Iván Silva: El paso sólido a la grandeza visto desde el prisma de Tokio (+ VIDEO)

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Iván Silva: El paso sólido a la grandeza visto desde el prisma de Tokio (+ VIDEO)
Fecha de publicación: 
10 Febrero 2019
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Llegué al gimnasio de Judo masculino del Cerro Pelado e Iván Felipe Silva Morales (90 kg y nacido el 8 de enero de 1996) se movía como una pantera sobre el tatami. Hacía randoris con un compañero de equipo de la división inmediata superior y parecía no agotarse en lo absoluto: proyecciones, cambio a la defensa, trabajo continuado en el newaza tras iniciar movimientos técnicos en el Tachi-waza…

Con un 2018 en el cual el subtítulo Mundial de Azerbaiyán marcó su establecimiento definitivo en la élite de los 90 kg, luego de una andadura y despunte exitoso en los 81, el yumurino accedió a dialogar con CubaSí al término de casi tres horas de entrenamiento:

¿Qué ha cambiado o cuán beneficiosa ha sido la transición de Iván Silva de los 81 a los 90 kilogramos?

“El cambio fundamentalmente se debió a que me estaba costando trabajo realizar los 81 kg por cuestiones propias asociadas a mi etapa de desarrollo físico. El 2017 fue mi primer año en los 90 y no puedo considerarlo como malo. Me impuse en la primera categoría y el Campeonato Panamericano.

En el 2018 culminé muy bien mi adaptación a la nueva división. Repetí el título nacional y la reincorporación de Asley González me motivó mucho a entrenar muy fuerte y elevar los niveles de preparación. Los randoris con él son de categoría mundial. Ese roce me sirvió mucho, no solo en América, sino para insertarme también al más alto nivel universal.

Descripción puntual de un año competitivo intenso, el cual culminaste con balance excelente en torneos internacionales de 23-7.

“Fue un año ascendente. Fui ganando en confianza a medida que fui compitiendo. Tras el campeonato nacional y el Panamericano del deporte fuimos a Barranquilla. Allí gané el evento individual y por equipos y de ahí fuimos a Europa. Allí mejoré mucho, aproveché al máximo los randoris con los atletas de Hungría y el resto de los europeos que participaron en los campos de entrenamientos, lo cual fue determinante en mi posterior resultado en el Mundial”.

A propósito, atendiendo a tu experiencia en ambas categorías, ¿consideras más incómodos los rivales europeos o los asiáticos?

“A mí me resultan más incómodos los europeos. Los asiáticos son muy técnicos, pero a nosotros y a mí en particular nos encaja mejor. El año pasado competí frente a dos japoneses y a ambos los derroté. Si evalúas por mi balance personal me va mejor con ellos que con los europeos, más estáticos y quizás de menos recursos, pero en contraposición muy fuertes y efectivos”.

En esa cuerda, ¿Principales fortalezas y elementos que debes mejorar pensando en otro año de gloria y el posible podio olímpico?

“Mi principal fortaleza es la parte física, no solo fuerza, sino la resistencia, el llegar al final del combate con buena capacidad. Muchos combates los he definido hacia el fin o en regla de oro y ahí, incluso más que la técnica a veces, prima la voluntad y el empuje.
Debo aumentar la variedad en mi repertorio técnico, buscar añadirles otras a mi repertorio, centrado fundamentalmente en las de piernas como el Uchi-mata, Ouchi…”

Desde el punto de vista físico, no eres un atleta que haya sufrido lesiones severas, ¿alguna fórmula especial?

“Eso me ha ayudado a evolucionar rápido en mi carrera. Gracias a Dios, he podido mantenerme estos años entrenando a tope. Me preocupo mucho por el fortalecimiento, la fisioterapia, para no tener molestias a la hora de disputar combates y después de estos. le presto atención suprema al trabajo físico, gimnasio, soga, carreras matutinas, ejercicios de carretilla... todo lo que me pueda aportar”.

¿Cuándo te iniciaste en el judo?

“Con siete años en mi natal Colón. Estuve un tiempo desvinculado pues mi primer entrenador se fue a Venezuela. Practiqué béisbol por embullo de los primos en ese tiempo, pero luego regresé al judo hasta el sol de hoy”.

