ZONA CRÍTICA: Que nos aproveche la Feria

ZONA CRÍTICA: Que nos aproveche la Feria
Fecha de publicación: 
8 Febrero 2020
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Una feria es fiesta, una feria es comercio… y por lo tanto, la Feria del Libro es fiesta y comercio… pero no solo es eso. Obviamente, fue concebida primero que todo como una cita cultural. La más abarcadora, la más integradora de las muchas que se convocan cada año en Cuba. Por lo tanto, lo meramente mercantil no puede estar por encima de esa vocación cultural.

El principal objetivo de la Feria del Libro no es recaudar dinero (aunque algunos aprovechen la Feria para ganarlo en actividades, digamos, colaterales); el principal objetivo es, tiene que ser, socializar cultura, expresada en literatura de calidad.

Ojalá se pudieran regalar todos los libros. Las lógicas del mercado no lo permiten. Pero, subvencionado al fin, el sistema editorial en Cuba protege los precios de sus producciones.

No vamos a decir que se venden los libros por centavos, además, el precio es también es un elemento en la escala de valores. Pero es perfectamente posible adquirir obras de primera línea, de autores reconocidos, con poco dinero. Menos, incluso, de lo que cuestan otras producciones dicen que culturales que se venden también en la Feria.

El libro, el buen libro, debería ser el producto estrella de la Feria… y no el cartel del cantante de moda. (Que conste que no tenemos nada en contra de los carteles de los artistas populares, que tienen su razón de ser, pero todo tiene su momento y su espacio).

Más triste es el que va a la Feria solo a comer pollo frito, a pasar el rato, como el que va a la venduta de la esquina. Y llega al final de la jornada y se gastó un dineral en pollo, en refrescos, en chucherías múltiples… y ni un peso en un libro.

Por supuesto, tampoco tenemos nada en contra del pollo. No se puede vivir un día entero a base de literatura. La cuestión es de prioridades. Y se supone que la Feria del Libro sea el espacio privilegiado para el libro.

Hay quien también compra muchos libros, por no sé por qué impulso arrebatador, y después esos libros duermen el sueño eterno en el librero de la casa. Triste también. Triste porque hay un esfuerzo, un gran esfuerzo, en la organización de la Feria. Y el objetivo es honrar ese principio básico de la política cultural de la nación: arte y literatura para todos, el disfrute del arte y la literatura, en sus mejores expresiones, como derecho de todos los ciudadanos.

De eso se trata. Y el libro, contra lo que piensan algunos, no es un lujo. Es libro es una inversión para el futuro. Un país que lee, necesariamente será un país más próspero.

Esto que decimos puede parecer romántico, y lo es… pero es también práctico.

Aprovechemos mejor la Feria. Un último consejo, para los padres. Compren caramelos, pero también cómprenles libros a sus hijos.  

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