Humor al Derecho

Humor al Derecho
Fecha de publicación: 
10 Diciembre 2013
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Derechos humanos: Solo en seis idiomas se les puede evocar oficialmente en el seno de las Naciones Unidas. Así que, además de nuestro español, escribo el inglés «Human rights», el francés «Droits de l’homme», el ruso «ïðàâàì ÷åëîâåêà»…, y añadiría el chino… y el árabe…, pero mi teclado y mi software occidentales tampoco parecen respetar el principio de la igualdad de derechos proclamados por la organización que agrupa a 193 naciones.

Desde 1950, en un intento de buscar un «idioma común» para llamar la atención sobre el tema, la ONU celebra cada 10 de diciembre el Día de los Derechos Humanos, en evocación a la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada en esa fecha de 1948. Y este 2013 arribamos a la conmemoración transcurridas dos décadas desde el establecimiento del mandado del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.

Sin embargo, esta historia de más de medio siglo no ha llegado a la fecha del entendimiento. Ciertamente, el concepto puede multiplicarse en miles y millones de palabras; pero dichas en lenguas oficiales o no, estas recogen aspiraciones que superan cualquier barrera idiomática: salud, respeto, educación, dignidad, tolerancia, paz, seguridad, alimentación, igualdad, justicia… Solo que quienes teclean el curso de la humanidad —un grupo casi tan selectivo como el de los idiomas oficiales— han buscado sustitutos occidentales para las aspiraciones universales: guerras preventivas, daños colaterales, cañones y mercenarios… Entonces, resultaría una paradoja presentar «al derecho» un mundo que está «al revés», y mucho más conformarlo con pinceladas de humor. Tal vez un imposible para quienes no dominen ese idioma universal, pero no para Pedro Méndez Suárez (Pedro), Félix Adalberto Linares Díaz (Linares), Rolando González Reyes (Roland) y Alfredo Martirena Hernández (Martirena), integrantes de la publicación humorística Melaíto, que este 20 de diciembre arribará a sus 45 años defendiendo el derecho, también humano, a sonreír y a pensar.

Alrededor de 70 caricaturas que pueden ser «leídas» en todas las lenguas, aun cuando sus creadores escriban en español. Así nos presentan un mundo que, aunque parezca desmentir el título del presente libro, no está trazado «al derecho». Aquí está, tal cual es, con un trazo a lo cubano que pretende unir miles y millones de palabras en busca de un ideal común que no admite sustitutos: el respeto a la igualdad de derechos de cada nación y de cada ser humano.

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