Villa Clara en la Serie del Caribe: A pesar de Odelín, teoría de la dependencia (+ FOTOS)

Villa Clara en la Serie del Caribe: A pesar de Odelín, teoría de la dependencia (+ FOTOS)
Fecha de publicación: 
4 Febrero 2014
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El béisbol, tamañas siete letras que a la par de cada juego transpiramos todos los cubanos. Y no se trata de hacer un recorrido por la historia de nuestra pelota desde 1960 a la fecha, cuando los Elefantes de Cienfuegos se coronaron como parte de la última participación cubana en las Series del Caribe, tampoco pretendemos desandar estos 54 años en los que cierto disfraz caracterizó buena parte de ese inmaculado andar de nuestro béisbol.

 

Sí disfraz, porque ese cartel de “trabuco”, ese poderío arrollador estuvo en buena medida sustentado por la poca prestancia de nuestros oponentes, especialmente las escuadras de Estados Unidos y Japón, enfrascadas en desarrollar sus ligas profesionales y ofreciéndonos como oponentes al talento naciente universitario. O peor aún, medirnos a homólogos del área endebles, de poco kilometraje y casta. Con semejante aval…

 

Amén de todo eso nunca nos faltaron las sudoraciones para imponernos, y en más de una oportunidad afloraron las falencias, como algunos desenlaces desfavorables en los topes de Millington, frente a los Senadores de San Juan o los Sultanes de Monterrey, por solo mencionar algunos deslices durante la década de los 80 y 90 del pasado siglo.

 

Con el advenimiento del siglo XXI se desmoronó el castillo de naipes, ese que de antemano estaba corroído. El último torneo serio en el que nuestra novena blandió el cetro fue la Copa Intercontinental de Taichung, China Taipei 2006. In extremis por cierto, pues el jardinero Yoandri Urgellés conectó triple salvador en el inning 11. Ese mismo año 2006 que nos vio acceder y disputar con los nipones la final del I Clásico Mundial a pura casta y corazón.

 

Justo ahí se ensombreció la senda victoriosa del béisbol de la Mayor de las Antillas, y aunque duela enormemente decirlo, el triunfo se perdió en todas las categorías.

 

Poco a poco las actuaciones fueron desempolvando una realidad que como avalancha hoy día se antoja aplastante: el techo de nuestra pelota es muy pobre, y las causas van desde la endeble captación y formación de los talentos en edades tempranas, hasta el ostracismo que padece nuestro clásico del patio y los jugadores que en él se desempeñan, eso sin obviar la nada despreciable cantidad de peloteros que han emprendido su cruzada en la Gran Carpa o cualquier otra organización rentada.

 

Así recalamos 54 años después en Isla Margarita, para acuñar nuestro retorno a las Series del Caribe y por qué no, tomarle el pulso a un béisbol con el cual hacía mucho tiempo no confrontábamos. Más optimismo que opciones, —a todos los que me increparon les planteé que amén de la paridad de las novenas en concurso en plantilla, no sería una lid nada fácil para Villa Clara.

 

PRIMER ACTO

 

Comenzaron las lecciones, como discriminar lanzamientos, descifrar al pitcheo oponente, la desde hace ya buen tiempo asignatura pendiente de conectar y empujar con corredores en circulación. Eso sin descartar ciertos deslices a la defensa, costosos y la ingenuidad de nuestros serpentineros en momentos climáticos, luego de dominar un turno de peligro o a un bateador temible. Esas fueron las claves del revés ante los naranjeros de Hermosillo.

 

SEGUNDO ACTO

 

De nuevo el pitcheo devino el lado flaco, tanto desde la colina de los suspiros como guante en mano. A tal punto que retirar dos capítulos de uno, dos y tres ante los Navegantes de Magallanes devino hazaña inalcanzable. Eso y una precisión milimétrica de los anfitriones, que fue desde las conexiones cruciales, incluidos toques de sacrificio, hasta el cerco preciso establecido por su defensa (tiros exactos al cortador sin la más mínima brecha de avance para nuestras huestes) y los miembros del staff empleados. Mención especial para el avileño Adonis García, un pelotero formado en nuestra academia, y que vivió a la sombra de Yulieski Gourriel.

 

TERCER ACTO

 

Con los Tigres del Licey se terminó de constatar la inefectividad de nuestro cuerpo de lanzadores. Eficiencia fue la palabra clave de los quisqueyanos, aprovechando cada oportunidad o corredor en circulación conectando con soltura, faldeando y haciendo swines sin el más mínimo asomo de presión. Desenvueltos por completo y calzados con el soberbio performance de Jon Leicester en la lomita.