¿El oponente más difícil durante este tiempo?

“Asley es uno de ellos sin dudas. Cuando combatía en 81 kg el estadounidense Travis Stevens, frente a él tengo balance de 1-5 adverso. Me castigó bastante. De los actuales también me resulta bien incómodo el serbio Aleksandar Kukolj (3ro del ranking mundial-4 574 ptos), no ha sido medallista del orbe, pero es muy táctico y competitivo”.

En lo personal, ¿cómo calificas tu 2018?
"Ha sido el año de mejores resultados hasta ahora en mi carrera deportiva, pero no dejo de trabajar muy duro. Ahora se trata de mantener y mejorar esos rendimientos”.

¿Antecedentes de deportistas o judocas en la familia antes de ti?

“Sí, mi primo Yordanis Fernández Sastre, atleta discapacitado, débil visual, medallsita mundial y paralímpico y quien entrena acá también en el Cerro Pelado. Es siete años mayor que yo, me inicié en este deporte por él, y ha influido en mi crecimiento como judoca”.

¿Uno o varios entrenadores que hayan sido influyentes o determinantes en tu carrera deportiva?

“Decirte un solo nombre sería injusto. Alain y Justo Noda, José Jhonson, Danny Porte. En la EIDE trabajaron mucho conmigo Yanosky Gómez y Dayannis Manmo. Han sido muchos los que me han ayudado, además de mi familia, que es incondicional y me apoya hasta en lo más mínimo”.

¿Qué importancia le confieres al hecho de entrenar a diario con Asley González?

“Ha sido vital. El profesor Justo y ahora Julio Alderete siempre nos dicen que no tener que buscar campeones afuera, el hecho de tenerlos acá en el mismo tatami, es muy provechoso. Siempre he intentado aprender lo mejor, no solo de él, sino de todos los que han contribuido con mi formación y crecimiento”.

Dos años ganando el Campeonato Panamericano. ¿Qué perspectivas le ves al equipo de cara a los Juegos de Lima?

“Creo que esos dos títulos hay que tomarlos como referente, pero no debemos creernos que por eso somos los mejores. Hay que prepararse duro pues todos los países irán con lo mejor que tienen a la competencia fundamental del área, especialmente Brasil y Estados Unidos, los dos rivales de mayor cuidado por equipos”.

¿Perspectivas de cara a Tokio 2020 a sabiendas de que el Mundial otorga mil puntos al campeón?

“No puedo confiarme, saldré a ganar cada pelea como si fuese una final olímpica. Estar cuarto del ranking mundial (4 355) y tercero del olímpico (1 455) no significa que no deba seguir esforzándome duro a diario. El Mundial lo tiraré con todo, los puntos son esenciales para la clasificación y posibles siembras en el sorteo”.

Históricamente nuestros judocas se han destacado más en el tachi-waza que en el newaza. ¿Cómo has hecho para buscar equilibrar los sistemas de combate desde ambas posiciones?

“Lo primero es que los entrenadores que se han incorporado al colectivo técnico son muy estudiosos del newaza. Estamos trabajando sobre ese renglón, especialmente en la continuidad de las acciones. Existen algunas debilidades, pero intentamos convertirlas en fortalezas. Recuerda que en el newaza puedes imponerte en un combate por tres tipos de vía, (estrangulación, inmovilización, luxación y abrazo). Con el tiempo estoy determinado a convertirme en un judoca más completo”.

Iván Silva ciertamente ha tenido un andar rutilante desde que debutó con bronce en los II Juegos Olímpicos de la Juventud de Nanjing 2014. Igual resultado alcanzó en el Mundial juvenil de Abu-Dabi 2015. Únicamente el 2013 lo vio culminar con desenlace desfavorable en materia de victorias y derrotas (4-5).

En lo adelante, el éxito ha sido su divisa, pues según el sitio especializado www.judoinside.com su saldo global es de 90 sonrisas y 46 fracasos desde ese entonces a la fecha.

El Grand Slam de París atestiguará su inicio de bregar en este 2019. Silva de antemano tiene su judoguis bien ajustado y la mente centrada en un objetivo: el podio olímpico en Tokio 2020.

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