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ARTE: Beso robado (+obras)

El 6 de julio se celebró el Día internacional del beso robado y ya no sé si es una invitación, un pretexto, una carta blanca, una luz verde para envalentonarse y besar sin aviso o consentimiento, y sorprender a ese ser objeto de amor y deseo; solo espero que quien tome al pie de la letra este festejo lo asuma con licencia basada en el conocimiento previo de que el contrario lo recibirá con beneplácito real y que no le acusará de acoso.

Pero hoy no hablaremos de la legalidad de besar con imposición o de la conmoción positiva del anhelado beso desprevenido. La idea es ver cómo ha sido representado en el arte ese acto tan íntimo, que igualmente es beneficioso para la salud; no la iniciativa, claro está, sino el beso visto como expresión de afecto, conexión emocional, contacto físico.

Sí, además de ser alimento de la pasión, necesidad imperiosa de los enamorados, dicen que besar puede reducir la presión arterial, estimular el sistema inmune, controlar el colesterol en sangre, aliviar el estrés y la ansiedad.

Eso leo por todas partes, y lo de disminuir la sustancia grasosa en las paredes de nuestras arterias, no sé. Sin embargo, con el fundamento de la experiencia confirmo que es cierto su efecto psicológico porque estimula, nos hace sentir relajados, en calma, que por momentos el entorno, los problemas y los dolores desaparecen o dejan de importarnos, que somos más felices y que es adictivo y al mismo tiempo que alivia la sed del otro te deja hambriento. Así que pamplinas no son. Besemos más.

De vuelta al arte como reflejo de la vida encontré algunas imágenes de besos robados (o no) que aparentemente, unos fueron bien recibidos y otros no tanto; digamos que a veces pareciera que la parte pasiva solo esperaba a que su contrario se lanzara. 

Descubrí obras de arte que reflejan el momento previo o el consumado, de modo que aquí veremos besos de todo tipo, los que más me gustaron, así sean controvertidos, tratados luego con difamación porque la percepción del arte es así de subjetiva y hay muchos modositos dramáticos por ahí. No importa, el debate siempre es más interesante.

El beso (que asumimos) robado más famoso de la historia puede que sea la fotografía de Alfred Eisenstaedt (Polonia, 1898-1995) de un marinero y una enfermera en Times Square, Manhattan, Nueva York, el 14 de agosto de 1945. 
Esta imagen popularizada en la revista estadounidense Life dio la vuelta al mundo como sinónimo de victoria por la euforia del momento culminante de la Segunda Guerra Mundial, y en la actualidad continúa siendo ícono. Ha sido reproducida y publicada infinidad de veces, recreada a través de otras expresiones del arte como la pintura y la escultura, por ejemplo.

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Imagen tomada de https://culturainquieta.com

 

La pintura más célebre de Gustav Klimt (Austria, 1862-1918) es también muy simbólica y hermosa. El beso (1909) es un óleo sobre tela que llama la atención por el empleo de arabescos y figuras geométricas de intensos colores, además de sus tonos amarillos y una especie de lluvia dorada que los envuelve y deslumbra a quien observa. 

También podemos apreciar que los protagonistas están sobre un campo de flores, y al mismo tiempo parecen suspendidos en la nada o al borde de un abismo. No obstante, esta pieza a veces levanta polémica porque no falta quien interpreta sumisión en la mujer e imposición y actitud ruda en el hombre.

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Imagen tomada de https://historia.nationalgeographic.com.es

 

El pintor Benjamin West (Estados Unidos, 1738-1820) concibió esta obra un año antes de morir y la tituló El beso robado (1819).

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Imagen tomada de https://arcav1.uniandes.edu.co

 

Otra obra titulada Beso robado (1660) fue pintada por David Teniers, el joven, (Bélgica, 1610-1690). Como se puede contemplar, se trata de un cuadro que recrea una escena emotiva en lo que creemos el área de servicio de una casa. Es una pausa, solo un instante de afecto en medio del desorden y el ajetreo cotidiano.

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Imagen tomada de https://artistasycuadros.com

 

El beso robado es como se titula también la siguiente pieza anónima, fechada, aproximadamente, entre los años 1750 y 1760. Son dos muchachas y un hombre joven que aborda a una de ellas y la sorprende con su extrema cercanía.

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Imagen tomada de https://app.fta.art

 

Con el mismo nombre llega el cuadro de Jean-Honoré Fragonard (Francia, 1732-1806). El beso robado (1790) es parte de una serie de su autor y recrea un momento furtivo entre una pareja, aparentemente, aristocrática.

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Imagen tomada de https://es.wikipedia.org

 

A continuación presentamos una pintura muy bonita. Un beso robado (1894) fue creada por el artista inglés Marcus Clayton Stone (Reino Unido, 1840-1921) con extrema maestría y detalles. Se puede ver a una muchacha que se quedó dormida en el banco de un jardín rodeado de naturaleza y a la vista de una estatua. El pintor congela el tiempo justo cuando un joven se le aproxima con cuidado de no despertarla.

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Imagen tomada de https://wikioo.org/

 

Por último seleccionamos esta obra de Ron Hicks (Estados Unidos, 1965), denominado el pintor de los besos porque, evidentemente, le interesa el tema amoroso, de pareja e intimidad. El artista emplea un estilo a veces impresionista y un excelente manejo de la luz y la sombra. El beso robado (2014) muestra esa cercanía previa, ese momento en cámara lenta que le antecede.

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Imagen tomada de https://culturainquieta.com