El juicio sobre la ‘marea negra’ causada en noviembre de 2002 por el hundimiento del petrolero ‘Prestige’ en las costas de Galicia, en el noroeste de España, comenzó hoy en la ciudad de La Coruña, con 2.128 partes personadas y 133 testigos.

En el banquillo de los acusados del macroproceso están el capitán del barco, el griego Apostolos Manguras, de 76 años, para el que se piden 12 años de prisión por atentado contra el medio ambiente, daños y desobediencia.

Otros dos miembros de la tripulación, Ireneo Maloto, primer oficial, de nacionalidad filipina y que actualmente se encuentra en paradero desconocido, y Nikolaos Argyropoulos, jefe de máquinas, afrontan los mismos cargos.

También están imputados José Luis López-Sors, exdirector general de la Marina Mercante española, acusado de imprudencia grave por el rumbo errático que siguió la nave durante seis días y que extendió el vertido de fuel desde la región de Galicia hasta las costas francesas.

Como responsables civiles directos están acusadas la aseguradora The London Steam-Ship Owners Mutual Insurance Association Limited y el Fondo Internacional de Indemnización de Daños debido a la contaminación por hidrocarburos, y como responsables civiles subsidiarios, las navieras Mare Shipping Inc y Universe Maritime Ltd, y el Estado español.

La reclamación por daños y perjuicios en materia de responsabilidad civil asciende a 2.233,76 millones de euros, aunque durante la jornada de hoy la Fiscalía presentará una prueba pericial elaborada por expertos que eleva la cuantía de los daños a casi 4.000 millones.

El petrolero ‘Prestige’, un monocasco construido en 1976, cargado con 77.033 toneladas de fuel de baja calidad, con bandera de Bahamas, se hundió después de zozobrar frente a las costas de Galicia debido a la rotura de uno de los tanques durante un fuerte temporal.

El buque, proveniente de San Petersburgo (Rusia) y que se dirigía a Gibraltar a la espera de conocer su destino definitivo, fue remolcado tras el accidente -el 13 de noviembre- lejos de la costa gallega, pero el 19 de noviembre se partió en dos y se hundió.

La ‘marea negra’ desprendida durante su errática singladura de casi seis días afectó principalmente a las costas gallegas, pero perjudicó también a otras zonas del litoral de España y de Francia.

El hundimiento del petrolero provocó una gran movilización social en España con miles de voluntarios que ayudaron a limpiar manualmente el fuel de las playas afectadas.