Solo para curiosos: niños prodigios

Solo para curiosos: niños prodigios
Fecha de publicación: 
9 Junio 2023
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No sé si a usted le pasa, pero cuando yo pienso en niños prodigios lo primero que me viene a la mente es este popular personaje que está convencido de que un día ganará el Nobel. Nuestro, unas veces querido y otras agobiante, Sheldon Cooper, de la Teoría del Big Ban, protagoniza incluso su propia serie, donde cuenta su infancia. Pero qué va, aún con su elevado coeficiente intelectual, no pasa de ser un arquetipo superado por muchas mentes brillantes de la vida real.

Si tiene dudas, comencemos a despejarlas con la historia de Kim Ung-Yong, un coreano quemuchos dones domina la física mucho mejor que el pretencioso Sheldon. Empezó a hablar a los seis meses y con dos años dominaba a la perfección japonés, coreano, alemán e inglés. Con cinco apareció en la televisión japonesa resolviendo ecuaciones diferenciales. Estudió física de los tres a los seis años. Con siete fue invitado por la NASA, donde empezó a colaborar activamente a los doce años.


Kim Ung-Yong

Y qué les cuento del norteamericano William James Sidis: nació en 1898 y comenzó a mostrar su genialidad como si estuviera en una carrera contra el tiempo: con dieciocho meses podía leer el periódico, pasó tercero de primaria en tan solo tres días, con ocho años hablaba ocho idiomas y había escrito cuatro libros. Con once entró en la Universidad de Harvard donde se graduó a los dieciséis.

Wolfang Amadeus Mozart es uno de los niños genios más conocidos. Está considerado entre los mejores compositores de todos los tiempos, pero lo distingue el hecho de que con sólo cinco años de edad ya componía sus obras, que eran muy alabadas por la nobleza y realeza de Austria. Y hay más, a los ocho, dio forma a su primera sinfonía y con doce acometió la creación de su primera ópera. Todo eso explica muy bien por qué, con solo diecisiete años, fue contratado como músico para la corte de Salzburgo.


Mozart

Shakuntala Devi es una mujer hindú a la que se conoce como la "calculadora humana". Nació en 1929 y fue capaz de aprender matemáticas sin ayuda alguna. Asistió a la universidad siendo una niña y viajó por el mundo mostrando sus habilidades. La pequeña era capaz de extraer la vigésimo tercera raíz cuadrada de un número de doscientos un dígitos en cincuenta segundos y en una ocasión multiplicó dos cifras de trece números elegidos al azar en tan solo veintiocho segundos.

Casi un siglo antes, otra niña también había asombrado al mundo de las matemáticas: la rusa Sofía Kovalevski. Estudió álgebra siendo una niña y a escondidas de su padre, quien despreciaba a “las mujeres sabias”. Además, aprendió sola trigonometría y cálculo diferencial. Pero la británica Ada Lovelace, se ganó mucho antes su lugar en la historias de las mentes brillantes cuando diseñó, con apenas trece años y a principios del Siglo Diecinueve, una máquina voladora.

Niños prodigios de estos tiempos

Akrit Jaswal nació en 1993 y se convirtió en el cirujano más joven del mundo cuando realizó su primera intervención quirúrgica de éxito con solo siete años de edad. La verdad, Jaswal no demoró en mostrar sus talentos, pues a los diez meses caminaba y hablaba, a los dos años escribía, a los cinco dominaba el inglés y a los nueve trabajaba como profesor.


Akrit Jaswal

Otro personaje interesante es Michael Kearney, un hawaiano que con sólo 10 años ya tenía un título universitario. Y a ver si aprendemos a convivir con las diferencias, sin menospreciar a nadie, le cuento que este geniecillo tiene diagnosticado un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

Entre los más jovencitos que se conocen está el estadounidense Colin Carlson, que aprendió a leer a los tres años y a los cuatro ya había conseguido disfrutar de toda la saga de “Harry Potter”. A los nueve años comenzó a estudiar en la Universidad.


Colin Carlson

 

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