Deporte cubano: Otro paso de avance en la ruta de los contratos

Weber Shimano Ladies Power, un nombre que  hasta el minuto en que la ciclista cubana Marlies Mejías materializó su contrato era prácticamente desconocido para muchos.

Y ciertamente el Club o proyecto profesional de ciclismo que agrupa a las mejores ruteras de Latinoamérica es joven, pues apenas dos temporadas lleva insertado entre las escuadras femeninas homologadas por la Unión Ciclística Internacional, que desde 1998 ampara selecciones exclusivas de damas.

Así, el Weber Shimano Ladies Power, se hizo de los servicios de la pedalista antillana natural de Güira de Melena, Artemisa, nacida el 29 de diciembre de 1992, con 1.60 metros de estatura y 54 kg de peso. Antes de materializar un rendimiento loable en el Panamericano de Ciclismo de Aguascalientes, México, con una presea de cada color y el título en el ómnium  (231 puntos), su prueba fuerte, ya Marlies había rubricado la firma de su contrato en La Habana, solo que no quiso apresurarse en difundirlo hasta estar materializado.

¡Gracias a la vida por esta excelente oportunidad y cosechar otro éxito en mi carrera deportiva! publicó la deportista en su perfil de Facebook.

De hecho, así me lo había comentado días antes la atleta, ubicada en el puesto 15 del ranking mundial de dicha modalidad de pista (1 475 unidades), comandada por la británica Laura Trott (4 000), y con la estadounidense Sarah Hammer (2 550) y la canadiense Allison Beveridge (1 910) superándola a este lado del Atlántico.

Marlies, desde hacía casi un año había estado bajo la lupa de clubes de España e Italia, pero no se había concretado negociación alguna dadas las condiciones para sellar la transacción que estableció el Inder, principal ente rector en la política de contratación de deportistas cubanos en el exterior, en vigor desde septiembre del año 2013.

Por cierto, Marlies completará una plantilla  en la que descuellan las noveles argentinas Fernanda Yapura y Maribel Aguirre; además de las experimentadas brasileña Luciene Ferreira, y Cristina Greve. Recuerdo que en una de nuestras pláticas Marlies expresó: “Acá en Cuba queremos, o en ocasiones nos exigen, correrlo todo: pista, persecución, ruta. Así es muy difícil mantener rendimiento y un peso idóneo. Si tengo que escoger, me decantaría por el Omnium”.

Pues precisamente esa versatilidad, combinación de su rapidez innata con la resistencia desarrollada tras años sobre bielas, le abrieron la senda a Marlies del Weber Shimano, cuyo staff lo componen Jorge Giles (director deportivo), Verónica Martínez (manager) y Aldo Elsaesser (mecánico).

UNA PRÁCTICA QUE POTENCIA VISIÓN Y DESARROLLO

Actualmente, el deporte a nivel mundial se rige por una estructura competitiva que soporta su accionar, dinámicas de entrenamiento y rutas o escenarios de confrontación, en una espiral de clubes.

Cuba, sin renunciar a sus preceptos, colocando al deportista en primer orden, su crecimiento y desarrollo, adquisición de otras visiones y experiencias, sin descuidar su bienestar, ha intentado de a poco insertarse en ese complejo entramado.

Pongamos un ejemplo concreto: por esta misma fecha del año 2015, Arnaldo Batista, vicepresidente del organismo y al frente de las contrataciones aseguró que nuestro país poseía 31 deportistas acogidos a esa política, con el béisbol, el voleibol y el baloncesto, a la vanguardia.

“Cada deporte es muy específico, y pueden intervenir clubes, agentes u otras instituciones. Queremos brindarles la oportunidad de contratarse a un grupo de atletas que tienen las potencialidades para incursionar en Ligas foráneas. Siempre, bajo la tutela de sus entrenadores y el personal especializado, no dejarlos solos. El atleta y su entrenamiento constituyen nuestras prioridades, por eso ponemos como requisito que viajen con sus entrenadores, con el objetivo de preservarlos”, ahondó Batista en declaraciones al colega Diego Jordán.

Una radiografía al panorama actual arroja que casi de forma simultánea a la rúbrica de Marlies, una docena de basquetbolistas antillanas recibieron el visto bueno para insertarse en la Liga profesional argentina, como parte de un convenio de colaboración entre las Federaciones de baloncesto de ambas naciones.

Con anterioridad cinco voleibolistas, (Javier Jiménez, Osniel Mergarejo, Daimara Lescay, Heidy Margarita Rodríguez y Sulian Matienzo), firmaron para desempeñarse en clubes de Italia, Grecia, Perú y República Checa.

Nuestros peloteros se han diseminado por disímiles latitudes, como Japón (solo queda activo en este minuto el slugger granmense Alfredo Despaigne), Canadá, Colombia, entre otras naciones, aunque aún no pueden mostrar sus virtudes en las ligas pertenecientes a la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe, y mucho menos en las Grandes Ligas, en este último caso debido a las hostiles exigencias de la Oficina de Control de Activos Extranjeros perteneciente al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.

Igualmente calientan motores para reeditar sus loables rendimientos de la campaña precedente en la Bundesliga alemana los luchadores Mijaín López, Yowlys Bonne y Alejandro Valdés (este último inició la ruta).

La tenista de mesa Idalys Lovet  tiene experiencia en un club de Portugal; los futbolistas Maykel Reyes (Cruz Azul mexicano) y Daniel Luis Sáez (AC Ajaccio, de Córcega, de la segunda división de Francia), muestran igualmente su talento e intentan crecer;  los mismo que varios jugadores de balonmano insertados en suelo galo.

Ese es el panorama. El deporte cubano posee talento suficiente para brillar a nivel de clubes. Poco a poco debemos insertarnos en ese engranaje, como lo hemos venido haciendo, con alguna morosidad, pero con resultados. Ojo, hay una variable que no podemos despreciar: desde mi perspectiva nuestros atletas siempre han sido muy dependientes de los entrenadores, alguien que los guíe minuciosamente, de ahí que sus niveles de autopreparación y cuidado individual no sean óptimos. Ambos elementos son esenciales en el entorno en el cuál el deportista es el principal responsable, entrenador, fisioterapeuta encargado de su seguimiento y evolución. Seriedad en correspondencia con el concepto de profesional en toda su dimensión.