Suecia: Ayer maravilla fui…

Suecia: Ayer maravilla fui…
Fecha de publicación: 
17 Octubre 2012
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Arnaldo Musa

La complicidad con Estados Unidos para castigar la osadía del periodista Julian Assange por revelar la verdad sobre los crímenes del Imperio y la continuación de la política anticubana a la altura de la deleznable mafia miamense han mostrado el revés de aquella Suecia que hace años se presentaba como el paraíso de la democracia y refugio de perseguidos por dictaduras sudamericanas.

Todo terminó con el asesinato de Olor Palme. (en la foto). En honor a la verdad, la política sueca se caracterizaba por ser justiciera, igualitaria y solidaria, sin diferencia de clases, y no fue de pocos años atrás, sino se remontaba a 1928 en un país capitalista que se vanagloriaba de ser mostrado como modelo.   

                                                                                                    Por supuesto, no todo era perfecto y los criterios al respecto variaban, pero sí se coincidía en que los sucesivos gobiernos suecos, antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial se caracterizaron por una política austera, moral de trabajo y una inexistente o escasa corrupción.   

Hasta los ’80 se mostró un capitalismo de “rostro humano”, cuando el gubernamental Partido Socialdemócrata había abandonado sus ideas socialistas para enfrentar la desbordante crisis económica.  
         
A anterior política de neutralidad, libertad de alianzas, el apoyo a la liberación de los países del Tercer Mundo y la distensión en la pugna entre la Unión Soviética y Estados Unidos, sustentada por Olof Palme Willy Brandt, de Alemania, y el austriaco Willy Kreisky sobrevino la derecha. Demás está decir que sobrevinieron desde ese momento hasta la actualidad, gobiernos suecos que se caracterizaron por el apoyo al imperio del mercado, las privatizaciones y la subordinación a la política de Estados Unidos, más o menos encubierta.
                   
Esto requeriría por su interés de un estudio más detallado, en el que había dado incipientes pasos en Indecencia sueca (http/www.habanaradio.cu), en que explicaba como la difusión  del odio y la discriminación fructífera, inversión electoral en la Europa de la primera década del siglo XXI, permeó en la primera década del siglo XXI al ultraderechista Partido  Demócrata de Suecia                               

Pero no le echemos solo la culpa a esa ultraderecha, porque los disfrazados de izquierdistas hicieron, y hacen,  tanto daño como aquellos, aunque más solapadamente.

Mientras se hace lo indecible para cumplir las órdenes imperiales de molestar, aislar y tratar de hacer la vida imposible a la población cubana, Estocolmo cierra tratos multimillonarios armamentísticos con Arabia Saudita y recibe con honores a todos sus dirigentes, quienes no han  participado en elección alguna.                                   

Cuenta  Liberación, que se edita en Malmo (Suecia), que da vergüenza las fotos sonrientes de los ministros suecos con los sátrapas sauditas, preludio de un contrato de colaboración militar que incluye espionaje electrónico.                                                           

El investigador René Vázquez Díaz apunta que mientras Suecia preconiza las sanciones a Cuba, arma a un régimen en el que las mujeres ni siquiera pueden tener licencias de conducir, no hay partidos políticos, se aplican tormentos públicos a latigazos por delitos religiosos y reprime ferozmente a cualquier disidencia.                             

En el 2005, algunos políticos de la derecha criticaron la colaboración militar con esas dictaduras. Pero cuando llegaron al poder, la desarrollaron aún más.                                                 

Y es que en el establishment político sueco existe un oprobioso consenso en lo concerniente al apoyo  militar a países violadores de los derechos humanos. Urban Ahlin, vocero de Relaciones Exteriores del Partido Socialdemócrata y uno de los más enfermizos detractores de la Revolución Cubana, ha dicho: “Nosotros apoyaremos la exportación de material de guerra. Suecia posee la tradición, la técnica, la competencia y los conocimientos sobre la fabricación de armas. Sería estúpido botar todo eso”.                                              

Tanto el Ministerio de Relaciones Exteriores de Suecia como los, partidos que forman la coalición de izquierda (los verdes, ex comunistas y los socialdemócratas) hablan con un lenguaje ambivalente. El demócrata cristiano Alf Svenson es el más sincero de todos:                                                                                 

“Es que somos tan dependientes de Estados Unidos”.  

                                                                                                                                                                 

Comentarios

Hola desde Canadá. Soy un fan por muchos años de Palme, pero la realidad es que el capitalismo mundial no se permite un capitalismo con "rostro humano" (me gusta esta descripción del social democracia). La burguesía capitalista lucha cada día contra cualquier tipo de una política a favor de la clase obrera.

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