EE.UU., como la amenaza principal

No es algo nuevo, pero si es bueno recordarlo y hasta explicarlo con facetas nuevas, incluso las de aquellos que en su momento jugaron un papel importante en el fortalecimiento del imperialismo norteamericano y hoy reconocen que con su política tan ambiciosa como equivocada han puesto a la humanidad al borde de la catástrofe total.

Leer Más: Rusia responderá con dureza por entrega de bombas de racimo a Ucrania

Así se deriva de la entrevista que le hizo The New York Times al expresidente del Consejo de Relaciones Exteriores, Richard Haass, quien expone que su país debería ser un índice en un mundo volátil, pero que se ha convertido en la principal fuente de inestabilidad mundial.

De acuerdo con Haass, la desintegración del sistema político estadounidense significa que por primera vez en la historia moderna la amenaza interior supera a la amenaza exterior.

Es tan extremo el peligro que se vive en estos momentos que hasta el centenario ex secretario de Estado, Henry Kissinger, con un quehacer asesino de personalidades progresistas y pueblos que aspiraban a la redención, afirmó que las promesas de admitir a Ucrania en la OTAN provocaron el conflicto con Rusia

"Nuestra situación política doméstica no solo es algo que otros no quieren emular…esto hace muy difícil para nuestros amigos depender de nosotros", explicó.

KENNEDY JR, OTRA VEZ

En ese mismo sentido se pronunció nuevamente el candidato presidencial demócrata Robert Kennedy Junior, al reiterar las preocupaciones de Rusia por la expansión de la OTAN, ejemplificando que "EE.UU. jamás permitiría a Rusia desplegar sus misiles en Canadá o México".

Kennedy fue aún más lejos, al recordar que "los rusos fueron invadidos tres veces desde Ucrania. La última vez que lo fueron, los alemanes mataron a uno de cada siete rusos", indicó en referencia a la Gran Guerra Patria. "Destruyeron un tercio de Rusia hasta dejarla en ruinas. Quemaron los campos. 

Mi tío dijo esto en 1963 en un discurso", ha recordado el político, en referencia al presidente John F. Kennedy.

"Dijo que los alemanes habían destruido el equivalente en EE.UU. a la parte que va desde la costa este hasta Chicago.

Imagínese si todos los campos de trigo, todos los bosques fueran quemados, todas las ciudades se convirtieran en ruinas, que es lo que se hizo (en la URSS)", aseveró.

El político estadounidense también señaló que Washington arruinó el acuerdo de paz entre Moscú y Kiev al mes siguiente del inicio de la operación militar rusa en Ucrania.

Así, cuando las partes del conflicto en abril del 2022 "llegaron a un acuerdo de paz, la Casa Blanca envió a Boris Johnson para sabotearlo", indicó el político demócrata en referencia al Tratado de Neutralidad Permanente y Garantías de Seguridad para Ucrania, presentado por el presidente ruso, Vladímir Putin. 

ESPERANZA LOCA

En lugar de permitir a Ucrania acordar con Rusia la coexistencia pacífica, los países de la OTAN decidieron armarla con la loca esperanza de que pueda derrotar al país euroasiático.

Y es que, al suministrar armas a Ucrania, Occidente financia a sus corporaciones militares y obtiene fabulosos beneficios, y no le preocupa que las pérdidas de Kiev se cuenten por decenas de miles y es que, como ya han indicado diversos medios, sin exageración, ya no queden suficientes plazas en los cementerios ucranianos.

En un contexto en el que que los países occidentales intentan echarle la culpa del conflicto ucraniano a Rusia, las amenazas relacionadas con el suministro de armas al régimen de Kiev siguen creciendo y multiplicándose.

Aunque Occidente se obstina en hacer olvidar a la comunidad internacional que la crisis ucraniana, al igual que las entregas de armas, comenzaron mucho antes del 2022, gracias a las revelaciones de varios políticos, como el expresidente francés Francois Holland y la ex canciller alemana Ángela Merkel, muchos ya sabían de los preparativos de Ucrania para la guerra con Rusia, tras la pantalla de los acuerdos de Minsk".

Ahora los aliados de Kiev intentan presentar el asunto de tal manera que solo empezaron a armarlo desde el inicio de la operación militar de Moscú; así, los países de la OTAN suministran armas, en su mayoría reciclando sus viejos arsenales; y financian sus corporaciones militares, obteniendo enorme provecho, mientras los ucranianos luchan y mueren por decenas de miles en el campo de batalla.

También los países occidentales ahora no solo están enviando armas sin control al régimen de Kiev, sino que también entrenan a las Fuerzas Armadas ucranianas y a batallones neonazis en sus territorios.

Y es que las declaraciones de líderes occidentales de que su objetivo es infligir a Rusia una "derrota estratégica en el campo de batalla", muestran que han perdido completamente el contacto con la realidad, provocando deliberadamente un choque directo entre las potencias nucleares.