Nueva ofensiva rebelde maliense pone en tensión al norte de África
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La ocupación de la ciudad de Tombuctú por rebeldes malienses, la última controlada por el Ejército en la región nororiental del país después de Kidal y Gao, puso en tensión al país y a la región.
Los opositores tuareg entraron hoy junto a otros grupos insurrectos en la ciudad de Tombuctú, tercera ocupada en tres días por esas milicias en su recién iniciada ofensiva hacia otras regiones, declararon testigos.
Los rebeldes tomaron en particular varias instituciones estatales en esa urbe.
Empleados de esas entidades y pobladores de Tombuctú confirmaron la presencia insurgente en ese histórico punto turístico urbano de 50 mil habitantes, situado a 800 kilómetros al nordeste de Bamako.
Aunque las informaciones son aún confusas por la lejanía de esas regiones en el séptimo país africano en extensión, testimonios de sus pobladores reportaron la presencia combinada de varios grupos rebeldes independientes.
Esas informaciones confirmarían la acción conjunta del Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA), como se autodenominó esa fuerza cuando se alzó en enero pasado contra el Gobierno, con otros grupos opositores.
Distintas fuentes, comprendido el Gobierno, han insistido en que el MNLA actúa junto a la organización Al Qaeda en el Magreb Islámico y a mercenarios ingresados desde Libia al concluir la invasión occidental.
El mando de esa organización se abstuvo de definir el futuro de sus acciones militares, pero en las últimas 72 horas continuó movilizando sus milicias desde sus habituales territorios norteños hacia el centro y sur.
La concertación y nueva estrategia de combate de las fuerzas opositores del norte maliense coincide con la confusión dentro del Ejército y la población por el golpe de estado del 22 de marzo último.
Diferentes testimonios subrayaron, incluso, que los sublevados negociaron con los soldados su entrada a las localidades ocupadas, sobre todo en Tombuctú, donde tomaron posiciones después de abandonadas por el Ejército.
Las mismas fuentes destacaron que ante el arribo insurgente a las tres ciudades norteñas tomadas hasta ahora apenas hubo resistencia castrense, y otros vecinos de la demarcación dijeron haber escuchado "pocos tiros".
La Junta Militar que derrocó el Gobierno del presidente Amadu Tumani Turé el pasado 22 de marzo tampoco hizo precisiones sobre la nueva ofensiva rebelde, pero pidió ayuda internacional ante la inminente avanzada opositora.
La magnitud de la estrategia rebelde cobra particular relieve tras el control de Tombuctú, ciudad turística legendaria conocida como "la perla del desierto" y registrada como Patrimonio Mundial de la Humanidad.
La escalada militar insurgente comenzó a ser exitosa con la ocupación de Nidal, el 30 de marzo último, y Gao, un día después, ambos puntos neurálgicos militares, administrativos y geográficos del Gobierno.
Respecto a la repercusión regional, la Comunidad de Estados de África Occidental (Cedeao) designó al presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, como mediador oficial para la crisis política y la oposición interna.
La Cedeao, la ONU, la Unión Africana y la Unión Europea, y gobiernos como los de Francia y Estados Unidos, condenaron la asonada encabezada por el capitán Amadú Haye Sanogo.
El conflicto entre opositores tuareg y el Gobierno ha desplazado unas 200 mil personas, que emigraron hacia estados fronterizos como Níger, Mauritania y Burkina Faso.
País de un millón 240 mil kilómetros cuadrados y una población estimada en alrededor de 12 millones de habitantes, la economía de Malí se centra en la agricultura y la pesca.
Considerado entre los estados más pobres del mundo, poco se habla, sin embargo, de que Malí es rico en recursos minerales, entre ellos el oro, y, sobre todo, el uranio, motivo universal de disputa por su secuela nuclear.
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