Y con esta frase eliminó cualquier duda el maestro de la actuación cubana Reynaldo Miravalles, quien se encuentra en Cuba para la premier del filme Esther en alguna parte, de Gerardo Chijona, el último en el que había decidido trabajar, según declaró el propio intérprete.
«Mi profesión es mi vida, y para desempeñar cualquier papel, este tiene que interesarme, de lo contrario, no lo hago porque no me interesa el capital, sino el personaje», aclaró el actor que tiene en su trayectoria más de una veintena de películas, muchas de las más significativas del cine cubano.
Después de 18 años viviendo en Miami, el intérprete de El hombre de Maisinicú y Alicia en el pueblo Maravillas regresó a filmar en Cuba, motivado, entre otras cosas, por la historia de la película de Chijona, la cual se inspiró en la novela homónima de Eliseo Alberto Diego (Lichi).
«Me pareció un guión sólido, muy bien colocado. Dije que sí desde el principio, aunque los largos diálogos de mi personaje, Lino, me hicieron dudar por mi edad (90 años), pero ese problema quedó resuelto y estoy muy contento porque esta es una película emotiva que habla de seres humanos», agregó.
Filmar aquí otra vez fue una alegría para este actorazo, ya que como él mismo declaró: «Puedo vivir en cualquier lugar, pero Cuba es mi patria».
Esther en alguna parte es una cinta sobre la amistad, los amores perdidos, la nostalgia y la voluntad para empezar una nueva vida, aun cuando se tiene 70 años. El guión es diáfano, cómodamente nos ayuda a recorrer la historia, dejando muy clara la caracterización de cada personaje, y a la vez, siempre reserva algo para sorprendernos, para que el espectador imagine, se cuestione cosas.
Lino es un anciano humilde y triste que sufre la pérdida de su esposa Maruja (Daysi Granados). En el día del aniversario de la muerte de ella, él conoce a Larry Po (Enrique Molina) en el cementerio, un amigo de la difunta, de quien Lino no tenía idea de su existencia.
A partir de este momento, el señor que llevaba una existencia apacible y aburrida, comienza una relación de amistad con Larry y a través de este, se entera de que su Maruja tenía una doble vida y cantaba boleros en los bares.
En la medida en que transcurre el filme, el personaje de Lino experimenta una transformación radical. El rostro cansado con el que comienza la película no se parece en nada al de la sonrisa de conquistador que muestra al final de la historia.
La película va cambiando el tono entre lo cómico y lo dramático casi sin que nos demos cuenta. En cada escena Miravalles tiene una expresión diferente. «Él es el campeón de las caras en el cine cubano e hispanoamericano», alegó Chijona, quien confesó que, desde que surgió la idea de llevar la novela al cine, para él el protagónico siempre sería de Miravalles.
Además de los pasos certeros del guión de Esther…, la música de José María Vitier, los ambientes recreados, lo que pasa alrededor y en especial las actuaciones, apoyan cada secuencia de la historia.
Actrices estrellas como Eslinda Núñez, Daysi Granados, Verónica Lynn, Paula Alí, Elsa Camp, Alicia Bustamante, tienen apariciones fugaces en el filme, pero cada una de ellas nos da una lección de histrionismo y de todas, el personaje de Lino aprehende algo para iniciar su nueva vida.
La búsqueda que Lino y Larry emprenden por Esther —que nunca sale en la película— es más bien la búsqueda de la verdadera Maruja. Es la única vía para que Lino descubra lo mucho que le hubiera gustado compartir con su esposa esa otra vida que ella llevaba con pasión.