Para madres se han hecho colores...

Para madres se han hecho colores...
Fecha de publicación: 
11 Mayo 2024
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Para madres se han hecho colores... y para todas: flores. Para las que parieron y para las que crían; para las que asumen la maternidad como su trabajo y vocación; para las que se llevan a los hijos al surco, al taller, a la oficina. Para las que comparten la maternidad con otras madres; las que escogen o asumen el reto de maternar solas y, por supuesto, también para las que lo hacen con papá al lado o muy cerca.

Cada una ha estado en la vida de sus hijos como ha podido o como le ha tocado. Ejemplos sobran a través de la historia.

Mariana —lo sabemos— no admitía lágrimas, para ella lo primero era la libertad, y le ofrendó hijos con la osadía y el compromiso de los Maceo. Juana Azurduy, la libertadora de Bolivia, se incorporó junto a su esposo a las guerras de independencia hispanoamericanas por la emancipación. Nada menos que Bolívar la ascendió al grado de coronel; parió cinco hijos y perdió cuatro, por el hambre y las penurias de la guerra. Madres altruistas, que se entregan como si hubieran parido a todo un pueblo.

Sin Nancy Edison, muchos de los inventos que revolucionaron el mundo, como el fonógrafo y la lámpara incandescente, no existirían sin la entereza de esta mujer. Cuando Thomas Edison llevaba unos meses acudiendo al colegio, volvió un día llorando a casa. El profesor le había dicho que siempre sería estéril e improductivo. La madre, indignada, se plantó en la escuela y exigió que se le diera al hijo la atención adecuada, pero en vistas de que el sistema escolar no era capaz de integrarlo felizmente, Nancy Edison tomó una decisión que marcaría el destino del hijo: educarlo en casa ella misma.

La mamá de la brillante científica polaca Irene Joliot Curie crió junto a su esposo otra genia: la hija fue galardonada, al igual que sus padres, María y Pedro Curie, con el Nobel de Química. La tenista belga Kim Clijsters, entre las mejores de todos los tiempos, se retiró del tenis a los veintitrés años, luego de tener su niña, y al cabo de dos, regresó al mundo profesional para convertirse en la primera mujer que ocupa el número uno del ranking mundial luego de ser madre. Vivir la maternidad con total entrega, pero sin abandonar los sueños y aspiraciones personales, es un reto posible; muchas lo han demostrado a través de la historia.

No hay una fórmula, ni un librito de instrucciones, ni reglamento. Que a estas alturas no nos coman el coco con evaluaciones y cuestionamientos. A través de la historia, hubo toda clase de madres, y ojalá que así sea para siempre. Que sea el amor el único rasero, y nadie el juez. Feliz maternidad.

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