 

EL VICYO SALVADOR…

 

Una estrella se le posó en su brazo derecho, el de lanzar. Millones de cubanos invocaron a los santos y hasta echaron humo deseando que la sangre no llegara al río, que los azucareros no regresaran a casa totalmente raídos, y con una imagen en el retorno poco menos que paupérrima. Así el agramontino Odelín se encaramó al box, puso alma, corazón y vida a sus 132 pitcheos, de ellos 81 strikes y transitó toda la ruta maniatando a los indios de Mayagüez boricuas a dos inatrapables, incluido un cuadrangular del tercer bate Edwin Rosario. Recetó cinco ponches y nos comeríamos todos las uñas cuando llenó las almohadillas en el sexto con tres boletos. Pero nos sonrió la suerte y ayudados por la pobre defensa del plantel borinquen respiramos y desajustamos la soga de nuestro cuello por pírrico 2-1.

 

Si me interpelaran nuestra pelota, como buena parte de nuestra vida en sociedad, ha sido desenmascarada. Pareciera como si a cada paso de avance nos afanáramos en retroceder tres, marcados por una buena dosis de arrogancia y encierro. Por ahora, a pesar de vestirse de Aquiles Vicyoandri, continuamos al desnudo, más allá de estructuras y calidad, arrogancia o humildad. Continuamos nadando en la teoría de la dependencia.

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Comentarios

Buena opinion aunque no hay que demeritar los tantos logros que se obtuvieron en decadas pasadas. Lo que pasa es que estamos cosechando (no solo en beisbol, priorizado desde siempre) sino en todos los demas deportes la debacle organizativa y de materias primas desde hace mas de 20 anos.
Creo que una buena disepción periodista, realmente necesitabamos volver a la Serie del Caribe para vernos por dentro, es una lastima que 54 años despues, intolenrancias de todas partes no hicieron esto posible antes, peor al fin fue y la verdad quedo al desnudo que nuestra calidad en el beisbol no era tal como pensabamos, este quizas sea el punto de inflexion que nos lleve a comenzar un camino de ascenso en la calidad empezando por nuestro torneo domestico, la Serie Nacional, quiero ser optimista y que la dirección del INDER y la CNB trabajaran con denodado esfuerzo en situar a CUBA en el lugar que los cubanos queremos estar en el beisbol.
Estimo que es un magnifico y objetivo artículo, válido incluso para otros aspectos de nuestra vida y dejar de una vez para siempre el triunfalismo falso del que hemos presumido sin valorar realmente el nivel de los contrarios que hemos estado enfrentando durante tantos años y el nivel de los torneos del cual hemos resultado ganadores. Es un momento para reflexionar sobre la realidad y darnos cuenta de lo que tenemos en verdaderamente. Sobre todo lo que hicimos en la preparación para el 1er clásico que no se pude ignorar, porque hubo resultados y el nivel de aquellos peloteros, su entrega y preparación. Si estimo que urge reorganizar el torneo nacional y dejar el regionalismo a un lado porque se ha demostrado que no hay potencial para mantener tantos equipos, pensemos en las zonas y hasta en las antiguas provincias porque hay que concenctrar el nivel de que se dispone realmente.
Los arbitros estubieron todo el tiempo a favor de los cotrarios sino hubieramos tenido mas diferencias de carreras.pero en lo general estoy EXTREMADAMENTE CONTENTA aunque mañana tengamos que volver de Venezuela, ya ppor lo menos no somos la mona del campeonato.Otra cosa los culpables no son los peloteros, recuerden que los peloteros cubanos cuando juegan en otras ligas sean las que sean en un 90% dan la talla, entonces como dice Taladrid saquen unstedes sus propias concluciones de quienes fallan ......
Esta no se una lid nada fácil ni para Vc ni para Ind,SC, Mtz, PR o cualquier equipo o director de SN cubanos, y sabe'por qué, pues porque nuestro beisbol está en picada, desde hace muchísimo tiempo, empezando porque desde la base existe una mala enseñanza, o sea los futuros atletas de SN y equipos Cuba, nacen con deficiencias y eso se mejora pero no se arregla en la SN ni en los concentrados de equipos Cuba, si queremos resultados trabajemos con eficiencia y calidad desde las edades tempranas, ubiquen a los mejores entrenadores en esas categorías y veremos entonces,amén de las dificultades materiales y de conceptos arcaicos, si tenemos o no mejores resultados.

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