ZONA CRÍTICA: Camagüey tuvo su Festival
especiales
Clowncierto, de Teatro Tuyo, uno de los espectáculos más aplaudidos en el Festival. Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera
El 19 Festival Nacional de Teatro en Camagüey se celebró pese a la compleja situación energética del país, demostrando la utilidad del arte en tiempos difíciles. Aunque cancelar habría sido la opción más sencilla, se apostó por la perseverancia y la continuidad de este evento, símbolo de resistencia. Para garantizar su realización, se implementó un corredor cultural que aseguró el servicio eléctrico en teatros, centros culturales y espacios gastronómicos, una estrategia que podría replicarse en otras ciudades.
La respuesta del público fue extraordinaria, con salas llenas y un respaldo que destacó la capacidad del teatro para unir y movilizar a las personas. Este apoyo es un aliciente invaluable para los artistas, confirmando la relevancia del arte como medio de expresión y encuentro. A pesar de la austeridad, el Festival mantuvo un excelente nivel artístico con una selección curada de los mejores espectáculos recientes, consolidándose como una plataforma de diálogo y renovación para el teatro cubano.
El evento evidenció la importancia de proteger citas culturales que fortalecen la identidad y la esperanza colectiva. En momentos de crisis, garantizar la sostenibilidad de espacios como este Festival no solo significa preservar tradiciones, sino también priorizar el arte como un pilar esencial para la sociedad. El simbolismo y el valor del arte son, en buena medida, garantías de supervivencia frente a la adversidad.
La experiencia de Camagüey demuestra que, con creatividad y compromiso, es posible mantener altos estándares en el ámbito cultural, incluso con recursos limitados. Es imperativo ensayar alternativas que no comprometan la calidad estética y conceptual, apostando siempre por el arte como una respuesta vital a los desafíos de la cotidianidad.
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