Cirugía estética: En busca de la «belleza»

Cirugía estética: En busca de la «belleza»
Fecha de publicación: 
16 Octubre 2015
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La cirugía estética parece no tener que ver nada con la crisis económica mundial. Las noticias de gente saliendo a las calles para protestar contra los gobiernos y sus recortes ya se han vuelto habituales. Sin embargo, la situación financiera en el mundo no afecta este sector porque cada día va in crescendo. El número de personas que se someten a operaciones es elevado, así como también lo es el costo de estas intervenciones quirúrgicas.

 

En Cuba, con la particularidad de que la salud es gratuita (incluidas las cirugías plásticas), también se ha vuelto frecuente escuchar hablar del tema, sobre todo entre las mujeres, lo mismo en una peluquería, en la consulta de un hospital o en la cola de la guagua.

 

Los implantes mamarios (priorizados para las anomalías congénitas, deformidades postraumáticas, infecciosas y tumorales) y las “lipo” son de las más frecuentes en nuestra isla.

La mayoría de las mujeres con las que conversé justificaban su elección por estas operaciones debido a lo “deterioradas que habían quedado después de haber tenido hijos”. La “decadencia” del cuerpo femenino producto de los embarazos y partos no es una novedad aquí. Si bien muchas madres lucen bellas y con figuras atractivas, en Cuba casi nos hemos acostumbrado a que la mujer, años después de tener hijos, engorde (mala dieta y poco ejercicio), y esto, unido a la falta de recursos, hace que ellas se “descuiden” de su físico.

 

El desarrollo de la ciencia ha posibilitado que en estos tiempos las mujeres, cada vez en edades más tempranas (y no precisamente después de haber dado a luz), puedan asistir a una cirugía estética que nos regala un físico renovado. El resultado catapulta nuestros niveles de autoestima, y por consiguiente, nos hace sentir más satisfechos en el medio social, amoroso, profesional…

 

La belleza juega un papel significativo en la aspiración de alcanzar la felicidad. Pero los rasgos de la personalidad de cada individuo son quizás aún más definitorios que una imagen ante el espejo, pues no todo el mundo recurre a cirugías plásticas, sino que jerarquizan en sus vidas otras categorías como la educación o el conocimiento intelectual.

 

Mucho se ha escrito a lo largo de la Historia sobre la belleza. Los conceptos han sido muy variados. Para Platón la belleza es la manifestación del bien, entendido este como el punto más alto del ser. Aristóteles veía lo bello en la armonía, la proporción, la medida.

Cómo ven los cirujanos plásticos la belleza

 

La doctora Rosa María Pérez Aguilar, especialista de primer grado en Cirugía Plástica y Quemados, del Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez, conversó con CubaSí.

 

“A través de la cirugía estética se intenta llevar al individuo a la normalidad, según los cánones de belleza existentes. Estos cánones están determinados por las culturas de los diferentes países o regiones. Para los cirujanos plásticos lo bello es lo simétrico, lo armónico, lo que entona de acuerdo a la raza y la cultura del individuo. Nuestro trabajo es el de armonizar aquellas partes del cuerpo, que se salen de la normalidad en una persona, no precisamente que padece un síndrome o patología, sino a cualquiera con un rasgo que discrepe con su físico”, comenta la doctora.

 

La cirujana asegura que los medios de comunicación y la moda impactan hoy significativamente en la concepción de los cánones de belleza, casi siempre al estilo occidental. Muchas personas de culturas árabes, asiáticas o indígenas se hacen operar para cambiar su fisonomía, “más bien con la idea de parecerse a los artistas de Hollywood: nariz perfilada, labios gruesos, cintura estrecha, cuerpo delgado, glúteos llamativos, busto prominente…

reconstruccion

 

Eso solo se consigue con cirugía plástica porque generalmente una mujer con glúteos grandes, por naturaleza tiene poco seno.

 

Aunque todavía se nota una diferencia entre el número de hombres y de mujeres que se interesan por cirugías, Rosa María señala que últimamente ha habido un incremento por parte del género masculino para solicitarlas, debido al envejecimiento poblacional y la prolongación de la vida laboral en varios países. O sea, para muchos una apariencia joven es sinónimo de éxito en el trabajo, sobre todo en el mundo capitalista. Para quienes constituyen figuras públicas (empresarios, políticos, artistas, deportistas, etc.), puede ser una necesidad. Aunque otros se someten a las operaciones por el simple hecho de que cuentan con los recursos económicos para ello.

