¿Cuándo comenzó el bloqueo de Estados Unidos a Cuba?

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¿Cuándo comenzó el bloqueo de Estados Unidos a Cuba?
Fecha de publicación: 
3 Febrero 2024
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Cubasí reproduce el artículo «Aquel anuncio de Nixon» de nuestro inolvidable colaborador, Nicanor León Cotayo, autor, entre otros, del libro El bloqueo a Cuba (editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1983).

AQUEL ANUNCIO DE NIXON

El 19 de octubre de 1960, la Casa Blanca prohibió casi todas las ventas que tradicionalmente hacía a Cuba, incluidos desde tornillos hasta la tecnología para su industria azucarera.

Exceptuaron los alimentos y las medicinas «por razones humanitarias», aunque desde 1959 ya trataban de impedir que la isla adquiriese recursos para comprar esos y otros productos.

Correspondió a Richard Nixon, entonces vicepresidente, anunciar ese paso con anticipación, y el pretexto lo remitieron aquella vez a la nacionalización de empresas estadounidenses ocurrida 10 semanas antes.

En febrero de 1960 las autoridades norteamericanas retiraron a los inspectores que habían situado en Cuba para avalar las frutas y hortalizas destinadas a su mercado, por lo que después las de insuficiente calidad se perdían totalmente.

Casi al mismo tiempo, el Departamento de Comercio decidió suspender toda venta de helicópteros a La Habana, sin exceptuar los destinados a granjas de producción agrícola.

Desde mayo de aquel año disminuían los barcos mercantes norteamericanos que habitualmente llegaban a la capital cubana, pues en lugar de arribar cada semana, lo hacían cada dos o más.

De esta manera el frenético ajetreo de Washington para recuperar a su antigua neocolonia caribeña, aceleró el proceso revolucionario iniciado allí 16 meses antes.

El 6 de agosto de 1960, en La Habana, Fidel Castro anunció la nacionalización de centrales azucareros, una compañía de electricidad y otra de teléfonos, más empresas petroleras, todo hasta ese momento bajo control estadounidense.

A fines de septiembre, el Departamento de Estado recomendó a los ciudadanos de su país «no viajar a Cuba», tres meses y medio después ya era necesaria una autorización especial para hacerlo y 39 años más tarde convirtieron la prohibición en ley.

El 13 de octubre la isla nacionalizó, entre otras muchas entidades, los bancos, ingenios azucareros, fábricas textiles, empresas de ferrocarril, molinos arroceros y tiendas por departamentos. Así terminaron por sentarse las bases económicas del socialismo en la nación antillana.

Ciento veinte horas después, el vicepresidente Richard Nixon advirtió que las autoridades de la Casa Blanca «tomarían rápidas medidas contra el gobierno cubano a partir de mañana».

Así fue, el 19 de octubre el Departamento de Comercio de Estados Unidos prohibió las ventas de gran variedad de mercancías a Cuba y solo dejó al margen de ello, hasta 1964, los productos medicinales, así como algunos suministros médicos.

En un comunicado agregaba que la política del departamento sería negar toda otra clase de solicitud para embarcar otro tipo de mercancía a ese país, en aras de mantener «la vigilancia necesaria para la seguridad nacional».

Un vocero del Departamento de Estado, Joseph Reap, declaró entonces que la medida de embargo sobre las exportaciones a la isla fue comunicada con anterioridad a los cancilleres de un conjunto de países «sin pedir opinión» y «adoptada con carácter unilateral».

Según el discurso oficial de Estados Unidos, el bloqueo a Cuba se inició el 3 de febrero de 1962, pero en realidad había empezado con mucha anticipación.

¿Por qué el sostenido interés norteamericano en repetir esa falsedad? Debido, principalmente, a que 72 horas antes de esa fecha, y en medio de un grotesco espectáculo, hizo que una endeble mayoría de la OEA separara a Cuba de sus filas.

Enarbolando esa decisión «colectiva», prohibieron efectuar compras a la isla, y esto, unido a la decisión del 19 de octubre de 1960, o sea, suspenderle casi todas las ventas, cerró en lo fundamental la conformación del cerco.

Todo ello acompañado por gestiones para que sus aliados de la OTAN y de otras regiones se incorporaran a su política contra La Habana, hecho aún más demostrativo del carácter de bloqueo, y no de embargo que marca a este comportamiento.

Esos episodios quedarían pálidos respecto a lo que vendría después, pero en lugar de empujar a la inmensa mayoría del pueblo junto a sus enemigos —como planearon— la distanciaron aún más de ellos.

De ahí, la abrumadora cachetada que desde hace 22 años recibe la Casa Blanca ante la Asamblea General de la ONU en cuanto al tema del bloqueo, llamado a repetirse dentro de algunas horas.

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