¿Tendrá éxito la COP15?

Un mes después de la XXVII Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) que tuvo lugar en la ciudad de Sharm El Sheikh, en Egipto, llega la XV reunión de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas (COP15), esta vez en Montreal, Canadá, donde hasta el 19 de diciembre participantes de 196 naciones debatirán cómo salvar la naturaleza.

Con la mirada en resguardar la biodiversidad, la COP15 buscará acordar un nuevo marco de protección, y esperemos que de esta cita sí salgan acuerdos concretos, y mejor, que sean cumplidos.

Es cierto que existe mucha desidia, y con cada evento de este tipo solo los afectados directos alzan sus voces de verdad, con sentimiento de causa común, mientras otros se muestran parcos con discursos previsibles y luego, quizás, regresan a sus mansiones, donde tienen un oso panda colgando de un bambú en el jardín. Esta vez seamos positivos, cautelosos, pero mantengamos la ilusión. Si no, ¿para qué haríamos cumbres de este tipo con tanta frecuencia?

Al mismo tiempo que me llamo a la confianza me pregunto cómo, nuevamente, se discuten las maneras de preservar la diversidad biológica del planeta, si desde hace muchos años sabemos cuán amenazada se encuentra, sobre todo, por la acción del hombre.

Un tema que me hace suspicaz es que esta cumbre se celebra sin la presencia de los líderes mundiales, solo con autoridades de la materia en sus distintas naciones de origen para encargarse de la parte seria de las negociaciones dirigidas a revertir la pérdida de biodiversidad.

Me parece, entonces, bastante confuso y creo que en este momento deberíamos estar agregando acciones a la lista enorme, además concebida, de tareas por hacer, y, sobre todo, comprometiéndonos más, controlando que se cumplan las disposiciones y que se note su impacto positivo sobre el medio natural.

No es de ahora. Desde hace bastante tiempo sabemos que muchísimas especies se encuentran en peligro de extinción, que gran parte de la tierra está gravemente degradada, mientras los océanos muestran una devastación sorprendente. El cambio climático y la humanidad, o simplemente, nosotros, los humanos, somos los únicos responsables.

Y cuando nos quedemos sin ecosistemas, no alcanzará la luna para emigrar. Por eso me cuestiono qué tiene de diferente esta cita, cuando ya es la número 15 haciendo planes, y cada vez tenemos más animales seriamente amenazados con desaparecer, los mares en crisis, e infértiles las tierras.

Todavía quedan días para hablar de conclusiones. Lo que esperan tanto ambientalistas como las personas sensatas es que, sin embargo, bajo todas estas condiciones e incertidumbres, el desafío de la COP15 sea establecer un acuerdo histórico amigable con la naturaleza que, con su implementación, salvemos nuestro mundo de la destrucción irreversible que tenemos pronosticado.