Menopausia: hábitos para potenciar la sexualidad

Menopausia: hábitos para potenciar la sexualidad
Fecha de publicación: 
16 Abril 2024
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Foto: Internet

Al hablar de menopausia, lo primero que se nos viene a la cabeza es el declive sexual.

Pero este proceso por el que pasan todas las mujeres no debería interpretarse así, sino como una nueva etapa por descubrir, un tiempo de transición y de autocuidado.

La menopausia, el cese del sangrado de menstruación durante un período continuo de al menos 12 meses, se origina por la reducción de hormonas ováricas, en particular de estrógeno y progesterona.

En ocasiones, también la puede desencadenar precozmente algún procedimiento médico, como la extirpación quirúrgica de los ovarios o la radioterapia dirigida a la región pélvica.

El cambio hormonal provoca modificaciones no solo en la anatomía genital, sino también a nivel mental y emocional. En los genitales, es evidente la pérdida de elasticidad y la sequedad vaginal debido a la reducción del flujo sanguíneo. Las mujeres pueden observarse estos cambios con ayuda de un espejo.

También hay modificaciones no detectables a simple vista. La microbiota de la vagina, formada por microorganismos que protegen de infecciones, disminuye y altera el ph vaginal, que es la principal causa de candidiasis (infección por hongos) repetitiva.

El deseo o libido también se ve afectado, probablemente por las dificultades en la penetración. Síntomas como la sequedad, la irritación o el ardor forman un círculo vicioso de dolor.

Al conjunto de estos cambios y molestias genitales, junto con las alteraciones miccionales, se les denomina "síndrome genitourinario de la menopausia", y deterioran la calidad de vida de las mujeres afectadas.

¿La vida sexual tiene fecha de caducidad? Claro que no.

Pero es necesario tener en cuenta algunos hábitos sencillos que pueden ayudar a dar la vuelta a los síntomas:

1. Cuidar la higiene íntima. Es vital. La zona perineal se debe lavar solo con agua o utilizando algún jabón íntimo con ph ácido. Este tipo de productos contienen el mismo ph que debería tener la vulva, factor que evita el aumento de la sequedad y el prurito o la picazón. En cualquier caso, hay que descartar el jabón de higiene corporal.

2. Vestir con comodidad. La ropa interior de algodón permite que no se acumule la humedad en la vulva y favorece la estabilidad de la microbiota.

3. Usar lubricante vaginal. Su principal función es disminuir la fricción poducida por la sequedad vaginal, lo que puede aliviar el dolor y la irritación. El ph del lubricante siempre debe estar entre 3,8 y 4,5, y la osmolaridad (concentración de partículas disueltas en la solución), por debajo de los 370 mOsm/kg.

Recordémoslo: la menopausia no es sinónimo de declive en la vida sexual. Conocer los síntomas para diseñar hábitos específicos es la clave que nos permiten potenciarla. En cualquier caso, esta etapa de la vida femenina ofrece la oportunidad de explorar nuevas formas de autocuidado y función sexual.

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