Richar, un mundo de símbolos

Richar, un mundo de símbolos
Fecha de publicación: 
27 Noviembre 2020
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Para Ricardo Reyes Ramos no existe mayor satisfacción que visitar su natal Ranchuelo, quizás porque ahí lo reciben cálidamente quienes lo vieron crecer como humorista gráfico o porque, de vuelta a sus raíces, también regresan a él las primeras musas.

En esta ocasión, para celebrar junto a sus coterráneos el aniversario 286 de la fundación de esta ciudad de la geografía villaclareña, el retorno viene con regalo: la exposición Richar Propone, donde afloran temas como el racismo, las desigualdades de género y las relaciones interpersonales, también desde su manifestación en las redes sociales.

Dedicado especialmente a las nuevas generaciones –grupo más vulnerable, según el creador, ante el empleo irracional de las nuevas tecnologías–, la presentación incita al público a tomar conciencia sobre la informatización, un fenómeno muy provechoso en diversas esferas pero, a la vez, generador de serios conflictos en el ámbito privado.

A base de tinta, acrílico y acuarela, los dibujos reflejan la relación entre líneas y rellenos con el mensaje principal, definido como concepto versus línea; cuestión –al decir del artista– indispensable para lograr la complicidad, no solo interpretativa, con el espectador.

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Sobre un trazo limpio y estilizado, con empleo balanceado del espacio, el color y la síntesis, la obra muestra un producto alejado del humor tradicional, y se encamina más bien al análisis del espectro subjetivo que abarca.

Al detectar la precisión y seguridad impresas en las palabras del artista, puede apreciarse rápidamente que se trata de alguien poco convencional, que sitúa la reflexión por encima de las simples risas.

Su formación profesional, desde el principio, ha sido totalmente autodidacta; sobre todo a partir de talleres de artes plásticas en la casa de cultura municipal, donde adquirió rudimentos básicos para perfeccionar la técnica.

Por cuestiones de la vida, estudió Licenciatura en Economía en la Universidad de La Habana; aunque –enfatiza– “lo que sucede conviene”, pues el futuro sorprendió a Richar con inesperadas oportunidades en la capital.

“Cerca del edificio donde radicaba mi facultad, en la calle L y 23, en plena Rampa, existe la galería homónima, donde me hice amigo de la especialista, quien me introdujo en talleres y exposiciones, y así me vinculé poco a poco a la plástica: el mundo de mis sueños”.

Varias personas brindaron apoyo a Ricardo a lo largo de su existencia, hoy las reconoce imprescindibles: el crítico de arte y especialista del Museo Provincial de Santa Clara, José Luis Rodríguez, gracias a quien participó en encuentros anuales donde pintores jóvenes, provenientes muchas partes del país, presentaban exposiciones y talleres teóricos.

El suplemento humorístico Melaíto le abrió las puertas desde muy joven, etapa que –asegura– marcó un antes y un después en su vida laboral, porque además de ampliar conocimientos sobre plástica digital, también le brindó la posibilidad de conocer otras latitudes y exhibir su trabajo.

Colaboró con publicaciones seriadas cubanas como Juventud Rebelde, Palante, Bohemia, Signos, Umbral, Cartacuba y con las mexicanas El gallito inglés y Slam, que de una forma u otra contribuyeron a su superación.
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Cuando le preguntan sobre algún proyecto especial, cuenta sobre sus ilustraciones impresas en el libro Dos Cuentos, una producción del editor colombiano Álvaro Castillo Granada que recoge narraciones del escritor danés Hans Cristian Andersen traducidas al español por el literato Eliseo Diego.

En el año 2005, en Dinamarca, múltiples celebraciones homenajearon el 200 aniversario del natalicio de Andersen; una de ellas tuvo lugar en la casa natal del dramaturgo, y acogió a pintores y artistas gráficos latinoamericanos dentro de los que se encontraba Richard.

 “La expo fue un éxito en cuanto a la calidad de las obras y la cantidad de personas que acudieron a verla, pero lo más provechoso para mí fue el previo estudio minucioso sobre la vida y obra de este ícono de la literatura, pues mi veneración creció al punto de convertirse en uno de mis favoritos”.

La pregunta de qué significa el humor para él resulta un poco trillada; sin embargo, su respuesta sorprende.

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Para Richar este género constituye un proceso catártico de acción depuradora y libertaria, que rompe con sus propios esquemas constantemente; no copia la realidad, sino que la recrea y refleja desde la subjetividad y por ello, insiste, en su obra el receptor no puede limitarse a la simple observación pasiva o inmovil.

Considera su propuesta artística como la búsqueda constante de resortes sicológicos y gráficos para exponerlos sin ambigüedades y, así, lograr que el espectador se identifique a través de un mundo de símbolos y líneas organizadas, que se cuestione y piense.

Ranchuelo, en el centro-sur de Villa Clara, recibe otra vez a uno de sus hijos artistas; otro cubano que va y viene pensando en el suelo patrio, en la gente suya, en el destino de lo posible, y Richar aprovecha –dentro de los códigos del humor gráfico– para seguir siendo reflexivo y auténtico.  (Por Mary Lenia Pérez Cazorla

Comentarios

Hola , me encantaría conocerlo y hablar un rato con usted ,tengo un nieto de 8 añitos que le gusta mucho y que además, lo hace muy bien , la pintura ,la caricatura etc. Admiro su trabajo y gracias por regalarnos su arte.
amloen2infomed.sld.cu
Hola, muchas gracias por leer la entrevista. Me encantaría ponerle en contacto con el artista para que pudiera hablar con él. Remítase a su perfil de facebook y escríbale. Creo que para él será un gusto.
Pérez

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