Resaca Junior: El prestigio consolidado de la lucha a todos los niveles (+Videos)

Es la lucha indiscutiblemente un puntal dentro del movimiento deportivo cubano. No solo por el hecho de emerger como la única disciplina capaz de eslabonar cetros de forma ininterrumpida en Juegos Olímpicos desde la edición de Barcelona 1992, siendo su foja global de (11-6-8) acreedora del duodécimo lugar histórico, sino también por demostrarlo a todos los niveles, incluso entre las damas, donde la práctica de manera oficial y extendida se remonta al no lejano año 2006.

Ahora en los I Juegos Panamericanos Junior de Cali, Colombia, nuestros portentos noveles demostraron seguir los pasos de sus predecesores, al dominar el certamen con un botín de (9-3-3), holgadamente por encima de Estados Unidos (4-2-6) y los anfitriones (2-1-4), nuestros más cercanos perseguidores.

Y no se trata exclusivamente de mantener la hegemonía continental, a lo que se añade el hecho de clasificar las nueve categorías de peso dorada a los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile 2023, sino de modelar otras variables relacionadas al rendimiento de nuestros gladiadores noveles.

Por ejemplo: seis de los exponentes de nuestra comitiva provenían de la cantera de las Escuelas de Iniciación deportiva, o sea, el despuntar de la lucha en la base, y quiénes fueron capaces de aportar tres cetros, dos platas y un bronce.

La lectura principal tras sus rendimientos la hallamos en el hecho de que, a pesar de un deterioro palpable en nuestra estructura de desarrollo deportiva (pirámide del alto rendimiento), la lucha como otros deportes de combate, fundamentalmente boxeo y judo; y el atletismo, continúan siendo los puntales de los rendimientos antillanos en citas multideportivas.

De hecho, esn esta oportunidad en tierras caleñas justamente gladiadores y atletas devinieron los de mayor poder de fuego dorado, a razón de nueve coronas cada disciplina.

A los más “imberbes” se sumaron otros 12 legionarios de tackles y desbalances que desde el alto rendimiento redondearon las 15 preseas de un total de 18 exponentes, a razón de (6-1-2), muestra evidente de que continúa siendo este un deporte de los medulares y sobre el cual hay que desplegar toda la infraestructura y atención necesarios, como el rescate de la Espa Nacional, por solo citar un ejemplo, así como reinstaurar todas las copas pioneriles y otros escenarios de confrontación domésticos en todas las edades.

Lo cual patentaría un desarrollo evolutivo más sólido, eliminando brechas y propiciando una mayor garantía de cara a compromisos internacionales sobre bases homogéneas en materia de componentes técnico-táctico y psicológico, con el debido seguimiento e individualización del trabajo en cada escalón de la pirámide.

Ahora bien, hurgando un poco más profundamente en los estilos hallamos que los grequistas llevaron una vez más la voz cantante al agenciarse cuatro vellocinos por intermedio de Yonat David Véliz (67kg), Alain Andrés Moreno (77), Yan Luis Algudín (87) y el durísimo Jeisser Sampson (130).

Las féminas estuvieron aupadas por la olímpica Laura Herin (53kg), Yainelis Sanz (57) y la descollante Milaymis de la Caridad Marín (76); en tanto a los cuellos de sus homólogos varones Osmany Diversent (57 kg) y Arturo Silot (97) fueron los restantes dos cetros.

Pero de manera general haber sacado una tajada de 15 metales con armada íntegra de 18 efectivos califica como el performance más eficiente sin discusión de toda la delegación de la Mayor de las Antillas.

¿Trabajo para desplegar tras este inicio de ciclo? Muchísimo, desde continuar buscando fortalecer herramientas y elementos técnicos en cada estilo, fundamentalmente en la libre, para continuar disputando la hegemonía continental con Estados Unidos y facilitar una inserción de poder en la élite del orbe en este estilo, en el cual en Tokio solo pudimos arañar el bronce de Reineris Salas, hasta fortalecer el trabajo, tanto en materia de efectividad de las acciones ofensivas como en la defensa a las piernas de pie, y a ras del colchón en cuatro puntos.

Eso, por solo citar algunos elementos medulares en ese estilo, donde la explosividad y velocidad constituyen condiciones prácticamente intrínsecas de gladiadores antillanos, estadounidenses y asiáticos, en contraposición a los sistemas más estáticos y centrados en la fuerza de homólogos europeos.

No descuidar ni un ápice el trabajo con la lucha femenina, la cual evidencia ser la que más distanciada se halla de ese entorno supremo, a pesar de los avances evidenciados en su desarrollo, desde los esfuerzos pioneros del profesor Popi, Elio Garraway luego, y ahora el avezado Filiberto Delgado como timoneles del colectivo técnico.

Nuestras chicas todavía no golpean con total contundencia entre las mejores, amén de preseas en Mundiales juveniles y sub-23, el cetro de Milaymis en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires, y la condición de Lienna de la Caridad Montero como primera en escalar al podio en un certamen del orbe entre adultos.

A lo que también me gustaría agregar el hecho de elevar las capacidades de resistencia física y a la fuerza hacia los segundos periodos de combate, donde en ocasiones nuestros representantes se notan agotados, golpeados por los efectos de desgaste de los duelos campales.

Si tuviera que quedarme con un deporte en Cali, lo haría sin miramientos con la lucha, no solo por su rodillo en materia de resultados, sino también por la forma en que compitieron la gran mayoría de los miembros del plantel, demostrando encontrarse un escalón por encima de sus adversarios, fundamentalmente los grequistas.

De ahí que los halla escogido para este primer desmontaje sobre la base de sus respectivas actuaciones, que además llega para complementar un legado mundialista de (30-28-48) merecedor de la décima plaza entre todos los países, con la extinta Unión Soviética (253-93-69) a la vanguardia; y el segundo puesto histórico a este lado del Atlántico (82-56-50), únicamente superados por Estados Unidos (105-51-42).

Toca seguir apostando con fe ciega a nuestros gladiadores, sea cual sea la arena de combate.