SARs-Cov2: También va al aire

SARs-Cov2: También va al aire
Fecha de publicación: 
12 Mayo 2021
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Imagen tomada de BBC Mundo

«Los suspiros son aire y van al aire.
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, mujer, cuando el amor se olvida,
¿sabes tú adónde va?
»

Así escribía el poeta romántico Gustavo Adolfo Bécquer, tan citado en otras épocas y entre corazones dibujados.

Pero ahora, además de los suspiros, también va al aire el SARs-Cov2.

Lo ratifican estudios autorizados, suscritos recientemente por la OMS. Es decir, que además de transportarse en las gotículas expelidas como proyectiles al hablar, toser, estornudar, reír…, también el mal bicho se mantiene en el aire por un rato.

Y es por eso que habría que extremar medidas, sobre todo en espacios cerrados, y evitarlos cuando es posible.

Las evidencias ratifican que el virus se propaga, sobre todo, entre personas que permanecen a corta distancia unas de otras. Pero a ello se agrega la constatación de que también los aerosoles —esas pequeñas partículas de saliva o fluido del sistema respiratorio que flotan en el aire— pueden infectarnos cuando las inhalamos, y esas son capaces de viajar distancias superiores a los dos metros, pueden permanecer suspendidas en el aire y ser infecciosas durante unas tres horas.


El nuevo coronavirus bajo el microscopio electrónico. Foto: AP

Han sido halladas trazas del coronavirus, ARN viral vinculado a goticas menores que cinco micrómetros —un micrómetro es una milésima de milímetro—, en sistemas de aire acondicionado y conductos de edificios, adonde solo pudieron llegar mediante aerosoles.

De todas formas, el contagio por la inhalación de esos aerosoles está determinado por la carga viral de las personas presentes en ese espacio cerrado, por las condiciones ambientales —en primer lugar, la circulación del aire y su purificación con aire venido del exterior—, y, claro está, por el uso de mascarillas eficientes.

Si los ambientes interiores, espacios cerrados como hospitales, oficinas, salones de reuniones, centros recreativos, e incluso viviendas, se mantienen mal ventilados y con muchas personas, que permanecen en ellos durante períodos largos de tiempo, entonces las probabilidades de contagio se hacen mayores.

No debe olvidarse, sin embargo, que son tres las vías de contagio: 

-Las gotículas expelidas por personas contagiadas que permanecen cerca de otras y que llegan a los ojos, nariz o boca, y son directamente inhaladas, si no existen barreras protectoras eficientes como nasobucos eficaces o máscaras.

-La inhalación de aerosoles que permanecen suspendidos en el aire.

-El contacto con superficies contaminadas, o fómites, que, al tocarlas y luego llevar las manos sin lavar a los ojos, nariz o boca, igual ingresan al organismo humano. No obstante, en este último caso se ha detectado que el 99% de las partículas infecciosas del SARS-CoV-2 desaparecen tres días después de superficies no porosas.


Gotículas de saliva y fluido del sistema respiratorio expelidos al toser. Foto: tomada de xataca.com

Sin dudas, es más probable el contagio en espacios cerrados que al aire libre, y, por tanto, se nos hace necesario garantizar una buena ventilación de esos espacios, evitando, en lo posible, el uso de los aires acondicionados, que obligan a mantener cerrados los locales y, si no tienen extractores, hacen recircular el aire ya viciado.

Sería valioso que también estas informaciones hicieran replantearse las convocatorias, si no son en verdad imprescindibles, a reuniones y otros eventos que implican concurrencia de varias personas. Donde hay más de dos, hay riesgo.

Usar doble mascarilla no es paranoia, sino inteligente previsión

Como está comprobado que el coronavirus puede permanecer en el aire, se subraya todavía más el uso correcto de las mascarillas o nasobucos. Y si son dos, mejor. No se trata de paranoia ni excesos enfermizos.


Foto: AFP

Desde el pasado febrero, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, según sus siglas en inglés) de EE.UU. comenzaron a sugerir el uso de una doble mascarilla porque la doble protección podía reducir significativamente el contagio.

A tal punto reduce las probabilidades de infección, aseguran los CDC, que llevar una mascarilla de tela sobre otra de las llamadas quirúrgicas puede bloquear el escape del 92,5% de partículas potencialmente infecciosas.

El reconocido epidemiólogo doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas en EE.UU., aseguró en una entrevista al programa Today, de NBC News, que «tiene sentido común» usar dos mascarillas.

«… Si tiene una cubierta física con una capa y se pone otra capa, simplemente tiene sentido común que probablemente sea más efectivo», sentenció. Incluso, con anterioridad Fauci había comentado: «Nada de malo hay en que las personas usen dos máscaras. Yo mismo, a menudo, uso dos máscaras».


El doctor Fauci asegura que llevar doble mascarilla es probablemente más efectivo. Foto: tomada de BBC Mundo

En general, la OMS indica, para cualquier tipo de mascarilla, comprobar su capacidad de filtrado, su ajuste al rostro y la posibilidad que ofrezcan de respirar normalmente. Las de tela, con tres capas y bien ajustadas, pueden ser útiles como otras porque no se trata de tipos específicos de mascarillas, que suelen ser costosos. Incluso, hay países que han comenzado a exigir el uso de doble nasobuco.

Sí es indispensable, en cualquier caso, lavarse las manos antes de ponerse y quitarse el nasobuco, no tocarlo una vez colocado en el rostro y garantizar que cubra de modo ajustado la nariz, la boca y el mentón.

Recientes indagaciones comprobaron que, bien usadas, las mascarillas de tela de tres capas pueden funcionar de forma similar a las quirúrgicas en cuanto a la filtración de las gotas, reduciendo, en ambos casos, la exposición a los aerosoles entre un 50 y un 75 por ciento. Si una persona infectada y otra sana llevan máscaras, se prevé que el uso de tal protección puede garantizar en torno a un 94 por ciento menos de exposición al virus por la forma en que limita la exhalación e inhalación del virus.


No es aconsejable combinar dos nasobucos quirúrgicos porque el objetivo con que originalmente se fabricaron no exige un ajuste perfecto, y llevar dos juntos no mejora el ajuste.

Pero, si, como se ha visto muy reiteradamente, la persona que lleva la mascarilla tiene que acomodarla constantemente a su rostro porque se le resbala, entonces es preferible que la deseche porque no está cumpliendo ninguna función. Si el aire puede entrar por los laterales de la misma o por el espacio entre los ojos y la nariz, estará inspirando y espirando al exterior aire no filtrado, lo cual es más peligroso si ocurre, como arriba se explicaba, en lugares cerrados con mala ventilación.

De todos modos, mientras las investigaciones y las vacunas avanzan, la clave está en cumplir con todas las medidas de bioseguridad indicadas, desde el convencimiento de que, en primera instancia, está en nuestras manos y es nuestra responsabilidad no contagiarnos ni contagiar.

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