Jhoen Lefont: Entre tierra y agua… sin imposibles con un balón (+ FOTOS Y VIDEO)

Hay mérito siempre en la constancia. Por esos caprichos de la vida Jhoen Lefont volvió a bracear y patear en el Complejo de piscinas Baraguá. No lo hizo para romper el tedio competitivo e intentar poner sus capacidades a punto como en tiempos en los que era polista del equipo nacional. Ahora venció los 50 metros de la alberca olímpica con un balón sobre su cabeza en 1:14.15 minutos. ¿La clave? Demostrar que entre tierra y agua si se trata de récords mundiales y Guinness, prácticamente no hay imposibles.

Esta vez su hermano devino puntal en la preparación, pues su mentor Jorge del Valle, estuvo inmerso en los compromisos competitivos de la escuadra femenina de polo acuático. Sobre esta cota intensiva y otros pormenores dialogó con Cubasí:

¿Por qué la idea de esta modalidad y materiaizarlo acá en el reinagurado Complejo Baraguá?

“Hace tiempo lo veníamos manejando. En tierra se buscan récords de dominio del balón en menos tiempo en los 100 metros. Queríamos extrapolarlo al agua. Es la intención desde que inicié este camino en el año 2010. Tratar de homologar la mayor cantidad de marcas posibles. Por eso este de nadar controlando el balón una piscina olímpica.

La preparación la inicié desde que culminamos el anterior récord de equilibrio (12 minutos y fracción) y acá al ser un Complejo techado, las variables climatológicas no influyen y las condiciones son mucho más favorables”.

Pienso en aquella marca de 200 metros alcanzada en un canal de la Marina Hemingway. ¿Principales diferencias en materia de preparación con respecto a este?

“La diferencia fundamental es que para aquel requerí de mucho trabajo con el equilibrio, con cargas aerobias elevadas tanto en tierra como en el agua. Fue un récord de distancia, no existía presión con el tiempo, pero el viento era mi enemigo. La modalidad de desplazamiento como mejor se realiza es de espalda y en aquella ocasión lo realicé de frente, fundamentalmente por el sol, que me quedaba detrás y no lo pude ejecutar de espaldas.

Este requiere de velocidad, estoy contento con la marca. Pretendíamos rebajar de 1:20 minutos y 1:14 y fracción estuvo bien, aunque considero que hice una primera mitad un poco lenta”.

Buscar ritmo en la primera mitad y acelerar después de los 25 metros. ¿Clave la herencia del polo?

“Estratégicamente esa era la idea. Yo por lo general nado los primeros 25 metros muy rápido, pero decidimos cambiar para asegurar la distancia y rematar hacia el final. Así pasó. Las piernas sufren mucho, son el empuje o motor. Además se requiere de mucha concentración sobre el balón y los brazos funcionan como una especie de timón del cuerpo.

El próximo año lo primero que intentaré será elevar el de 1 513 toques. Manejamos igualmente el de los 200 metros o el de los 12 minutos de equilibrio, pero abriré con los 1 513”.

¿Qué se siente verte en el anuario Guinness junto a Usain Bolt, Julio César La Cruz, y otros tantos grandes del deporte Mundial?

“Orgullo muy grande. Ellos son muy selectivos a la hora de escoger categorías. Además es uno de los libros más vendidos cada año. Además significa poner el nombre de Cuba, junto a Julio César. Nos felicitamos ambos y estuvimos conversando sobre ese privilegio”.

Lefont enrumba hacia nuevas cotas. La familia es un componente esencial a cada paso que da. Ha establecido una alianza irreductible con un balón, su isotérmico rojinegro. El delfín del dominio del balón, como le apodan, tiene bien definidos sus horizontes entre toques, gambetas acuáticas y desafíos de equilibrio y tiempos.

Jhoen Lefont

Jhoen Lefont junto a su hermano y sus padres