Que Barranquilla 2018 sea bloque de arrancada (ll y final)
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Panamericanos Río de Janeiro 2007. A punto de caer del segundo sitio. USA, 97-88-52; Cuba, 59-35-41; Brasil, 52-40-65. Las desmedidas en busca de embellecer el feo rostro asomado. Cara horrible en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Lugar 28 entre 204 naciones con 2-10-11, China a la vanguardia: 51-21-28; EE.UU, segunda plaza con 37-38-35. Por encima de nosotros en América también Jamaica (6-2-2), Canadá (3-9-6) y Brasil (3-4-6), peldaños 13, 19 y 13 respectivamente.
Al conocerse en 2017 el dopaje de la aparente vencedora en martillo, nuestra Yipsi Moreno asciende a lo más alto del podio: es la tercera presea máxima para la Mayor de las Antillas, ocupante entonces del escalón 18. A pesar de la favorable corrección, no estuvimos bien y las reflexiones escritas por Fidel acerca del bajón continúan siendo válidas: "...nos hemos dormidos sobre los laureles. Seamos honestos y reconozcámoslo todos. Revisemos cada disciplina, cada recurso humano y material que dedicamos al deporte. Debemos ser profundos en el análisis, aplicar nuevas ideas, conceptos y conocimientos”.
Al analizar el asunto, entre otras concepciones, publiqué en Tribuna de La Habana y en la web de la Editorial de la Mujer: “A la delegación faltó preparación física y psíquica, visión táctica; no obviemos problemas trascendentales anteriores, el debilitamiento de la masividad, la no utilización plena de las consecuciones científicas, muchas de la Universidad del Deporte, y la lenta adecuación al tiempo que vivimos”.
En la más reciente fiesta continental, Toronto 2015, se incumplió, en especial con lo pronosticado a partir de un idealismo extremo: caímos al cuarto puesto: 36-27-34. Desde Cali 1971 no descendíamos del segundo, una delegación latinoamericana, la brasileña, nos superó y no llegamos tampoco a las 50 satisfacciones doradas: Al frente, USA, 103-81-81; seguida de Canadá y Brasil, con 78-69-69-70 y 41-40-69.
A raíz del suceso escribí y me publicaron: “Canadá y Brasil nos han sobrepasado eternamente en cantidad de habitantes y en recursos económicos y no sufren un cerco terrible. A pesar de ello, lo dejábamos atrás sin dejar de sostener en alto la solidaridad, terreno esencial donde si somos campeones, la atención a las capas más débiles de nuestra población y los derechos humanos, la salud y la educación para todos en la primera línea, aunque deben perfeccionarse. Mas sería erróneo ocultar las debilidades propias azotadoras de nuestra estructura deportiva, con gran peso en los resbalones”.
En Barranquilla, otro duro golpe: por primera ocasión desde Panamá'1970, dejamos el sitio principal del podio. Las palabras del líder de la Revolución acerca de Beijing 2008 caben perfectamente a lo ocurrido en ambas competencias regionales. No debía sorprendernos: el hecho estaba anunciado por encima de pronósticos sin solidez. Pero han pasado diez años y se mantienen los laureles en la cabecera, no se ha revisado a profundidad cada disciplina, cada recurso humano y material que dedicamos, no se ha sido hondo en el análisis ni se han aplicado ideas nuevas, conceptos y conocimientos con verdadera potencia.
Añado: ¿cómo no saludar las transformaciones necesarias, la remuneración y los contratos en principal ubicación? Aunque debemos saber transitar mejor estos caminos, pies sobre la tierra sin cortar alas a los sueños. Martí enseñó que en la vida había que hacer en muchas oportunidades lo que el saltador largo: ir hacia atrás por mayor impulso para llegar más lejos. Afirmó además: La victoria estaba hecha de cesiones. Claro, debemos cuidarnos de quienes quieran quedarse atrás o saltar hacia la derecha, y las concesiones jamás deben ser ofender los principios.
Esa marcha indispensable por el sendero profesional obliga aún más a formar a los atletas, a la familia delas lides del músculo, con superior fortaleza humana: andar en un escenario infestado por el comercialismo y el bandidaje sin suficientes anticuerpos pueden conducir a terribles males.
Urge apearnos de la fantasía, para emprender con unidad y firmeza la recuperación de diversas centros o niveles soslayados o desaparecidos, el uso superior de la ciencia y la técnica, el fogueo sin malgastar, los pasos sin prisa y sin pausas, lejos de dar la espalda a estas carreteras llenas de suciedades pero imprescindibles; nunca el corazón, en acción la negación dialéctica.
Por encima de todo está el rescate de la masividad muchísimo más allá del batallar por los ases como primer interés: lo primordial es volver a elevar al lugar que ocupa la misión central de la cultura física: edificar a personas de espíritu y físico más hermosos, a seres humanos realmente humanos. Estimo imperioso para ello el renacer de los Consejos Voluntarios Deportivos o algún organismo de este tipo, fortificadores del Inder en estos combates.
Que vibre el lema siempre juvenil pese a su veteranía: Deporte, derecho del pueblo. Lo reverdecemos al no atarnos al sufrir y el pesimismo, ni ocultar errores, encandilando con cantos ante heroicidades ciertas. El Apóstol opinó ante asuntos semejantes en esfera de suprema trascendencia: Tenemos que levantar. No poetizar las caídas. Su mejor discípulo, Fidel nos enseñó a convertir los reveses en victorias. Barranquilla 2018 tiene que ser bloque de arrancada bien colocado para alcanzar triunfos mayores.
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