#AnalizandoDatos: 2024 y la gestión del presidente Biden

El martes 5 de noviembre de 2024 tendrá lugar otra elección presidencial en Estados Unidos, que vendrá adornada con calificativos del tipo "las más complejas", "históricas", "determinante para salvar el mundo libre", y por supuesto, "las de mayor recaudación". Son las mismas frases que pretenden describir, cada cuatro años, tales comicios; frases cuestionables en sí, pero que encierran el lamentable hecho de que el ganador, ciertamente incidirá en la geopolítica internacional, y no necesariamente en positivo.

Tan inmersos como andamos en vivir día a día, cualquiera pensaría que la fecha mencionada dista lo suficiente como para no preocuparnos aún. No obstante, los patrones de la política electoral que se consolidan en las democracias "occidentalistas", cada vez ponderan más el show político, en detrimento del contenido o propuesta política.

Alimentando ese show —al margen del valor como herramienta de investigación—  las principales encuestadoras y medios de comunicación norteamericanos nos ofrecen resultados de sondeo que, desde ya, arrojan luces sobre el entramado político que vivirá Estados Unidos a fines del próximo año. Por ello, les proponemos evaluar encuestas y datos, que nos permitan ganar elementos sobre ese proceso venidero.

Pero hablemos hoy de la gestión de gobierno de Biden, el presidente que apunta a ganar la nominación demócrata. Bajo cierta lógica mediática, en ocasiones enfocada con poca objetividad, se nos presenta la gestión del actual mandatario como desastrosa, ridiculizada además por ciertos desvaríos más fértiles para la memística que a los análisis. Pero ojo, que Biden no es que ande tan mal.

Entre el 3 y 7 de julio, Economist/YouGov y Rasmussen Reportes publicaron encuestas sobre la gestión de trabajo de Biden, con cifras muy similares. La primera arrojó un 40% de aprobación contra un 55% de desaprobación, mientras la segunda reflejó un 45% y 52% respectivamente.

La primera lectura puede parecer engañosa, pues rara vez la gestión de un presidente norteamericano es valorada positivamente por las mayorías. Partiendo de la polarización entre las tendencias partidistas de ese país (demócratas y republicanos) y de temas que fracturan (migración, economía, aborto, etc), el 40 y algo por ciento que aprueba su gestión, representa una cifra sólida con vistas a un proceso electoral.

De hecho, no es la Casa Blanca quien se lleva la peor valoración. Según Economist/YouGov, solo un 17% del país aprueba la gestión del Congreso norteamericano y un 62% lo desaprueba. La diferencia entre la aprobación del presidente y la del Congreso, controlado por su mismo partido, habla de que la mala imagen y la gestión de estos últimos, no ha arrastrado al mandatario. Y es un punto a favor de las pretensiones de Biden de mantenerse en la Casa Blanca hasta el 2028.

Ciertamente, son expresiones y comportamientos de variables que trascienden de un par de encuestas. Pero es sensato estudiarlas.

La semana que viene, vendremos con algunas cifras de Trump.