Raynel Panfet: ¿Arquitecto de la nueva versión del tren azul?

Raynel Panfet: ¿Arquitecto de la nueva versión del tren azul?
Fecha de publicación: 
5 Febrero 2015
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Un tren, esa mole de hierro a la que todos le temen. Esa imagen vende sobre el tabloncillo esta nueva versión de Capitalinos. Sólida, devorando elencos rivales, afianzando a su paso los raíles sobre los cuales esculpir una séptima corona de la Liga Superior de Baloncesto.

 

Y no se trata de embelesarse con un certamen doméstico que además de tener calendariado apenas 28 partidos, muestra notables diferencias de calidad entre las ocho armadas inmersas. Y no solo eso, de manera global tampoco satisface a los adeptos ni se acerca a las versiones pioneras, cuando cuatro legiones (los propios Capitalinos, Orientales, Centrales y Occidentales) protagonizaban cruentas batallas y mar allende le plantábamos cara a Puerto Rico, Panamá, México y República Dominicana, al igual que ahora, entonces los otros pesos pesados de Centroamérica y el Caribe.

 

De vuelta a la Liga y el arrollador paso de los citadinos, mucho ha influido la presencia en calidad de timonel de Raynel Panfet. Decir Panfet es sinónimo obligatorio de baloncesto. Su hermano Reinier deslumbró a muchos con su magia para asistir compañeros y sus habilidades en el manejo del balón como base de Capitalinos durante una década.

 

El propio Raynel lo practicó, pero se decantó por radiografiarlo, exprimir cada detalle de miles de partidos, de tendencias, criterios y análisis de los mejores gurúes del planeta. Incluso en casa a diario escucha a su hermano. Su condición de armador le impregnó una visión diferente; su experiencia en el baloncesto peruano, otro tanto.

 

Lo cierto es que Raynel, sin renunciar a la defensa y profundidad de la plantilla como tradicionales principales argumentos, ha conjugado sus variables para entre el Torneo de Ascenso y la Liga, apenas exhibir un desliz, además de materializar un arrollador comienzo de 14-0 en el torneo élite, algo inédito para Capitalinos, pues la racha de 18 triunfos consecutivos que atesoran fue luego de resbalar inicialmente hace varias temporadas.

 

Varios años al frente de la selección femenina de la capital, ¿compleja la transición al masculino?

 

“No fue tan brusca, dirigí al quinteto masculino de Diez de Octubre durante seis años en la primera categoría. Desde los escolares, durante ese lapso y después durante mucho tiempo, he mantenido el roce con buena parte de los baloncestistas de la capital. El proceso de adaptación no fue brusco, siempre sobre la base del respeto y los objetivos puntuales con los atletas, y el apoyo del resto del cuerpo técnico.

 

Comienzo inédito y contundente. ¿A qué se atribuye este rendimiento?

 

“Intensidad durante los 40 minutos del partido. No bajar la guardia por holgada que sea la diferencia en el marcador. Esa actitud conjugada con una excelente preparación que comenzó a rendir sus frutos en el Torneo de Ascenso, pues sin la presencia de los titulares Lisván Valdés (alero de 1.95 metros), Orestes Torres (centro-2.00) y Jasiel Rivero (centro-2.03), involucrados en la preparación y el certamen de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, supimos mantener el nivel.

 

La base se mantiene, sin embargo, el salto es notable…

 

“Gracias a la seriedad de la segunda línea, que nos permite oxigenar y rotar a los titulares sin que haya un bajón notable en las acciones, de una defensa hermética (solo Santiago de Cuba pudo anotarles más de 70 puntos en una ocasión, en la victoria giraldilla 97-76), con exigencias en las variantes de marcaje personal y por zonas, de fidelidad táctica para ejecutar las diferentes jugadas ofensivas.

 

Experimentados refuerzos como Allen Jemmott y Luis Alberto “el Goyo” Hernández, ¿se ajustaron a la dinámica Capitalina?

 

“A la perfección. El Goyo se convierte en nuestro cuarto hombre de dos metros o más, junto con Torres, Rivero y Edson Standard. Su presencia aumenta nuestro poder en el accionar interior y bajo los tableros. Allen le aporta experiencia y serenidad al resto, por sus similitudes ha hecho excelente dupla con Lisván Valdés (ambos bombarderos de precisión más allá del perímetro) y encima se comporta como un líder natural, algo de que había adolecido Capitalinos en las últimas dos temporadas.

 

Hay otro de rendimiento descollante. El pívot de 19 años y 1.90 metros Daniel Simón (hijo del otrora estelar Roberto Simón). Suplió la ausencia por lesión de Rivero con sobrada calidad y ha sido pieza clave para mantener el invicto.

 

La meta más lógica… ¿Ganar la Liga?

 

Es el objetivo a largo plazo. Primero debemos ganar día a día nuestros partidos, sin renunciar a la filosofía practicada hasta este minuto, manteniendo el grado de responsabilidad de cada uno en su rol. Capitalinos lo posee todo para imponerse, como otras tantas veces en que no pudo materializarlo.

 

Capitalinos continúa con el juego colectivo como divisa, una muestra de ello lo constituye el hecho de que ninguno de sus efectivos se encuentra entre la decena de máximos anotadores de la competición. En cambio, a excepción de Rivero (únicamente se ha desempeñado en seis desafíos), Yosmel Zequeira, Valdés, Jemmott y Torres, los otros cuatro titulares, rebasan el centenar de cartones, bien respaldados además por su banca, con la puntería más afinada de la lid desde los tres puntos (33%), equilibrio en los demás departamentos y ritmo seguro sobre las líneas de triunfo. Un tren sin retrasos, presuroso de llegar a su destino final y con paradas bien delimitadas.

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