Un congreso para el desarrollo sostenible

La decimotercera edición del Congreso Internacional Universidad 2022, que concluyó hoy, definió las prioridades de la educación superior y la necesidad de ampliar su contribución en pos del desarrollo sostenible.

La cita, que se extendió durante cinco días en el Palacio de las Convenciones de La Habana, en modalidad híbrida (virtual y presencial), centró buena parte de sus debates sobre la imprescindible inclusión en la enseñanza y la urgencia de garantizar la educación sobre métodos innovadores y de calidad.

La conferencia inaugural la dictó el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, sobre el sistema de gestión de gobierno, que tiene entre sus pilares fundamentales la ciencia y la innovación, en cuyas categorías es indispensable el rol de la academia como impulsora del conocimiento e investigaciones vanguardistas.

Otros temas giraron en torno al encargo social de la universidad contemporánea, la gestión universitaria con visión de ciencia e innovación, el trabajo de los centros en los territorios y su papel en el desarrollo local, así como el enfoque de género.

De manera particular se trató la contribución de las sociedades de interfaz y los parques científico-tecnológicos, nuevas formas organizativas surgidas en Cuba, vinculadas especialmente a las universidades, las cuales son sus accionistas.

El Jefe de Estado ratificó ante los representantes de más de 35 países que aun cuando ese sistema demanda de mucho aprendizaje en el país, se avanza de conjunto.

El camino del conocimiento es nuestro camino, y en él las universidades son clave, concluyó el mandatario, quien también asistió a la ceremonia de clausura.

El Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, la internacionalización de la educación, el perfeccionamiento de los programas de posgrado y la extensión universitaria también sobresalieron entre los asuntos a intercambiar.

Uno de los invitados especiales fue el educador popular Frei Betto, quien en su conferencia llamó a los profesionales del sector, tanto de la mayor de las Antillas como de otras naciones, a propiciar la inclusión y sostenibilidad desde sus centros.

Al referirse a Cuba, dijo que su tradición universitaria ha estado marcada, desde antes de 1959, por el compromiso, pues sus universidades han dado figuras de la talla de José Martí y el líder histórico de la Revolución cubana Fidel Castro.

A diferencia de los países capitalistas, en Cuba la educación no tiene como único objetivo la formación de mano de obra altamente cualificada, sino que sus instituciones están identificadas con la subjetividad humana: los valores, la moral, los principios de la ética.

Para el teólogo, los desafíos de la enseñanza en el contexto de transición al mundo pos Covid-19 son las redes digitales y la propia enfermedad, por lo que urge repensar los procesos educativos.

Según el comité organizador, el congreso reunió alrededor de mil 800 participantes que, en modalidad híbrida, formaron parte de 47 conferencias y 63 paneles, y además presentaron mil 635 ponencias.

En conclusiones preliminares, José Ramón Saborido Loidi, titular de Educación Superior, afirmó que la cita sirvió para potenciar el diálogo entre instituciones de casi todos los continentes y se firmaron decenas de convenios bilaterales con los países participantes, entre ellos sobresalen Rumanía, Panamá, México, Rusia y Emiratos Árabes.

Durante las cinco jornadas de sesiones, una parte significativa de las casas de altos estudios ubicadas a lo largo y ancho del país mostraron sus principales proyectos y logros en los stands expositores en el Palacio de las Convenciones.

Ello también fue una oportunidad para que los participantes extranjeros conocieran de primera mano el quehacer de dichas instituciones y otros centros de investigación integrados al Ministerio de Educación Superior.

Finalmente, se convocó a la próxima edición del Congreso a celebrarse en febrero de 2024, con La Habana nuevamente como sede.