¿Confiar en Trump? ¡Ni un tantico así!
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Siempre hemos pensado que los dirigentes tanto de la era soviética como de la actual Rusia han evitado de una u otra forma el estallido de la Tercera Guerra Mundial, en la que todos perderíamos.
Así se ha labrado la más reciente comunicación del presidente ruso, Vladimir Putin, con su homólogo estadounidense, Donald Trump, quienes inclusos se reunieron en Anchorage, Alaska, para acordar términos acerca de la operación militar especial que lleva a cabo Rusia en Ucrania, una acción necesaria ante la aproximación de las tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte a las fronteras rusas.
La utilización de Ucrania contra Rusia tuvo un recorrido anterior de ocho años, mediante el dinero suministrado por Washington y la creación de brigadas neonazis que durante todo ese tiempo se dedicaron a asesinar a miles de rusoparlantes, hasta la necesaria entrada de Rusia en la confrontación en Ucrania.
Con Biden en la presidencia Norteamérica empeoró la situación, y solo el advenimiento de Donald Trump por segunda vez a dirigir a Estados Unidos pareció, solo pareció, que el problema se iba a resolver, con la admisión estadounidense de que a Rusia no le quedó más remedio que actuar así.
Pero fue de “boquilla”, porque en la práctica fueron acalladas la voces que denunciaron la injusta situación en la que se había colocado a Rusia, tal como denunció un periodista incluso proclive a Trump, como Tucker Carlson, y una animadora cubana que fue desopedida de una emisora estadounidense, esa que llaman La Poderosa, por respaldar las razones de Putin para emprender las acciones contra el régimen ucraniano. “En este país no se puede decir la verdad”, aseveró dos veces.
Empero Trump, quien en los últimos tiempos se ha vestido con el falso ropaje de pacificador, trato de hacer creer a Putin que estaba dispuesto a llevar la paz a Ucrania, e incluso volvió a admitir las razones rusas, echándole la culpa a la administración anterior.
Tras lograr que sean los aliados europeos que compren las armas norteamericanas para Ucrania, el susodicho ya indica que puede suministrar las que pueda llevar la guerra hasta Moscú, como los misiles Tomahawk, que solo pueden ser manejador por especialistas norteamericanos. Esto por supuesto ha sido rechazado por Putin quien subrayó que no cambiaría el curso de la guerra, pero que tal utilización llevaría a acciones que pueden desembocar en una guerra total.
VENGANZA
Por supuesto no se puede confiar en un individuo que antepone la venganza a la razón.
Así lo ha estado haciendo Trump con quienes aportaron pruebas suficientes para hallarlo culpable en 34 casos, por los que no ha pagado ni un solo día de prisión.
Fue encontrado culpable este de 34 delitos en Nueva York, que se sustentan en un reguero de cheques, facturas por conceptos incorrectos y reembolsos para comprar el silencio de la actriz porno Stormy Daniels por una sórdida noche en una suite del Lago Tahoe.
El jurado ha dado por probado más allá de toda duda razonable que Trump falseó, voluntariamente y con conocimiento, los reembolsos a su entonces fiel colaborador y asesor legal Michael Cohen por valor de 420 000 dólares con la intención de ocultar el pago a Daniels antes de las elecciones del 2016, a cambio de mantener sus secretos.
Trump quería que no se diera a conocer la versión de Daniels sobre un supuesto encuentro sexual entre ambos en un hotel del Lago Tahoe, durante un torneo de golf.
Los pagos y documentos se realizaron en el 2017 y han sido hoy la razón por la que Trump se ha convertido en el primer exmandatario estadounidense convicto en un caso penal.
Los documentos que dan pie a los 34 cargos de los que Trump ha sido declarado culpable de delitos de falsificación documental son 11 cheques, 12 comprobantes de pago y 11 facturas destinados a Cohen por valor de 420 000 dólares.
De ese monto, 130 000 dólares fueron ocultados de diversos modos para reembolsar a Cohen el pago por el mismo monto a Daniels, 180 000 fueron pagados para cubrir posibles consecuencias fiscales, 60 000 en un bono para Cohen y 50 000 para otros gastos a proveedores.
Esos 130,000 dólares se intentaron ocultar en 12 reembolsos de 35,000 dólares que constaban incorrectamente como "gastos legales"; algo ilegal y que el jurado consideró probado.
Hasta nueve reembolsos en forma de cheque llevaban la ya icónica firma de Donald Trump.
De todos esos documentos se han devenido los 34 cargos de culpabilidad por "falsificación de documentos mercantiles" de los que el jurado ha encontrado culpable a Trump tras nueve horas y media de deliberaciones.
NO SE PUEDE CONFIAR EN UN FASCISTA
Estados Unidos vive una peligrosa deriva fascista con rasgos que ya no pueden ocultarse. La militarización interna se acelera: tropas de la Guardia Nacional son enviadas desde estados republicanos a ciudades demócratas (Washington, Los Ángeles, Chicago, Portland) bajo el pretexto del “orden”, mientras se multiplica al infinito el presupuesto para ICE y se normalizan operativos con tácticas violentas y agentes enmascarados.
Trump busca la sumisión de los mandos militares, los manda traer de todos los rincones del mundo y busca ponerlos a sus pies. Ese afán por doblegar al ejército y convertirlo en instrumento personal del poder es una de las marcas más claras del fascismo. La frontera entre seguridad y represión se borra cuando la lealtad al líder reemplaza al respeto por la ley.
El acoso cotidiano a los indocumentados y la teatralidad de las redadas transmitidas por televisión y redes sociales alimentan una cultura política del dolor. En lugar de instituciones fuertes, se impone la exaltación de la fuerza; en lugar de justicia, la humillación pública.
La jugada es glorificar la violencia y convertir al “enemigo interno” en combustible emocional. Los símbolos —uniformes, consignas, desfiles, helicópteros— construyen una épica de dominación que deshumaniza y polariza.
La historia enseña que el fascismo no llega de golpe: se instala con aplausos y espectáculo, hasta que la violencia deja de ser un medio y se convierte en la esencia del poder.
Es indignante que haya personas que vean con buenos ojos estas demostraciones de fuerza y crueldad de quienes están hoy en el poder en Estados Unidos.
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