TELENOVELA CUBANA: Sábados de gloria ¿o de infarto?

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TELENOVELA CUBANA: Sábados de gloria ¿o de infarto?
Fecha de publicación: 
12 Mayo 2025
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«De infarto esta novela», me dice una vecina horrorizada con la relación entre Paloma, Eduardo y Javier, que se ha robado el show en los últimos capítulos de la telenovela cubana Sábados de gloria programada lunes, miércoles y viernes en el horario estelar de Cubavisión.

Los grupos de Facebook explotan por estos días en comentarios, críticas, y no pocas veces llega el foro a discusiones acaloradas, pululan comparaciones con audiovisuales foráneos, como las telenovelas turcas, se cuestiona la moralidad de los personajes, si eran o no necesarias escenas «explícitas», y hasta se descalifica la telenovela completa a partir de esa trama. ¡Ah! Por supuesto, no falta el argumento de que los niños y las niñas también ven novelas.

Siempre aparece quien riposte y recuerde que entre la idiosincrasia turca y la cubana hay un gran trecho, que los niños y las niñas deberían dormir con la calabacita, que la realidad ha cambiado y con ella se ha transformado, necesariamente, el arte y sus formas de decir…

El contexto…

Aquí hago una pausa, porque esa es una verdad internacional. En los últimos años, movimientos como #OscarsSoWhite y #MeToo, junto con una audiencia global cada vez más diversa, han obligado a los creadores, incluso a los más poderosos emporios del entretenimiento, a repensar cómo representan a las minorías y grupos históricamente marginados, así como a reflejar las formas de vivir las relaciones amorosas. 

Pero centrémonos en un contexto más cercano, América Latina, y en el tema específico que levanta ronchas ahora mismo. Se trata, sin dudas, de una región marcada por tradiciones culturales profundamente arraigadas y una fuerte influencia de valores religiosos, sin embargo, también aquí el poliamor y sus expresiones, como las tríadas o triejas, han comenzado a desafiar las concepciones prestablecidas del amor y las relaciones. En la misma medida, cambia la representación mediática de este tema. 

Las telenovelas, un pilar del arte popular latinoamericano, han comenzado hace tiempo a rondar estas temáticas, reflejando y moldeando percepciones sociales. Quizás la primera aproximación en el género sea Doña Flor y sus dos maridos —Brasil, 1998—, basada en la novela de Jorge Amado. Esta telenovela de Globo muestra a Flor aceptando a sus dos esposos, Vadinho y Teodoro, en una dinámica de trío simbólica. Aunque fue controversial en su momento, su tono literario y surrealista la hizo un éxito.

Y sí, es cierto que tampoco era exactamente la misma situación que estamos viendo en la actual telenovela cubana: lo de doña Flor era un triángulo amoroso, mas no una trieja, que es la relación en que existen vínculos sentimentales y sexuales entre las tres personas involucradas. Sin embargo, tampoco se ajustaba exactamente a la «moralidad» convencional, y hablamos de un producto del siglo pasado. 

Un amigo muy novelero me recuerda que en Vale todo, el folletín que nos conquistó a principios de los 90, se sugiere un trío amoroso entre la ambiciosa María de Fátima, el príncipe italiano con quien se casó y su amante César.

Pero hay otro ejemplo más reciente: Avenida Brasil, la del tiradero de Mamá Lucinda y la terrible Carmina, incluyó la subtrama de la despampanante Suelen, quien, después de muchas peripecias, termina conviviendo abiertamente con Roni y Thiago.

Y el último ejemplo, no lo he visto con mis ojos, pero una IA me cuenta que la producción de Televisa Amar a muerte (México, 2018-2019) incluye una subtrama que insinúa un trío entre Juliana, Valentina y Jacobo, aunque prioriza la relación lésbica que los fieles del culebrón llaman «Juliantina».

Estas representaciones, aunque escasas, indican un cambio hacia narrativas más inclusivas, un camino que no han iniciado las telenovelas, ni el cine, ni alguna otra manifestación artística, sino la propia vida, la realidad donde podemos cerrar los ojos si queremos, pero, al abrirlos, encontraremos todos los colores.

El debate…

Aún en este contexto, cabe preguntarse: ¿Sábados de gloria ha sido osada? Sí, por supuesto, lo considero uno entre muchos méritos de la obra dirigida por una mujer talentosa, Tamara Castellanos, defendida por un elenco que ha estado a la altura.

Era de esperar el escándalo que ha provocado la trieja y quiero pensar que nos dejará un saldo positivo, porque no es real una aceptación sin cuestionamiento, sin discusión. Ya lo vivimos, por ejemplo, con el primer beso lésbico en Tan lejos y tan cerca (2022), y luego hemos visto muchos tranquilamente, varios aquí mismo, entre Isis y Melissa. 

Nos ha puesto Sábados de gloria ante otra de esas situaciones a las que preferimos cerrar los ojos. ¿A qué le tememos? ¿A la verdad? Porque si de algo se han liberado estos tres jóvenes es de la infidelidad y el engaño. Hasta hace poco, muchos de los que hoy despotrican de Eduardo y Paloma, por ejemplo, habrían elogiado sus actitudes ante la situación de Lianet o la enfermedad de Omara, la forma en que el primero se ocupa del negocio familiar, la sensibilidad de ella… ¿La manera en que eligen vivir su sexualidad los define?

