Kilogramos, presión, rivales… demasiado para Sergio Álvarez y Yasmani Romero
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Tal y como lo habíamos vaticinado, los rivales, kilogramos y la presión fueron demasiado para el pesista matancero Sergio Álvarez y su coequipero tunero Yasmani Romero en la división de los 56 kilogramos.
Era la tarea del indio poder acceder a una presea, como levantar el mismísimo Complejo Ecxel londinense sobre sus hombros.
No quiero parecer derrotista, tampoco hacía falta tener dotes de pitoniso para vaticinar quienes serían los principales aspirantes al podio: los chinos Jingbiao Wu, as universal con 292 (133-159), el azerí Valentin Hristov, as europeo, y el vietnamita Le Quoc Tran, a quienes se sumaron como revelaciones el tunecino de 23 abriles, Khalil El Maoui, amén de ser descalificado en el envión; y el líder de la agrupación B y plusmarquista estival con solo 20, el coreano democrático Yun Chol Om al totalizar 293 kg (125-168).
La premonición no se cumplió en materia de favoritismo, pero sumamente difícil resulta el hecho de que un plusmarquista estival no se haga de la corona. Entonces honor y la merecida gloria del Olimpo para Om, gracias a un envión de 168 que además constituyó primado del orbe. A sus espaldas cabizbajos Jingbiao 289 (133-156) y Hristov 286 (127-159).
A Sergio Álvarez no le bastaron sus 32 años y el hecho de ser esta su tercera presencia en citas estivales. Su arranque final de 121kg, bien por debajo de los punteros condicionó el hecho de iniciar el envión con 150, peso que finalmente lo eclipsó en sus tres ejercicios, aquejado en el último de ellos por molestias en la espalda. En definitiva se fue en blanco y su descalificación lo aleja de sus performances precedentes: el quinto escaño de Sydney’00 y el sexto puesto en Beijing’08 gracias a biatlón de 272 kg (120-152).
Entonces, a pesar de sus discretas alzadas, fue el tunero Romero —estaba precedido del número 11 del ranking universal de la temporada con 257 (110-147) en el certamen continental de Antigua, Guatemala— el de mejor competencia, pese a culminar cuarto del apartado B con 258 (112-146). Quiso el destino que nuevamente el 11 fuera su número de la verdad entre los 18 competidores.
Incluso los otros tres representantes de Latinoamérica anclaron en mejores posiciones que los nuestros: el mexicano José Lino Montes sacando fuerzas extremas en el llamado clean and jerk con 157 kg que le valieron la sexta plaza 269 (112-157), y los colombianos Sergio Rada 269 (118-151) y Carlos Berna 268 (118-150).
Entre las damas de los 53 kg también los ojos rasgados cobraron protagonismo por intermedio de la kazaja y reina Zulfiya Chinshanlo, con registro cúspide absoluto mundial de 226 kg (95-131), superior a la taipeiana Ching-Shu Hsu 219 (96-123) y la moldava Cristina Iovu 219 (99-120), tercera por poseer mayor peso corporal.
Nosotros, por el momento, seguimos a la espera, pues desde la corona de Pablo Lara (76 kg) en Atlanta’96, ningún halterista cubano ha podido escalar al podio de premiaciones en Juegos Olímpicos.
Tres ciclos, en los que por una razón u otra se han desvanecido las esperanzas a la hora cero. Potencialidades tuvimos siempre, Idalberto Aranda (77), Yoandris Hernández (94), Yordanis Borrero (69) y el propio Álvarez Boulet (56), por solo citar algunos.
Quedan por Cuba Iván Cámbar (77kg) y el doble medallista universal de envión, el pinero Yoelmis Hernández (85).
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