Roxana Gómez, sus pinchos agraciados y el toque para rebajar tiempos

Roxana Gómez, sus pinchos agraciados y el toque para rebajar tiempos
Fecha de publicación: 
13 Febrero 2022
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Roxana continúa dando muestras de calidad, llevando su récord nacional techado en Dortmund hasta los 52.60 segundos.

¿Que Roxana Gómez sigue rebajando registros en los 400 metros sobre pista cubierta? Es cierto. Ahora los 52.60 segundos materializados en el mitin PSD Bank Indoor Athletics, de la ciudad alemana de Dortmund, igualmente le merecieron la segunda posición; en este caso, detrás de la curtida polaca de 29 años Justyna Święty-Ersetic (52.10), quien, además de ser miembro de la posta dorada del 4x400 mixto en Tokio, también se vistió de plata en el relevo largo femenil de los Juegos Olímpicos.

Ahora, en pistas germanas, Roxana quebró en casi dos segundos el registro de la francesa Mondeville (54.37), aún fresco en nuestras memorias, y se acercó a los 52.02 de Indira Terrero, lo mejor estampado bajo techo por una hija de la Mayor de las Antillas, por esas coincidencias de la vida, patentado en la urbe francesa de Metz el 24 de febrero de 2013, solo que ya no representando a la Federación Cubana.

De vuelta a Roxana, relegó en su segunda carrera en pistas techadas a la belga Cynthia Bolingo (52.61) a la tercera posición; y a su victimaria de Mondeville, la británica Ama Pipi (53.90), al cuarto peldaño.

Habíamos hablado del considerable margen de mejora de Roxana, quien, a sus 23 años, está materializando una curva de progresión impresionante. Recordemos que el año pasado, en el excelso escenario de la capital nipona, había llevado su cota personal en la vuelta al óvalo de 50.76 segundos a 49.71.

Baste señalar que ese tiempo constituyó el tercer mejor crono de todos los tiempos conseguido por una sprinter antillana en la historia, únicamente superada por los 49.61 de Ana Fidelia Quirot en los Panamericanos de La Habana 1991, y un 49.62 de la propia Tormenta del Caribe en México en 1988.

Para profundizar en esta espiral evolutiva, tenemos que del 2014, cuando estampó —con apenas 16 abriles— 54.53 segundos, a la fecha Roxana se ha comportado de la siguiente manera: 52.79 segundos en el 2015; al año siguiente registró 52.24. El 2017 la vio correr en 51.46 su segmento, entorno en el cual se mantuvo en las dos temporadas siguientes, a razón de 51.95 y 51.96. El 2020 sería un año gris, con problemas de lesiones y el azote de la pandemia de COVID-19, que forzó un impasse indeseado, por lo que su mejor crono fue de 54.73. Y ya miramos su manera de «prender las turbinas en el año olímpico».

Variables indoor

Habíamos subrayado algunas cuestiones respecto a la poca participación de nuestras velocistas a lo largo de la historia en circuitos techados, o giras invernales, especialmente en la modalidad de 400 metros.

De ahí que los registros de Roxana, además de emerger nuevos topes domésticos y ser notoriamente halagüeños, también califiquen en el plano de lo sorpresivo. Lógicamente, la talentosa discípula de Ricardo Molina se irá adaptando mejor a las pistas de 200 metros, en las cuales tendrá que establecer la táctica ideal para mantener un ritmo de carrera en la primera vuelta que le permita luego preservar fuerzas y patentar posibles remates en la conclusiva; esto, sobre todo, de cara al Mundial de Belgrado, Serbia (15-18 de marzo), donde de seguro será una de las atracciones de nuestra armada.

Hablamos de encarar el doble de curvas que las que tradicionalmente posee el trazado de su evento al aire libre; de la posición del cuerpo tanto en estas como luego, en la transición hacia la recta; de la técnica de braceo, frecuencia del paso, ritmo… elementos todos que, junto a la capacidad psicológica y de adaptación al nuevo escenario, la irán convirtiendo, desde mi perspectiva, en una rival de mucho cuidado para sus oponentes.

Roxana es una corredora, en mi modesto criterio, de ritmo, que destaca por su frecuencia de paso, la cual me hace recordar la manera de correr de su otrora homólogo Willian Collazo. Ha ido ganando en potencia en su última campaña; esto último, sin renunciar a sus principales argumentos como sprinter.

Toca con ella seguir atestiguando sus carreras, a ver si mantiene su espiral de crecimiento, la cual la coloca momentáneamente, con sus 52.60, en el puesto 33 de un listado anual comandado por la holandesa y especialista de 400 c/v, Femke Bol; y en el cual, además de Święty-Ersetic (52.10-19), se sitúan sus coterráneas Anna Kiełbasińska (51.10-2da), y Natalia Kaczmarek (51.58). ¡Vaya poderío!

La jornada sabatina también deparó las incursiones de los saltadores de longitud Maikel Massó y Lester Lescay, en la gala Metz, donde ambos estuvieron por debajo de sus reales potencialidades, al no superar ninguno la barrera de los ocho metros.  

Massó, bronce olímpico en tierras del sol naciente, clavó los pinchos en 7.80 metros y culminó segundo, por detrás del rey bajo los cinco aros, el griego Miltiadis Tentoglou (8.22). El santiaguero patentó una secuencia de 7.76-7.80-7.80-7.69-7.67 y foul. Mientras, Lescay solo se estiró hasta 7.57 para recalar en la sexta plaza, con una secuencia distante de su talento, el cual aún no explota del todo (7.39-7.42-7.43-7.36-7.57-7.34).

Mientras, entre lo más notorio que dejó en el escenario doméstico del Estadio Panamericano la segunda confrontación, estuvieron los 18.25 metros del balista Juan Carley Vázquez y los 13.23 segundos de la vallista corta Greisy Robles.

Frecuencia del paso y ritmo caracterizan a la velocista de 23 años.

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