Opinión: Venganza anti-católica desde Miami
A unos cinco días de que el Vaticano reiterara su oposición al bloqueo estadounidense contra Cuba, el periódico español El País informó que continúa la presión hasta sobre empresas carentes de lazos con la isla.
Desde Washington exigieron una explicación a la compañía española denominada Telefónica sobre los activos, intereses y negocios que mantiene en esa nación, y la entidad aclaró que no tiene inversiones allí.
El 29 de noviembre último en carta al presidente de esa compañía, César Alierta, recordaron la advertencia hecha dos años antes en cuanto a su presencia en el citado país mediante filiales como Telefónica Data Cuba.
También le dijeron entonces que ellos consideran a Cuba “un estado patrocinador del terrorismo”, y como tal sujeto a sanciones del Departamento de Estado.
El diario El País además recalcó este miércoles que la Casa Blanca ha hecho “un marcaje permanente” a los negocios de empresas españolas en la isla, y lo valora como un acoso.
Tan solo días antes, el 16 de marzo, el Vaticano volvió a condenar el bloqueo a Cuba a través de una declaración de su vocero, Federico Lombardi.
“La Santa Sede considera que el embargo hace que las personas sufran las consecuencias. No logra el objetivo de un bien mayor”, afirmó Lombardi.
“La Santa Sede no cree que es una medida positiva y útil”, agregó durante un encuentro informativo sobre la próxima visita del Papa a Cuba.
De esta manera, el Vaticano reiteró la posición sustentada por el papa Juan Pablo II, cuando en ocasión de su viaje a La Habana, en enero de 1998, calificó “de injustas y éticamente inaceptables” las medidas económicas aplicadas por Washington contra esta.
Esos antecedentes provocan una grotesca reacción de los grupos ultraderechistas de origen cubano anclados en Miami, que han llegado a proferir las más descabelladas faltas de respeto hacia la Iglesia Católica y sus representantes.
Uno de los más conspicuos voceros, el senador republicano Marco Rubio, expresó este miércoles:
“Estoy profundamente preocupado sobre la Iglesia Católica en Cuba y lo que parece han negociado un espacio de operación a cambio de hacerse de la vista gorda”
¿Dónde habló el señor Rubio? En la Fundación Heritage, famosa caverna del pensamiento más retrógrado y primitivo que existe en Estados Unidos.
El senador llegó tan lejos en sus insensatas diatribas anti-católicas que acusó al cardenal de La Habana, Jaime Ortega Alamino, de “invitar a matones de Castro” a sacar mujeres congregadas en una iglesia.
Ante ese repetido desenfreno vale alertar sobre la evidente puesta en marcha de una ruin venganza de facciones ultraderechistas de origen cubano de Miami contra la Iglesia Católica y sus más ilustres portavoces.
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PR_uno
rafael
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