Yonder García, premio a la constancia

Yonder García, premio a la constancia
Fecha de publicación: 
29 Septiembre 2022
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En cualquier ámbito de la vida, debe ser bien duro ver que todos tus compañeros de profesión o estudio prosperan y tú, sabiendo que tienes igual o hasta más talento, no lo haces.

No se trata para nada de envidia, sino de frustración sana porque sabes que lo mereces y no te llega, sin que culpes a quienes te rodean, una situación que vivió (y sufrió) durante años Yonder García, el líbero del equipo nacional cubano de voleibol.

Su desempeño en los últimos torneos siempre fue de gran altura, pero la competencia en su posición es bien fuerte y la visibilidad de sus actuaciones no era la misma hasta que llegó el Campeonato Mundial.

Allí el jugador de 1.83 metros de estatura se agrandó entre gigantes y se ubicó entre los 10 primeros defensores de campo del torneo -fue noveno-, además de  completar 22 recibos exitosos.

Esta última cifra es aparentemente baja, pero recordemos que los equipos contrarios dirigen sus saques precisamente lejos del líbero, que supuestamente es el más capacitado para esta función.
Dentro de la cancha, y a pesar de que no se mantuvo como regular todo el tiempo, fueron varias sus intervenciones importantes, incluyendo pases cuando el recibo de sus compañeros no era el mejor, una situación que fue bastante común luego de los dos primeros sets ante Brasil.

Si el combinado antillano firmó un excelente año fue también por su desempeño en la defensa de campo en todos los certámenes internacionales que asumió el colectivo.

Pues finalmente a sus 29 años Yonder tendrá la gran oportunidad de brillar en un club en el exterior, y será en el Al Ahly de Egipto, lo cual lo convierte además en el primer líbero contratado en el exterior bajo el amparo de la Federación Cubana de voleibol.

La primera experiencia profesional le llega un poco tardía, pero igual el capitalino se deshizo en elogios hacia sus compañeros cuando conoció la noticia.

Esto habla muy bien de su calidad humana, pues resulta bien duro ser el único que no tiene un contrato dentro de la selección nacional (incluyendo suplentes) y no sentirse frustrado.

Como él mismo reconoció ante la prensa, fue precisamente el aliento constante de sus colegas lo que le permitió seguir adelante, y lo cual hará ahora con mucho más ímpetu.

Enhorabuena para Yonder, que envía además un mensaje a otros en situación similar para que no se desanimen; la constancia casi siempre es premiada y no se puede bajar los brazos.

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