EN FOTOS: George Céspedes a escena
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Después de su estreno hace algunos meses en el teatro Mella, la agrupación Los hijos del director está presentando en el capitalino coliseo Martí La Tribulación de Anaximandro (Hombre, Arché, Ápeiron), de George Céspedes.
Más allá de las implicaciones ideológicas, más o menos manifiestas en un discurso sustentado en la relación del individuo con el grupo, están aquí una vez más las “obsesiones” que han definido la estética del coreógrafo y director: el juego con el canon, la ruptura y el reacomodo de la pauta geométrica, el hieratismo de la proyección interpretativa.
Céspedes, como es habitual, propone un entramado perfectamente sincronizado, con una sugestiva alternancia de tempos, en diálogo progresivo con la banda sonora.
Se sabe, estamos ante un creador prolífico y con probadas herramientas, particularmente notables en el trabajo con cuerpos de baile.
Eso sí: ante la magnificencia del título, uno podría esperar un poco más de filosofía. Demasiado título, nos parece.
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