La mujer cubana: una fuerza decisiva (+ VIDEO)

La mujer cubana: una fuerza decisiva (+ VIDEO)
Fecha de publicación: 
3 Febrero 2019
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Yolanda Ferrer Gómez, fundadora de la FMC, tuvo la responsabilidad de ocupar la dirección de esta organización cuando Vilma desapareció físicamente. Con una voz entrecortada, tratando de ocultar la emoción que le produce desempolvar estos recuerdos, transcurrieron cerca de dos horas de una conversación cuyo eje central fue el empoderamiento de la mujer en Cuba.

¿Cómo se ha venido empoderando la mujer en Cuba?

Al triunfo de la Revolución eran muy pocas las mujeres que tenían una participación activa en la vida pública. En la fuerza laboral del país las mujeres eran cerca de 194 mil, eso representaba el 12% de los trabajadores de Cuba en aquel entonces, y no todas tenían salario por el trabajo que realizaban. Las féminas trabajaban en sectores tradicionales: educación, tabacaleras, pero de ese 12%, el 70% trabajaba en el servicio doméstico en las peores condiciones. Hoy las mujeres representan el 49% de la fuerza laboral activa en el sector estatal civil, y el 39% en el sector del trabajo por cuenta propia. Estos datos son ejemplo de cuánto se ha avanzado en estos 60 años de Revolución, en un país donde las mujeres eran la mayoría de los analfabetos, hoy son el 66% de los técnicos y profesionales del país en el sector estatal civil, y también son mayoría en las universidades, donde al triunfo de la Revolución era un 1%.

Esa elevación del nivel cultural, educacional, de la preparación de las mujeres, en la cual tuvo una participación decisiva y activa la Federación, tiene que ver con la participación de las mujeres en los sectores de dirección del país. Antes de la Revolución podían contarse con una mano a las mujeres con responsabilidades en la dirección, que en la actualidad representan el 48%: existe una vicepresidenta de los Consejos de Estado y de Ministros, tres vicepresidentas del Consejo de Estado, existe un grupo importante de ministras y son el 53.22% en el Parlamento cubano, son un poco más de la mitad en las Asambleas Provinciales y son un 35% de los delegados y delegadas de circunscripción. Ha habido un empoderamiento de la mujer que tiene que ver con su participación activa en todos los ámbitos y a todos los niveles de la vida económica, política, social y cultural de nuestro país.

¿Qué representó Vilma en este proceso?

Vilma tuvo la gran responsabilidad y el gran mérito de haber dirigido una Revolución dentro de la Revolución. Vilma es el corazón de la Federación, su motor impulsor. Ella fue un símbolo muy importante para las mujeres cubanas por su autoridad, su prestigio, sus ideas revolucionarias, la forma de enseñar, su modestia; ella era heroína de la Revolución, pero se sintió como una más entre las mujeres cubanas y eso se percibía en todos los momentos de la vida, y las mujeres tenían un sentido muy alto de la consagración de Vilma. Ella fue intérprete fiel de las ideas de Fidel en lo que corresponde a la igualdad de la mujer, pero, además, muy creativa. Cuando ella tomó conciencia de la importancia de ese movimiento de mujeres para la Revolución y de la responsabilidad que tenía el proceso revolucionario con las mujeres, ella le hizo aportes fundamentales a este proceso. Lograr la unidad no fue algo fácil, sin embargo, se desarrolló y se consolidó.

El legado del pensamiento político de Vilma, sus concepciones teóricas de avanzada, sobre todo en lo concerniente al papel de la mujer en la sociedad y en la Revolución, son elementos que ella le imprime a la organización, inclusive, la batalla por la igualdad de género. Ella y Fidel se adelantan a su tiempo en toda una serie de concepciones sobre el género que van a surgir a mediados y finales de la década de los 70, que es cuando las feministas académicas hablan de una categoría de género y empiezan a abordar todos estos conceptos de lo femenino, lo masculino.