¿Por qué no hablamos tanto de la violencia machista que sufren Melissa y su hijo? ¿De Manolito, el pedófilo? ¿Del feminicida que dejó huérfana a la propia hija? ¿Por qué nos parece más natural las traiciones de Arturo y Pablo? ¿Da mejor ejemplo el triángulo amoroso creado por Liliana con Víctor y Pablo, con la única motivación de lograr sus objetivos? ¿Y la droga que a todas luces trafica esta gente?

La telenovela está llena, para bien, de asuntos que merecen pensamiento y debate. Sin dejar de entretener, mueve neuronas; sin militar, pone en la mira problemáticas de la mujer, de la comunidad LGBT, preocupaciones múltiples de Cuba y el mundo actual. Eso sí: no es, no ha sido nunca interés ni deber del género educar, ofrecer lecciones moralizantes o «imponer» modelo alguno. 

El audiovisual muestra un relato de ficción en el que emergen aristas de la realidad, y lo ha hecho con arte, con respeto, incluso las escenas de marras tuvieron un cuidado milimétrico de qué mostrar y qué sugerir; seamos sinceros: lo que nos molesta no es el sexo explícito a la hora de la telenovela, de eso hemos tenido mucho y más; nos molesta que se salga de lo que consideramos normal, pero está bien, es lógico, igualmente no perdamos de vista que la normalidad es una construcción, un acuerdo.  

Sábados de gloria ha sido una obra osada, transgresora, desprejuiciada, pero ni más ni menos que otras donde uno puede reconocer aquella máxima de Mario Benedetti: «cuando parece que la vida imita al arte, es porque el arte ha logrado anunciar la vida».

Comentarios

En mi humilde opinión Sábados de Gloria es una de las novelas que mas me ha enganchado, soy casi de la tercera edad y no voy a negar que me impacto un poco esa escena del trío, pero , como bien dice usted, hay otros temas que me ocupan mas que ese, entre ellos Manolo , la pobre Omara con su cirugía,Maura con su historia. En fin ,esta muy bien la novela, al contrario de la anterior que no la soportaba por las pésimas actuaciones, aquí hay actorazos ....y unos temas que te erizan la piel. Perdonen pero , es mi humilde opinion.
amloen@infomed.sld.cu
La novela ha suscitado muchos comentarios, positivos y negativos. Yo particularmente la veo....siempre que la corriente me deja...y me gusta. No me ha impactado la situación del trío, porque pasa mas de lo que la gente imagina, lo que no se hace publico y quien lo hace no lo comenta, pero es parte del hoy, no se porque se espantan. Es mas cuestionable, como dice el articulo, las actitudes machistas del ex de Melissa, del pedofilo de manolo etc Espero que algún día nuestra sociedad se acostumbre a los tiempos que corren en lugar de criticar
carlosvaradero1@gmail.com
Considero que es una excelente novela muy centrada en los problemas y la realidad actual de la sociedad cubana. Los temas que aborda se suceden en la vida cotidiana nos guste o no y constituye un buen espacio para fomentar el debate en torno a creencias y mitos y a alertar en otros aspectos
Violencia, Terror y Sexo; esa es la direccion a la q vamos. Hay muchimas aristas q pudieran ser distintas; estoy en desacuerdo con el destape apoteosico con q se tratan tan espinosos temas q si q existen en la vida real; pero me parece q ni es el medio ni el modo para ser asimilados de ran pan pam; hay muchas formas de expresar las cosas, me parece q el saldo es negativo para esta directora y cuerpo de guionistas, se puede haber dicho todo esto sin caer en el sentido figurativo de la visualidad alcanzada. Hay q dejar la ficcion y la vida real vayan cada una por su camino, seria lo mas saludable, yo veo la novela cubana siempre y cuando hay luz en mi bloque, pero en la realidad a veces extraño los ya extintos cines de barrio los preferiria a ver estas obras de arte contemporaneo pues al margen de q habia peliculas buenas, malas, y regulares siempre esteticamente hablando habia diversidad de temas y generos de lo cual se podia sacar algo positivo (porque realmente la tele cubana esta de lagrimas) en cuanto al entretenimiento en el sentido mas amplio de la palabra; aqui la sumatoria resultante me va dando negativo, cuando realmente lo q necesitamos los cubanos es q se reflejen otro temas y no se haga enfasis en estos retruecanos de la actualidad q importamos de otras telenovelas extranjeras; como los otros lo hacen pues pongamos nuestro granito de picante en la nuestra para no quedarnos atras eso es la realidad de lo q esta ocurriendo entre nuestros guionistas y directores televisuales. Y que viva la luz electrica por siempre; que se repare nuestro SEN para bien del disfrute reparador de las horas de ocio del pueblo cubano con materiales q eleven nuestro espiritu y principios q es lo que mas hoy vamos necesitando.
metauten54@yahoo.es
El rechazo a la subtrama es una muestra más de la hipocresía en que vive nuestra sociedad respecto al sexo. Es moral que un hombre tenga amantes, lo demás no. No estoy apostando por el libertinaje, pero esas tres personas no dañan a nadie con su relación, pero a nuestra idiosincrasia latina le encanta husmear la vida ajena y criticar. Un detalle, periodista, la "Doña Flor y sus dos maridos" original es de 1976, la que ud. menciona en el artículo es el mediocre remake de 1998. Gracias.
alexrem@mtz.obnc.cu

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