Wembley: Otro 'Maracanazo' en menos de 24 horas

Wembley: Otro 'Maracanazo' en menos de 24 horas
Fecha de publicación: 
11 Julio 2021
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La Azzurra, un proyecto de reconstrucción liderado por Mancini, alzó su segunda Euro, luego del título en 1968.

Definitivamente el cielo está teñido de azul, de celeste a este lado del Atlántico, y de uno intenso marca registrada Azzurra, con sabor a pastas y a vino, con la mano enguantada de Donnarumma al más puro estilo de una mano de Dios, pero esta vez movida por los dioses para detener penales ingleses.

Un partido de poder a poder, en el cual los ingleses abrieron rápido el marcador con un zapatazo de primera de Shaw, pero cometieron un pecado capital a partir de ese momento: entregarle el balón a una Italia reconstruida, sólida, pujante, que protagonizó su propio Maracanazo en la meca de los lores del Balompié, y que vio coronado su esfuerzo en uno de sus referentes, Bonucci, autor de la igualada al minuto 66.

Los ingleses llegaban a su primera final de Euro de la historia. Los italianos, de la mano de un arquitecto Mancini muy atinado, estaban a la espera de alzar ese trofeo desde 1968. Pudo más la estirpe y la historia. Aunque confieso que ante mí se erigieron dos de los más serios contendientes a la Copa del Mundo el año próximo en Catar.

Si el Coronavirus para ese entonces lo permite. Abro aquí un corto paréntesis. Wembley era un verdadero Zion, desatada la locura de hinchas, y debajo de los asientos o en el retrete los protocolos sanitarios. Tan grande y tan peligroso es el fútbol por estos días, que hasta antes de la final se habían informado más de 2 500 contagios de Covid-19 bajo el velo de la competición.

Italia, del corredor sombrío al éxtasis, Mancini colocando cada pieza en su justo lugar, luego del sinsabor mayúsculo de no clasificarse al Mundial de 2018, a levantar la Euro. Bastaron tres años para sanar la herida, pero la Azzurra es legendaria.

Y esta versión dará muchísimo quehacer. Alegre, con toque y verticalidad quirúrgica, bien conectada entre en sus líneas, resolutiva… Todo eso sin renunciar a su mística, a su santo y seña del cerrojo defensivo, al Catenaccio amargo pero dulce, poniéndolo apenas a un lado, y sacándolo a pasear luego cuando ha hecho realmente falta. Mancini es un DT ofensivo, de goles, de sed y ambición, y como tal piensa, hilvana, procede.

Enfrentaron un duelo rocoso con austria, luego no mostraron su mejor versión ante una España que los superó en juego. Pero a veces en el fútbol se necesita más que demostraciones de calidad.

Y eso que comenzaron el partido cuesta rriba, ñuego de que el movimiento de sacrificio de Southgate con Saka, la entrada de Trippier, y la línea de tres zagueros aportó dividendos con la diana tempranera de Shaw y los centrales involucrados.

Pero Wembley estaba destinada a colorearse de añil. La reacción de los italianos fue casi un acto reflejo y salieron a por el partido, con un control abrumador del esférico (66-34) y la actitud aristrocrática de siempre. Con los galones de la confianza a tanque lleno, expresádolo en los disparos a puerta 6-2, y en los disparos totales, 19-6, además de ser más precisos en sus pases, acostumbrados de siempre a lidiar mejor con la presión que los Leones Rosa.

Tras el descanso salieron a por todas y mantuvieron la estamina al límite incluso luego de conseguir el abrazo en la pizarra, con Bonucci en calidad de goleador más veterano (34 años y 71 días) en la competición.

Con mucho conservadurismo y sin tamaño peligro transcurrieron los 30 minutos de prórroga. Entonces tocaría el turno a la heroicidad vestida de amarillo. A un Donnarumma hambriento de balones, y a unos cobradores ingleses con más temor que libras esterlinas.

Muchos cuestionarán el ordenamiento de Southgate para dicha tanda, Rashford se topó con el palo en su condición de tercero en el ordenamiento. Sancho fue víctima del “Donatello-rumma” y luego se ensañó con el “lampiño” en estas cuestiones Saka. Demasiado peso para piernas de 19 abriles, más allá del talento que pueda poseer.

La Azzurra gana y convence. Hoy en cada adoquín de Roma, Venecia o Florencia se cantará una oda al fútbol. Mancini merece un pedestal, Italia se convierte en la primera selección ganadora de una euro imponiéndose en dos tandas de penales consecutivas… Y definitivamente el azul es el color del planeta fútbol en este 2021.

El meta italiano se vistió de largo en la tanda de penales para contribuir al título de los suyos.

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