No hay mal que nos destruya: Cuba contra la Covid-19

Cuba no quedó fuera de la telaraña del nuevo coronavirus en este 2020. Con los primeros casos positivos detectados en la Isla el pasado 11 de marzo provenientes del exterior, el gobierno y pueblo cubanos se dieron la tarea de enfrentar la situación y adoptar estrategias para minimizar las cadenas de contagios y evitar posibles decesos.

Nuestra cotidianidad cambió de un momento a otro, y a diario se vivían en los hogares momentos de tensión durante el tan esperado parte del estado epidemiológico que emitía el doctor Francisco Durán García, Director Nacional de Higiene y Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MINSAP). El aumento de las cifras por día generaba profunda preocupación.

Entre las noticias más esperadas, el Noticiero Estelar de la Televisión Cubana, informaba de las reuniones del Grupo Temporal de Trabajo del Gobierno, dirigidas por nuestro presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez y el Primer Ministro Manuel Marrero Cruz, en las cuales se explicaba la situación por cada territorio, las incidencias y medidas a implementar. 

Pasaban los días, las semanas, los meses y todos nos preguntábamos cuándo llegaría el último día, el fin de la epidemia. Lamentablemente tras 10 meses de convivencia con el virus no se ha podido erradicar la enfermedad. Sin embargo, todos los factores imbricados en esta tarea de prevención y control de la Covid-19 no han tenido descanso, la tarea pareciera interminable. 

El gobierno cubano de conjunto con el MINSAP ha realizado un trabajo extraordinario. Aunque otras naciones y medios de prensa no lo quieran reconocer, la Isla resalta por las bajas cifras de contagios y su eficiencia en el control del SARS-CoV-2. Nuevamente vuelve a brillar frente al triste escenario que arrasa con América Latina y otros estados del primer mundo.

El Partido Comunista de Cuba, el Ministerio del Interior, organizaciones de masas, la sociedad civil, centros hospitalarios, instituciones científicas, todos han laborado arduamente en este tiempo y el fruto del trabajo es posible percibir en nuestras calles, los cubanos llegamos a incorporar las medidas de higiene en nuestras vidas y el nasobuco pasó a ser otra prenda de uso diario.

Los estudiantes de la universidad también dieron el paso, voluntariamente asistieron a centros de aislamientos, hospitales, estuvieron insertados en el Programa del Médico de la Familia realizando las pesquisas por las comunidades. Las federadas, los cederistas, todos convergen en el control por cuadras, más ahora con el arribo de viajeros provenientes del extranjero.

Tampoco quedan atrás los transportistas en el traslado de enfermos, contactos de casos confirmados y sospechosos. Todo quien estuvo y está inmerso en este instante de una forma u otra se lleva el reconocimiento y gratitud de familiares, infantes, enfermos, de toda Cuba. Los aplausos nocturnos que se escuchan al estallido del cañonazo a las 9 de la noche dan fe de ello.

Niños, adolescentes, madres, mujeres, adultos mayores, discapacitados, todos tienen garantizada la salud aquí, en Cuba Socialista, con cobertura universal. En medio de esta crisis epidemiológica, todos los cubanos tienen acceso a los protocolos de salud, bajo la premisa de que no se enferme nadie, el que enferme no se agrave, y el que agrave no fallezca.

Hay que puntualizar que tanto en el capitalismo como en el socialismo lógicamente todo cuesta. Y cuesta cada prueba PCR en tiempo real que se le realiza a cada enfermo, sospechoso, contacto; miles de cubanos fueron aislados en centros concebidos y mantenidos por el Estado. No se quedaron desprotegidos los trabajadores cuyas empresas se vieron afectadas por la Covid-19.

Hasta el cierre contable de agosto, según la Ministra de Finanzas y Precios, Meisi Bolaño, más de 900 millones de pesos fueron dedicados a sufragar el impacto de la pandemia, el mayor por ciento erogado por el presupuesto del Estado. Madres con hijos pequeños que estaban en casa y no podían regresar a sus trabajos fueron respaldadas salarialmente. Y hoy día seguimos con el virus.

Sumado a todos estos gastos, Cuba sufrió una gran afectación en el turismo internacional, una de las principales fuentes de ingreso del país. A pesar de que los aeropuertos volvieron a operar, la crisis del sector a nivel mundial, ha mostrado una cara oscura sin precedentes. Y para peor, vivimos un recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EE.UU.

Muy difícil encontrar equilibrio por todo esto. Sin embargo, esta Isla no se detiene, la comunidad científica cubana que surgió bajos los principios y la genialidad del líder histórico Fidel Castro Ruz, otra vez sobresale frente a grandes compañías, ha logrado dos candidatos vacunales contra la enfermedad respiratoria lo cual podría significar otro gran paso de la biotecnología cubana.

Esta nación ha demostrado que cuenta con un sólido sistema de salud pública y una fuerte industria farmacéutica con capacidad para el manejo de esta emergencia. Hay que destacar que también contamos con un efectivo sistema de defensa civil el cual abarca todo el sistema nacional hasta el nivel de los consejos populares basado en la preservación de la vida humana.  

Asimismo, se ha trabajado en la creación de una red de laboratorios de biología molecular a lo largo y ancho del archipiélago. La doctora Vivian Kourí Cardellá, vicedirectora primera del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, ha explicado que todos cuentan con un alto nivel de precisión y confiabilidad y están equipados con tecnología de avanzada y un personal entrenado para ello.

Cuba es eterna, es sólida y es socialista. Cuba es lo que es y lo demuestra frente a momentos duros, como lo es ahora con la Covid-19, de los peores que han afectado a la humanidad en los últimos años. Bajo este sistema nadie queda desamparado, la salud cubana es gratuita y los médicos cubanos son extraordinarios, son héroes internacionalistas. ¡Viva Cuba soberana!