IV Clásico Mundial: Cuba, ¿Alea jacta est?

IV Clásico Mundial: Cuba, ¿Alea jacta est?
Fecha de publicación: 
14 Marzo 2017
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Fotos: Ricardo López Hevia

La mentalidad respecto a nuestros equipos de béisbol ha variado mucho. Instantes después de nuestra segunda derrota en el round robin 5-8 a manos de los anfitriones japoneses, muchos aficionados, de esos que sufrieron durante casi cuatro horas de batalla los altibajos en el marcador, terminaron diciendo que la suerte estaba echada.

De hecho, cantado a los cuatro vientos, el objetivo trazado por la novena antillana era avanzar a la segunda ronda, algo que ciertamente lograron, pero en esta instancia, aún no han pocido hacer la cruz. Hace poco menos de una década decir equipo Cuba de béisbol era hablar de contendiente al cetro en cualquier competición beisbolera.

Ahora llega con beneplácito una clasificación entre los ocho primeros… las causas, disímiles, pero esto es tela de otro comentario.

En lo personal, hasta cierto punto coincido con la afición. No por la actitud en el terreno de juego de nuestras huestes, de hecho, el haber estado delante en el marcador en tres oportunidades justifica que hicieron mucho en aras de lograr la victoria.

Simplemente por el hecho de dejar resquicios en el accionar que ante tamaño nivel de profesionalidad beisbolera, sencillamente no nos podíamos permitir. Hablo de nuevamente de la dispersión en los comandos de Yoanni Yera, siete boletos en siete y dos tercios innings de actuación son demasiado, y sobre todo por el hecho de que las transferencias siempre llegaron en momentos de tensión al límite.

Si a eso le sumamos un “wild pitch” que el máscara Yosvani Alarcón no pudo detener y se convirtió en la quinta carrera de los japoneses, justo la que decretaba el abrazo parcial. Apenas un acto más tarde en el octavo inning, el del hundimiento, error del inicialista William Saavedra devino fatal. En lo adelante, el derecho Miguel Lahera perdió la ruta del home y el enfoque, y permitió, cañonazo impulsor y el segundo cuadrangular del hombre proa nipón, Testuto Yamada, lapidario en las aspiraciones de triunfo, pues nos dejaba con una única opción de remontada en los albores del noveno.

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A eso me refiero, señores. Frisar casi 30 transferencias en cinco desafíos se antoja demasiado. Muy pocos de nuestros serpentineros hasta este minuto ha cumplido cabalmente con su rol. Baños (76 pitcheos-45 strikes) debió ser reemplazado justo cuando permitió cohete en la apertura del quinto. Yera (35-21 en uno y un tercio) una vez más no cumplió su cometido de preparador. Y el buque hizo aguas en defensa cuando Lahera parecía tener las embestidas de los del Sol Naciente bajo control. Ciertamente cuando algo te saca de partido…

Cabe destacar además que frente a Israel, los cuatro hombres que anotaron, se embasaron por alguna bondad de nuestros serpentineros o desliz en defensa. Luego se encargarían sus coequiperos de apelar al béisbol efectivo, criterio sobre los cuales se mueve la pelota en la actualidad: traer al hombre que entre en circulación  hacia la goma, a sangre y fuego.

Madero en ristre, los cambios en la alineación introducidos por Martí funcionaron de maravillas. Gracial continuó encendido, Alarcón bateó de 4-3, Víctor Víctor sonó un inatrapable con dos outs que trajo dos sin el más mínimo asomo de presión. Entre ellos se repartieron las cinco carreras de nuestro elenco. Solo Jefferson Delgado se fue en blanco en cuatro turnos, pero…

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Siempre hay un pero. Ahora, y como sucedió igualmente ante los israelíes, la segunda línea del staff no respondió.

Me sigo cuestionando la función de Yosvani Torres y el zurdo Leandro Martínez dentro del staff. Si bien no anduvieron atinados en la gira, ¿no había ni el más mínimo voto de confianza para depositar en ellos?

Con el segundo revés en esta instancia, casi lapidario, y parafraseando un añejo adagio, solo un milagro salvaría a Cuba. Y ese milagro, apostando a la teoría de las probabilidades matemáticas iría de vencer a Holanda, nuestra bestia negra en la edición precedente; que los nipones doblegaran a Israel, algo mucho más terrenal, y forzar así un juego de desempate con los tulipanes. ¿Ver para creer?

En lo anímico, las múltiples noches de insomnio, esa afición irreductible, aún no me han sido retribuidas, pero por enésima ocasión, venga la esperanza.

Vea: Box Score Cuba vs Japón

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