Una de las primeras tareas que le encomienda Fidel a la Revolución y que encabezó Vilma es la creación de los círculos infantiles, y estas organizaciones surgen con un concepto de género. En ese lugar se van a compartir entre las niñas y los niños deberes y derechos, no van a existir juegos para niñas y juegos para niños. Comienza así un proceso de transformación de las ideas arraigadas en nuestra sociedad de los papeles en los que se educa a la población de lo que deben ser las mujeres y de lo que deben ser los hombres. Vilma, en todas estas concepciones, va marcando una pauta y va formando a los cuadros de la organización. Es muy importante también el papel que ella juega en sus concepciones organizativas: a ella le gustaba mucho trabajar en equipo, constituir equipos de trabajo y escucharlos a todos, y así surge la estructura de nuestra organización que comienza en el barrio, en la comunidad, donde las mujeres se organizan, eligen a sus representantes, identifican sus necesidades, trazan sus estrategias de trabajo y eligen a sus superiores para conformar los bloques como un enlace entre la delegación y el municipio.

Vilma explicó que la FMC tenía dentro de sus objetivos elevar el nivel político, ideológico, cultural y social de las mujeres y ayudarlas a participar en el proceso revolucionario. En la medida en que se va desarrollando la Revolución, la mujer se va insertando en todos los frentes de la obra revolucionaria y, por lo tanto, surgen los grandes movimientos. Surgen las trabajadoras sociales, las brigadistas sanitarias, el movimiento de madres combatientes por la educación. Ella siempre decía que los primeros 14 años de la organización se sintetizaban en una sola palabra: participación. En esos momentos iniciales nunca se habló de la batalla por la igualdad, eso va surgiendo con la vida misma.

La Federación de Mujeres Cubanas no se copió de ninguna parte, es genuina. Si se analiza el movimiento de mujeres en los países socialistas, nos damos cuenta de que ninguna de sus organizaciones femeninas se parece a la nuestra, ni siquiera las masivas, porque la FMC va surgiendo en la medida de las necesidades de las mujeres y la Revolución. Es por eso que la mujer se vincula a tareas importantes como la salud, la educación, la producción, y esta última fue muy importante porque las mujeres querían involucrarse a la producción, pero los hombres no querían que ellas lo hicieran.

En Cuba la población era muy humilde: antes de 1959 existía un millón de hombres subempleados, había una masa enorme que no tenía trabajo y la Revolución se lo da; entonces los hombres, con la mentalidad de lo masculino, se preguntaban por qué su mujer iba a tener que trabajar, si él la podía mantener. Eso provocó que la Federación hiciera un trabajo en dos sentidos: primero, por un derecho de la mujer a aportar, a desarrollarse como seres humanos plenos, y en segundo lugar, la Revolución también necesitaba esa fuerza. Se estaba pensando en que la mujer se involucrara a la producción como un derecho de las féminas y como una necesidad del país. Las mujeres fueron enalteciéndose ante sí mismas y ante la sociedad. Ellas empiezan por el trabajo voluntario; Vilma decía: a través de la tarea, crear conciencia, y con esa conciencia, acometer nuevas tareas. La mujer se fue dando cuenta de que era capaz de realizar cualquier tarea en el campo, en la ciudad, y se moviliza en Playa Girón y en la Crisis de Octubre; las mujeres ocuparon los puestos de los hombres que se movilizaron al frente, y el Che, que no se caracterizaba por los elogios, sino por hacer análisis muy profundos y muy directos, señaló que en algunos lugares las mujeres fueron mejores y más productivas que los hombres que sustituyeron. La organización se va construyendo de esa manera, esa es la impronta que le va dando Vilma, recalcando que la vinculación con la base es esencial; ella promovió estudios e investigaciones desde las primeras tareas.

Ella comienza a marcar pauta en lo que tiene que ver con la familia en la sociedad socialista, todo muy relacionado con los conceptos de género. Hay una obra muy importante de Vilma que tiene que ver con la infancia y la juventud, la relación con el Ministerio de Educación para lograr una mayor vinculación de la familia con la escuela.

