postre monarca, Milad Beigi (3ro del escalafón avalado por 368.21 rayas). De hecho, salvo el griego Apostolos Telikostoglou, a quien venció 22-12 en la final, a nuestro exponente fue al segundo que menor ventaja le sacó Beigi.

Por preseas fue el ocho, el número agraciado, dentro de una tabla liderada por sudcoreanos (4-1-2), británicos (3-0-1), chinos (2-2-3), Tailandia (2-0-1), rusos (1-2-1), Turquía (1-1-2), y azeríes (1-0-1). México (0-3-1) y Brasil (0-2-3) recalaron en los escaños diez y 11, respectivamente.

Hablábamos de moraleja. Ciertamente lo acaecido en Manchester tiene varias. Nuestras representantes del elenco femenino no pudieron pasar de su presentación inicial: Yania Aguirre (49 kg) fracasó 18-24 versus la ucraniana Oleksandra Danshina; Tamara Robles (57) fue víctima 4-10 de la taipeiana Lo Chia-ling; Arlettys Acosta 3-5 cara a cara con la iraní Kimia Hemmati en los 67; y Glenhis Hernández (73) recibió superioridad técnica 0-21 de manos de la sudcoreana Lee Da-bin.

Una lectura objetiva pasa por el hecho de que nuestras taekwondocas aún distan de ese entorno supremo de élite. Algunos marcadores así lo reflejan, y si a eso le sumamos la casi nula presencias en eventos de rigor pertenecientes al circuito Mundial, con tajadas para los respectivos rankings divisionales…

Ciertamente en América, México, República Dominicana, Estados Unidos y algunas individualidades de Brasil, Canadá y Argentina, constituyen los principales escollos, pero esos taekwondocas no dejan de probarse en escenarios competitivos de elevada exigencia mientras los nuestros padecen de ostracismo doméstico. Tanto técnica como tácticamente eso les pasa facturas cuando se enfrentan a certámenes de mayor nivel cualitativo.

Otra variable no menos real pasa por el cambio en su sistema de golpeo y adaptabilidad a los nuevos petos electrónicos, con los cuales, por su elevado costo, nos es imposible entrenar o cubrir en casa con todas las de la ley.
La superficie de contacto varía y hay que readaptarse a la hora cero para buscar mayor eficiencia y precisión con los golpeos, fundamentalmente los asociados a las patadas, medulares en esta disciplina.

De hecho, a este lado del Atlántico, únicamente aztecas y brasileñas pudieron colar a dos chicas en el podio de premiaciones, algo que también pudieron materializar sus homólogos.

El Mundial de Manchester se antojó otro termómetro previo al concurso de los Juegos Panamericanos de Lima. Habrá que esperar a ver a cuánto asciende el aporte de ese deporte al medallero de Cuba, urgida de que cada disciplina de las llamadas contribuyentes se comporte al máximo de sus posibilidades.

En Toronto la foja antillana fue de 3-0-2, aupados por Alba, Cobas y Aguirre. Por ahora, Rafael Alba es la única carta segura por la cual apostar. ¿Podrán reeditar sus coronas? El Dojang tendrá la última palabra.

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