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Todos los extremos son desagradables, ni los recalcitrantes a las modas ni los adeptos a ellas hasta la médula. Simplemente cada cual hace con su persona, su cuerpo lo que entienda pertinente, y demonizar a una persona por llevar tatuaje, pelo largo los hombres o barba y patilla, las mujeres y hombres con zarcillos donde lo entiendan pertinente, visible o no, es discriminarlos y no por su capacidad y conocimientos. Qué horrible es escuchar y leer tales comentarios aberrantes, yo no uso tatuajes ni mis hijos tampoco, pero si lo desean es su derecho, si quieren pelarse, pintarse los cabellos de verde, ponerse zarcillos en las orejas o en las cejas o la nariz o convertirse en periódicos andantes, allá ellos. Me disgusta y aborrezco el uso de drogas porque va en contra de la salud e incluso la vida.