Pinochetismo impune en el Chile neoliberal

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Pinochetismo impune en el Chile neoliberal
Fecha de publicación: 
2 Febrero 2024
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La Central Unitaria de Trabajadores (CUT), principal organización sindical de Chile, mantiene su convocatoria a una huelga nacional el 11 de abril para exigir más empleos, seguridad social y aumento de pensiones, entre otras demandas. Foto PL

Todavía falta tiempo para las elecciones presidenciales de noviembre del 2025 en Chile, pero ya se han registrado cuatro aspirantes hasta el momento, todos de la amplia gama de la derecha y partidarios de la mantenida política pinochetista, mientras que la denominada izquierda sólo piensa en Michelle Bachelet, quien con más penas que glorias ostentó dos veces el importante cargo bajo la lupa de quienes han implantado el neoliberalismo en la nación suramericana.

Como era de esperar, uno de los primeros candidatos en inscribirse fue José Antonio Kast, quien había llegado a la segunda vuelta junto al actual mandatario, Gabriel Boric. 

En segundo lugar, está el exsenador Felipe Harboe, quién se registró el 23 de mayo del 2023, cuando aún era parte de la Convención Constitucional. Los otros dos son los también legisladores Francisco Chahuán y Jaime Bellolio, a quien sindican de centroderecha. El expresidente Sebastián Piñera desistió de tratar de gobernar por tercera vez.

Algunos han barajado el nombre de la candidata de izquierda que consideran idónea, Camila Vallejo, pero será difícil su elección, por su condición de comunista.

CAMBIO INCUMPLIDO

Fracasos, impopularidad y un gobierno que hasta ahora respira es el balance de Boric como presidente de Chile.

El 11 de marzo del 2022 juró como presidente, uno de los triunfos más grandes de la izquierda moderna en la región. Boric, con tan solo 36 años, llegó a la Casa de la Moneda.
La figura del ahora mandatario se elevó después del estallido social que se llevó a cabo en el país austral a finales del 2019, pero desde que llegó al poder ha perdido respaldo hasta de sectores cercanos que se han ido en su contra. Su popularidad arrancó con los niveles más bajos, pero según la más reciente encuesta de la firma Cadem, hoy se ubica en 35%, cuando hace poco estaba en 25%.

Los golpes que ha recibido el gobierno de Boric no han sido pocos. Recién llegado al cargo tuvo que enfrentar la crisis por las tierras reclamadas por el pueblo mapuche, protestas estudiantiles que criticaban su figura y lo que consideraban promesas incumplidas a los manifestantes, todo mientras la delincuencia iba en aumento en el país y la percepción positiva del mandatario caía.

En general, Gabriel Boric ha sido el presidente chileno más impopular desde el inicio de su mandato en los últimos años. Por ejemplo, sus dos predecesores, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, duraron varios meses e, incluso, más de un año hasta que su aprobación fue más negativa que positiva, mientras que el respaldo al joven mandatario de parte de la ciudadanía chilena no duró mucho.

Otro golpe duro recibió cuando fue rechazada la primera propuesta a una nueva constitución para Chile. El jefe de Estado lideró el proceso de redacción y difusión del texto. La sorpresa para el presidente fue que el pueblo la rechazó de manera masiva, marcando un gran fracaso para el gobernante.
Pero considero que el golpe más duro lo recibió de un Parlamento derechista que no lo quiere dejar gobernar: el Congreso rechazó su reforma tributaria con la que esperaba financiar las reformas sociales que prometió al país, haciendo que los sistemas de salud, de pensiones y educación tuvieran mayor cobertura siendo financiados con más impuestos de ciertos sectores, principalmente las empresas y los ciudadanos más ricos. 

“Nuevamente, hay un sector que intenta hacer que las cosas no cambien, dejar las cosas tal cual como están”, manifestó Boric en alocución tras la votación, que no debía haberlo sorprendido. Para ajustar su gobierno luego del fracaso, hizo un remezón en su gabinete y cambió a los ministros de las carteras de Relaciones Exteriores, Obras Públicas, Cultura, Deportes y Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.

En algo en lo que la mayoría de chilenos han estado de acuerdo es en la gestión del presidente durante la tragedia de los incendios forestales, que les costó la vida a 26 personas y dejó a miles de personas sin hogar. Según Cadem, el 98% de los chilenos aprobó la gestión del mandatario durante dicha crisis, en la que se le vio activo e involucrado de primera mano para atender a los damnificados.

Además, Boric ha sabido sortear, en principio, una difícil situación económica en el país, pasando de una administración en déficit a una con superávit, con una inflación bajando lentamente, pero de manera constante.

En las relaciones internacionales ha sido particularmente crítico… con los gobiernos progresistas de la región, particularmente con los de Managua y Caracas, abandonó la defensa de Pedro Castillo en Perú, y solo se ha mantenido consecuente con su postura de que Estados Unidos levante el bloqueo a Cuba, al que calificó de ignominioso, y más recientemente se pronunció en ese sentido respecto a Venezuela.

PINOCHET, SIEMPRE PRESENTE

En respuesta a la demanda de Boric, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos liberó los documentos sobre su participación en el golpe del 11 de septiembre de 1973 contra el gobierno de Salvador Allende. El tono de los textos de la CIA parece reflejar la decepción por el tiempo de tres largos años para que la campaña de sabotaje y desestabilización finalmente diera frutos.

El legado de Pinochet es conocido en todo el mundo por la brutalidad y rapidez con la que llevó a cabo el exterminio de sus opositores. Tres Álamos fue solo uno de los mil centros de detención y tortura operados por la junta de Pinochet, pero por él pasaron más de 6 000 prisioneros. Estadio Chile, conocido por ser el lugar del asesinato de Víctor Jara por los soldados de la Junta, fue otro centro de tortura y ejecución por el que pasaron miles de partidarios del gobierno de Allende en los primeros meses. Los cientos de miles de exiliados y los miles de desaparecidos sin dejar rastro siguen atormentando a sus familias y a la sociedad.

Sin embargo, esto es solo una parte del legado de esa dictadura. Bajo Pinochet, Chile se convirtió en el laboratorio para la creación de nuevas y más avanzadas variantes del capitalismo que el mundo haya visto jamás. El sistema neoliberal que se creó con la ayuda de la Escuela de Economía de Chicago inspiró a una generación de nuevos gobiernos reaccionarios en todo el mundo. Líderes como Margaret Thatcher, Ronald Reagan, Borís Yeltsin, Alberto Fujimori, Carlos Menem y muchos otros siguieron la receta que Pinochet escribió durante su mandato. 

Comienza con la privatización de los mayores recursos naturales y la destrucción de sectores políticos y laborales que lo resistan, seguida de la privatización de los servicios sociales más básicos del país, como las pensiones, el sistema de salud y la educación, salpicada de recortes de impuestos para los empresarios y las empresas extranjeras. Luego, cuando llega el momento adecuado, se empiezan a vender otras partes de la economía a multinacionales extranjeras, dándoles el monopolio de la distribución en sectores clave, mientras el sistema financiero queda dominado por bancos extranjeros.
Y he aquí el resultado:

En Chile, el 30% de la población controla las riquezas, mientras un 70% se las tiene que arreglar día a día.
Muchos aún tienen que dormir en las calles, los jubilados deben implorar para que les fíen el pan semanal y los poderosos prefieren botar y quemar alimentos que no van a ingerir antes que dárselos a los necesita
 

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