Abdomen eliminación de grasa

 

¿Hay cirugías más peligrosas que otras?

 

Todas implican riesgos, desde la anestesia que se aplique o las patologías que padezca el paciente y la edad a la que se somete a la operación, dice la cirujana; y agrega que en las personas de más de 50 años la circulación sanguínea no es la misma a nivel de tejidos. Además, casi siempre a esta edad se tiene ya una patología, una cardiopatía, diabetes, hipertensión, etc.

 

“La operación implica un estrés y esto puede acentuar los peligros. No se pueden minimizar los riesgos por el tipo de cirugía”, dice Rosa.

 

Las complicaciones más frecuentes están dadas por la reacción a la anestesia, hábito de fumar, obesidad y enfermedades crónicas concomitantes no controladas.

 

Cuando el paciente llega a la consulta, se le realiza un exhaustivo interrogatorio y examen físico, se le indican también exámenes de laboratorio y se evalúa su esfera psicológica sobre la base de las expectativas que tiene el paciente de cómo será la recuperación de la cirugía y cómo va a quedar después de la misma.

 

La doctora explica que el paciente va a la cirugía con una expectativa. Los médicos le explicamos hasta dónde se verá una mejoría, ya sea de reducción o aumento del busto, liposucción, nariz, en fin…, pero el paciente a veces no escucha o no interpreta estos posibles resultados y va al salón de operaciones con una expectativa aún mayor de la que se puede lograr a través de la ciencia.

 

Si el paciente no está bien preparado sicológicamente, no es un buen candidato. Si el médico se da cuenta de eso antes, debe remitirlo a un sicólogo para hacerlo entender que él está sobrevalorando la cirugía.

 

Además, el paciente puede ser aparentemente un buen candidato, pero en el interrogatorio no se refleja su reacción a la anestesia, por ejemplo, que involucra drogas a las que él nunca ha sido sometido.

 

Cuándo un cirujano tiene que decir “no”

 

Previo a la operación, se explica sobre los riesgos y posibles complicaciones. Nosotros hacemos un interrogatorio y examen físico exhaustivo. Por ejemplo, si alguien que no tiene una quemadura, una malformación o no ha sufrido deformación por accidente, pero aun así no está contento -digamos- con su nariz, analizamos su caso. Si su nariz entona con su óvulo facial o no hay desviación del tabique y el paciente respira bien le explicamos que no es necesaria una operación. Si la persona insiste no clasifica como buen candidato porque eso demuestra que aun después de la operación estará inconforme, argumenta la especialista.

 

Este tipo de casos es remitido a la consulta de Sicología, “pero si aún con un sicólogo sigue aferrado, un cirujano que se respete no debe llevar a un paciente así al salón, porque ya eso no es una necesidad de la persona, sino una obsesión”.

 

Muchas mujeres ven la cirugía estética como algo directamente consecutivo al parto.

 

Rosa María aclara que la cirugía plástica no es un método de adelgazamiento. Hay gente que dice “quítame la barriga” porque se sienten gordas, pero si fuera así de sencillo, “igual quedarían otras partes del cuerpo con exceso de grasa y ella no estaría armónica”.

 

Antes de tomar la decisión, un cirujano debe medir a la paciente y calcular, según la talla, el peso ideal: 5 kilos de más o de menos, manifiesta la doctora. El ejercicio y la dieta son fundamentales. Si pasado un tiempo esa persona llega a su peso ideal y aun así necesita la operación porque el abdomen le quedó en forma de péndulo, por ejemplo, se hace la cirugía de abdominoplastia.

Abdominoplastia antes y después

¿La cirugía plástica puede crear adicción?

 

Sí. Pero no en todos los pacientes, claro, añade la cirujana. Algunos interesados se hacen una o dos, por ejemplo las mujeres sobre los 40 años se deciden por el lifting facial o el abdomen, porque terminaron planificación familiar y quieren lucir una mejor apariencia. Eso es comprensible, pero otras sí se obsesionan.

 

“Yo tuve un caso así. Ella primero se operó el rostro, luego el abdomen y después los senos. Se ponía los vestidos de su hija jovencita y le quedaban bien. Como los vestidos eran cortos, se le notaban “unas masitas” alrededor de las rodillas. Un día llegó a la consulta y preguntó si podíamos hacerle algo más en ese sentido”, cuenta Rosa.

 

“El problema es que cuando un paciente ve los resultados positivos de una cirugía, se entusiasma con seguir haciéndoselo por todo el cuerpo, sobre todo esto les sucede a personas con poco equilibrio emocional, para las cuales sus “defectos” son intolerables”, agrega.

