Perú: Obstáculos neoliberales

Aunque aún mantiene una popularidad mayor a la de sus predecesores, el presidente peruano, Ollanta Humala, enfrenta hoy una cierta caída de su aceptación, debido a que no ha sabido o podido enfrentar un sinnúmero de conflictos gremiales, encabezados por miles de trabajadores que exigen el fin de la política neoliberal de privilegio a sectores encumbrados predominantes en la economía.

Mientras que en el vecino Brasil la presidente Dilma Rousseff, ha logrado que el Congreso apruebe que de las ganancias en el sector de los hidrocarburos se destine el 75% a la educación y el otro 25% a la salud, en Perú, aunque hay más becas y una mayor atención a los niños, siguen sin respuesta las demandas de los maestros y de tres cuartas partes de los empleados sanitarios.  

 En un reciente mensaje, Ollanta reiteró que aprendió de los errores y que los ha corregido en estos momentos en que se encuentra a la mitad de su mandato, que comienza su parte final, subrayo, enfrentando muchas demandas de la población.  

Ollanta hizo énfasis en el crecimiento de la economía en el país y sobretodo en la inclusión social, eje fundamental de sus políticas de gobierno. 

“El país que queremos es un país próspero donde todos sin distinción puedan disfrutar de beneficio del crecimiento de manera segura. Renuevo mi más firme compromiso por mantener el rumbo de mi gobierno en pos de la inclusión social”, dijo.    

 Antes de referirse al crecimiento económico del país, Ollanta Humala, sostuvo que se han cometido errores, pero que se ha aprendido y rectificado: “Debemos estar satisfechos de tener la capacidad de aprender de nuestros errores, Hemos aprendido y rectificado. En el proceso de fortalecimiento de la democracia es necesario”.    

“Los precios y demanda externa empiezan a retroceder, señales de que el ciclo que favoreció nuestro crecimiento económico está llegando a su fin, es posible, pero tenemos con qué defendernos. La seriedad con la que hemos concluido nuestro crecimiento nos permitirá hacer frente”, expresó, para sostener después que el gobierno ha tomado las medidas necesarias para evitar que nos afecte el estancamiento del crecimiento, favorecido por la economía internacional, de la que son parte las elevadas reservas internacionales, los bajos niveles de endeudamiento público, y una mayor capacidad adquisitiva de la clase media.                                          

Asimismo, aseguró que se combatirá a la "lacra de la corrupción", con la reorientación de las prioridades en el gasto y con el uso de fondos públicos, de manera responsable.    

 No obstante las declaraciones del Presidente, este ha sido cuestionado por promesas incumplidas, problemas de inseguridad en el territorio y acciones de inversión con empresas extranjeras que no han agradado a los ciudadanos.         

Al asumir su mandato, se especuló que cuál modelo seguiría, si el argentino, el brasileño, etcétera, pero lo cierto es que ha tenido serios tropiezos en el enfrentamiento al capitalismo neoliberal, hecho que prometió cambiar desde siempre y que le valió furibundas y adversas campañas mediáticas para impedir que llegara a la presidencia.  

 En una entrevista por Telesur, intentó alejar los temores de los entes inversionistas, aunque advirtió que  el crecimiento económico no debe estar empañado por la desigualdad,                                                                

Fisuras las habrá, porque los neoliberales no se resignarán a perder privilegios. No obstante, Ollanta afirmó que hará una política que coadyuve a la unidad, tarea difícil ante previsibles arremetidas de las clases privilegiadas y la corrupción entronizada a todos los niveles, en tanto la campaña neoliberal sigue subrayando que el Presidente tiene un padre simpatizante de la Revolución Rusa de 1917 y un nacionalismo que ahora se hace integracionista.