Violeta Parra regresa (+ FOTOS)
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Un espectáculo hermoso, de inspirada visualidad. Las coreografías de Isabel Bustos suelen ser muy plásticas, comprometidas con una clara vocación gráfica que va de la mano del dramatismo y las honduras conceptuales. Algunas están mejor logradas que otras (es normal, la creación es altibajo). Un corazón que palpita, la pieza con la que Danza Teatro Retazos inauguró este miércoles el XVIII Festival Internacional de Danza en Paisajes Urbanos, convence sobre todo por su belleza por momentos cruda y por momentos pletórica de aliento lírico. Ya sabemos que es imposible resumir en un escenario el universo creativo de una artista compleja, múltiple, dialogante como la chilena Violeta Parra. Pero la obra de Bustos se zambulle sin prejuicios en algunas de las constantes de la poetisa, artesana y folclorista chilena. El espectador puede sentir aquí el pálpito intenso de los bailarines (muy bien entrenados, más allá de la mera técnica), que van desde el estar apacible hasta el rapto enérgico. Sí, la energía va más allá del escenario: uno siente el remolino que eleva las hojas y las ramas secas, el canto de la tierra, el diálogo arduo entre los amantes, las alegrías y los dolores, el imperio de la espiritualidad. Un corazón que palpita es más que una sucesión de movimientos... es un fresco vivo.
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