Colombia: Por la justicia social, por la vida

En días cruciales en que comienzan a concretarse algunos de los acuerdos firmados recientemente en la Habana entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las FARC - EP de Colombia, y el cese al fuego marca un antes y un después en la búsqueda de la paz en esa nación, llegan también disparos contra el gobierno de Gustavo Petro, permanentemente amenazado por fuerzas derechistas y algunas externas, con dominio de los mal llamados grandes medios de comunicación.

Tanto es así que mientras se celebraban esos primeros pasos para la restauración de la tan ansiada paz, el propio Petro debía desmentir una y otra vez públicamente las calumnias sobre una supuesta suma de dinero recibida durante su proceso electoral, acusaciones sin fundamentos a lo cual respondería con tranquilidad y argumentos sólidos. Y es que mucho ha tenido y tendrá que enfrentar aún el mandatario colombiano en un país en que la derecha neoliberal se ha impuesto durante décadas sin importarle los intereses de las mayorías y han sido las amenazas y los asesinatos la forma más recurrente para quitar del camino a todo el que pudiera estorbar a sus intereses y luchas por los más desfavorecidos.

A Petro, sin embargo, le interesa seguir escuchando al pueblo, acercarse a sus necesidades y hacer de su nación - según sus propias palabras - "una potencia mundial de la vida en un mundo que muere a cada minuto". Así¬ lo ha dicho y lo reafirmó hace unos días durante la instalación de las sesiones ordinarias del Congreso de la República.

En esa ocasión el mandatario colombiano reseña la primera etapa de lo que ha sido su gobierno y mirando la cara a quienes se le oponen en el propio Congreso, delineó que "volver a la Vida" seguirá siendo el eje de la lucha política y social, refiriéndose no solo a la defensa de la paz, sino también a la importancia de desarrollarse en armonía con el medio ambiente, con los recursos económicos y naturales con que cuentan y que los beneficios económicos provengan de empeños como: una industrialización con reforma agraria, el fortalecimiento de la institucionalidad y el incentivo del control social de la gestión pública. No es casualidad, entonces, que por primera vez le acompañen en su gabinete, personas provenientes de los más diversos sectores, hasta ahora impensables.

"Lo que está en cuestión hoy es la vida", aseguró Gustavo Petro ante los congresistas. "¿Cómo llegar a ese camino? El camino que proponemos tiene dos pilares, por ahora: la Justicia Ambiental y la Justicia Social. Buscar un reequilibrio con la naturaleza que es indispensable para poder vivir", definió.

Asimismo, realizó un análisis sobre lo que significa - en tiempos de crisis climática - la reducción de la tierra fértil y por tanto, la posibilidad de que la seguridad alimentaria se desplome; la importancia que le concede a la formalización de la economía popular y la democratización de los créditos, el aprovechamiento de la diversidad nacional y tener vitalidad, pues resulta "profundamente irracional que existan miles de hectáreas de tierra sin producir, mientras el pueblo colombiano en muchas regiones sufre de hambre".

Entre los ejes del trabajo para el desarrollo del país, ha remarcado la importancia de la transición energética, la electrificación de la movilidad, la producción que deje de usar materias primas fósiles y el crecimiento del turismo, todo ello aparejado a la reducción en un 76 por ciento de la deforestación de la selva amazónica.

Gustavo Petro sabe, insiste, en que todo es posible pero solo por la defensa y la concreción de la paz, porque si no se cumplen los acuerdos "el mensaje que se le entrega a la sociedad rural de Colombia es que el camino es la violencia, como ha sido en el Último siglo".

Ha dicho, además, que es el pueblo el protagonista de los cambios, porque es la base de la nación y de la soberanía, considerando a la Patria "un ser vivo que se llama pueblo, territorio, cultura. Es un fluir de historia que se construye a partir de decisiones de sus sociedades".

Así¬ habla, anda, gobierna y escucha sin miedo a los tropiezos, porque también ha dicho que de todas las victorias y las derrotas se aprende. Seguramente tendrá muchos y disímiles obstáculos, continuarán las manipulaciones en su contra y los intentos por frenar medidas que puedan significar progreso en detrimento de una minoría adinerada. Pero hasta entonces, parece tener en la defensa de la vida todas sus energías puestas. Colombia lo merece, que así sea.