 

Las llamadas barbies humanas (mujeres que se hacen operar para parecerse al personaje Barbie) son el más claro ejemplo de la adicción por la cirugía plástica. Existen varias de ellas en el mundo.

 

La cirugía siempre deja cicatrices, unas más notables que otras. Algunas personas, por quitarse una marca de una incisión anterior, se someten a otra operación, pero el proceso siempre dejará marcas.

 

¿Después de la cirugía viene siempre la felicidad?

 

La doctora Rosa habla de su profesión con pasión. Está segura de haber hecho la elección correcta en la escuela de medicina. “Escogí una especialidad que hiciera feliz a la gente. La cirugía plástica les da satisfacción a los demás, desde un niño que empieza a reconocer su imagen, hasta los adultos. A todo el mundo le interesa su imagen”, incluso los que se dicen ser personas simples.

 

“Mantener una buena imagen aumenta la autoestima. La gente es feliz y es capaz de interactuar con los otros más armoniosamente, tienen mejor rendimiento en el trabajo, en fin. No es que todos pretendamos ser bellos ni que la cirugía nos proporcione la perfección, pero es cierto que cuando hay algo que no entona con nuestro cuerpo y nos molesta nos hace sentir mal. Eso puede alterar el comportamiento de los individuos en muchos sentidos”, asegura la doctora.

 

“Mis pacientes nunca me olvidan, siento que me agradecen siempre y que les di algo de felicidad a sus vidas. Imagina los niños que desde que empiezan la escuela son objeto de burla de los demás y los llaman “orejas de burro” o “de ratón”. Esos niños se traumatizan, desatienden las clases y se sienten excluidos por la crueldad de los otros. Después de la cirugía ese niño es feliz; de hecho esa operación se le debe hacer incluso antes de la edad escolar”, señala.

 

Otra rama de la cirugía plástica es la cirugía reconstructiva que le mejora el aspecto estético y las funciones al paciente que ha sufrido pérdidas por quemaduras, otros traumatismos, infecciones, tumores y anomalías congénitas. Estos pacientes son operados y priorizados para mejorar su apariencia y reducir al mínimo las secuelas funcionales y estéticas que presenta. Por citar algunos ejemplos, las cicatrices hipertróficas y queloideas, las cicatrices retractiles invalidantes y deformantes que quedan como secuelas de quemaduras, la extirpación de tumores en las mamas y las anomalías congénitas de cualquier parte del cuerpo.

 

“Tenga la edad que tenga una mujer que ha perdido un seno por el cáncer, merece una alternativa digna. Una detección precoz del cáncer de mama permite que el tumor se extirpe y, si este no ha invadido tejidos circundantes, en la misma operación se le coloca una prótesis mamaria. Esa mujer nunca llega a verse mutilada”.

 

La Dra. aclara también que los resultados de una cirugía estética no son permanentes en el tiempo, ya que la fuerza de gravedad hace que los tejidos vayan hacia abajo; por lo que colocar prótesis de silicona en las mamas no quiere decir que siempre se va a tener unas mamas turgentes y con buena proyección. Los tejidos que la sostienen van perdiendo elasticidad y si el paciente aumenta de peso, los depósitos de grasa se vuelven a llenar, se aumenta el panículo adiposo y los tejidos se vuelven péndulos.

¿Belleza absoluta?

 

La belleza no es un concepto inmutable en el tiempo, cambia según la época y el medio social. A las definiciones de los sabios se le podría agregar comodidad y bienestar espiritual.

 

Es cierto que la apariencia juega un papel importante en las interrelaciones humanas y en el éxito profesional. Pero hay que ver de qué apariencia hablamos, porque lo físico no se refiere solo a las curvas del cuerpo o a una nariz perfecta. Muchos creen que operándose serán invencibles, y en realidad, hay tantas otras cosas más importantes.

 

La cirugía estética es una vía más para hacer feliz al ser humano, sí, pero no es la única. Tiene una esencia curativa, aunque muchos la vean más como una vanidad. Según los especialistas, es importante aplicarla tanto para alguien que ha sufrido un accidente y queda desfigurado, como para otra persona sana, pero con un físico muy poco agradable. En la cirugía estética, el doctor se concentra en lograr un objetivo que ayude a la autoestima del paciente, lo cual es imprescindible para el equilibrio del mismo y su accionar en la sociedad.

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