Ella va inculcando el respeto a la diversidad y a la orientación sexual, a la identidad de género, para no verlo como algo marginal a la sociedad, sino como parte de esta. El Centro de Educación Sexual surge de la Federación, y desde la organización también se desarrolla una labor de orientación y prevención social. Si en Cuba no existen altos índices delictivos, porque Cuba es una sociedad segura, es en parte resultado de la Revolución misma, pero también es resultado de un trabajo preventivo del que Vilma es promotora. Ella tiene mucho que ver con la imagen que se tiene en el mundo de la mujer cubana, del papel de la Federación en el ámbito no gubernamental y gubernamental, donde la organización ha marcado pautas.

Cuando las delegaciones de las mujeres cubanas llegaron a los congresos internacionales después de años de Revolución, se vio cómo lo que eran sueños de las mujeres en el mundo eran conquistas de las féminas cubanas, quienes defendieron en el ámbito internacional la posición de principios de las mujeres y la Revolución cubana.

Vilma era una figura reconocida internacionalmente, con un prestigio enorme dentro de la comunidad internacional de mujeres. No hubo sector de la Revolución en el que Vilma no incidiera; Vilma llegó a dirigir paralelamente por cerca de dos años un departamento de desarrollo del Ministerio de la Alimentación, sin abandonar la batalla por el empoderamiento y el desarrollo de la mujer en Cuba. Desde la Federación se impulsó la igualdad de la mujer y se luchó contra la discriminación proveniente del deseo de protegerlas: existía quienes decían que a las mujeres se les debía prohibir determinados trabajos, y ahí comenzó una batalla tremenda porque a las mujeres eso no se les podía prohibir; se les debe informar, orientar, pero no prohibir.

¿Podría contarnos, desde su óptica personal, qué momentos del proceso revolucionario la marcaron a usted como mujer?

Este proceso marcó mi vida: me impactó Vilma en todos los tiempos, su ejemplo, sus enseñanzas, el privilegio de estar frente a ella, su confianza. Me impactó el privilegio de haber compartido con mis compañeras muchos de los momentos que te conté anteriormente. Que Fidel fuera a la Federación, que planteara nuevas tareas. Me impactó el segundo Congreso de la FMC en 1974, porque después de que se hace el informe central, Fidel dice que el centro, el eje de los análisis del Congreso es la batalla por el ejercicio pleno de la igualdad de la mujer, y es cuando esta lucha adquiere nombre.

Un momento muy importante también es cuando surgen las Milicias de Tropas Territoriales (MTT), ese compromiso que se le entrega a Fidel cuando cientos de miles de mujeres empiezan a expresar su voluntad. Son convocadas a integrar las milicias y comienzan a expresar su disposición de incorporarse a las MTT. La creación del Servicio Militar Voluntario Femenino también me marcó, esto fue una solicitud de las mujeres, y cuando Fidel y Vilma despiden al contingente de mujeres que van a Angola, esas artilleras fueron despedidas personalmente por el Comandante en Jefe.

Otro momento que nos marcó a todos, a la Revolución, fue el período especial, pero dentro de él, todo lo que la FMC hizo enfrentando aquella situación. También la confianza que se depositó en mí por las responsabilidades que asumí dentro de la Federación y, sobre todo, la responsabilidad de continuar la obra después de que Vilma dejó de estar físicamente entre nosotros.

¿Qué representa la FMC para las mujeres cubanas?

La Federación de Mujeres Cubanas es fundamental para las mujeres, es la que agrupa a las féminas revolucionarias para defender a la Revolución y para seguir adelante avanzando en esta batalla por eliminar todo vestigio de discriminación. Una de las conquistas fundamentales de la Revolución es el papel de las mujeres, el nivel que ellas ocupan, su papel como protagonistas de este proceso revolucionario. Es necesario resaltar que aún queda un largo camino por andar, y se debe seguir conquistando toda la justicia, a pesar de que se ha avanzado de una manera extraordinaria. La Federación es la voz de las mujeres en la sociedad y constituye el espacio que tienen las mujeres para debatir y concertar su papel dentro de la Revolución, pero, a la vez, para ver la especificidad de sus problemas.

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