Precisamente del misterioso océano oculto bajo el hielo de Encélado, una de las lunas más fascinantes de Saturno, provienen las grandes moléculas orgánicas que constituyen la base de la vida.
Sus rastros se identificaron gracias a un nuevo análisis de datos de la misión Cassini, concluido en 2017 y realizado por la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Italiana.
Publicada en la revista Nature Astronomy, la investigación fue coordinada por Nozair Khawaja, de la Universidad Libre de Berlín.
Observada de cerca por primera vez en 1980 por la sonda Voyager 2, Encélado ha sido el foco de interés científico durante años, ya que se cree que su océano oculto bajo el hielo posee todas las condiciones necesarias para la vida.
Con el paso de los años, esta sospecha se ha ido haciendo cada vez más fundada, gracias también a los datos recogidos por la sonda Cassini, que entró en la órbita de Saturno en 2004 y visitó algunas de sus lunas, entre ellas Encélado, durante su larga misión.
Por ejemplo, fue Cassini la que demostró por primera vez que la superficie de esta luna está cubierta por una gruesa capa de hielo, en la que se abren grandes fracturas de donde se expulsan potentes chorros de polvo y hielo, similares a géiseres.
Fue esta actividad la que llevó a la hipótesis de que debajo del hielo existe un océano con fuentes de calor, como volcanes submarinos y fumarolas, capaces de mantener el agua en estado líquido.
Las partículas de hielo expulsadas al espacio por los géiseres de Encélado habían sido captadas y analizadas por Cassini desde su llegada, reuniendo así las primeras pistas de la presencia de moléculas complejas, incluidos los precursores de los aminoácidos, ingredientes esenciales para la vida.
Sin embargo, se sospechaba que las moléculas se habían producido por alteraciones causadas por la radiación cósmica.
Ahora, nuevos análisis de datos disipan cualquier sospecha y confirman que estas complejas moléculas orgánicas provenían directamente del océano oculto bajo el hielo.
También se descubrieron moléculas nunca antes vistas, como los compuestos alifáticos, caracterizados por cadenas de átomos de carbono, y otras moléculas orgánicas que contienen nitrógeno y oxígeno.
"Es fantástico ver nuevos descubrimientos surgiendo de los datos de Cassini casi dos décadas después de que fueron recopilados: demuestra la relevancia a largo plazo de misiones científicas como esta", dijo Nicolas Altobelli, científico de Cassini en la Agencia Espacial Europea.
El descubrimiento refuerza la hipótesis de que el océano de Encélado tiene todas las condiciones necesarias para albergar formas de vida primordiales y da un nuevo impulso a la planificación de una futura misión capaz de llegar a su superficie helada y buscar posibles rastros de vida.
Los nuevos datos, señala la ESA, son invaluables para planificar una futura misión europea a Encélado, que ya está en discusión, pero aún debe ser aprobada.
"Incluso no encontrar vida en Encélado sería un gran descubrimiento porque - comentó Khawaja- plantearía serias preguntas sobre por qué no hay vida en un entorno así cuando en realidad existen las condiciones adecuadas".