Radio joven, radio eterna

Radio joven, radio eterna
Fecha de publicación: 
10 Septiembre 2022
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Justamente en el año del centenario de la radiodifusion cubana, el Taller y Concurso de la Radio Joven Antonio Lloga In Memoriam regresó a la presencialidad, en la edición 32 de uno de los más emblemáticos encuentros que organiza la Asociación Hermanos Saíz.

La ciudad de Santiago de Cuba acogió a jóvenes radialistas de todo el país, que concursaron en varias categorías y participaron en talleres y sesiones teóricas.

Un tema centró buena parte de los debates: la propaganda radial, y sus múltiples confluencias con otros formatos promocionales y publicitarios. Hay muchos desafíos en ese sentido, particularmente acuciantes en momentos en que se somete al debate público una Ley de Comunicación.

Es preciso renovar maneras de hacer y de entender los mensajes propagandísticos (y también eventuales empeños en la publicidad) en la radio cubana: es un género particularmente difícil, en el que hay que convencer desde la síntesis y la contundencia del concepto. Indudablemente hay talento en Cuba para asumir el reto, pero hace falta propiciar que estén a cargo los mejores profesionales... y para eso debe haber plena conciencia en los entes decisores de la importancia de esa labor.

Mucho más fácil es regodearse en el lugar común, en la consigna de ocasión. La buena radio es la que se piensa.

Y para pensar la radio se hace este festival. Honra el legado de un gran hombre de la radiodifusion cubana, un creador incansable, Antonio Lloga, y ratifica la vigencia de un concepto: radio joven.

Radio joven no es solo la radio que hacen los jóvenes (y de hecho, puede que algunos jóvenes hagan una radio muy vieja); es también la radio que se replantea todos los días y marcha con los tiempos (y varios realizadores de experiencia hacen radio novísima).

El periodista Reinaldo Cedeño lo decía en una de las sesiones de esta edición del Festival: cien años ha cumplido la radio cubana, tiene que haber hecho muchas cosas buenas para mantenerse en la vanguardia de la creación en Cuba. En este país hay todos los días muestras de esa vitalidad. E indudablemente los jóvenes radialistas aportan mucho.

De la radio como medio de expresión artística también se habló en el Lloga.

Desde la concepción misma de un formato, su concreción, desde la consolidación de una manera de decir, de realizar, la puesta en sonido de una idea, desde los disímiles caminos estilísticos (que distinguen géneros y también emisoras)… hay arte en la radio, decidida vocación estética.

Esas prácticas se han ido sedimentando en una tradición, pero es un patrimonio en permanente renovación, como el de las artes todas.

La radio nunca será un objeto de museo, por más que tantas personas le hayan vaticinado su muerte. La revolución tecnológica implica también una revolución formal y conceptual. Ese es el desafío mayor de los que hacen radio.

Identificar esas líneas de evolución, señalar las mejores realizaciones, poner sobre el tapete vicios y lugares comunes, contribuir al establecimiento de jerarquías artísticas, ofrecerles a los oyentes herramientas para el análisis, para el acceso más pleno a la programación… esos son cometidos de un ejercicio crítico que casi brilla por su ausencia en los medios de comunicación: la crítica radial.

A las dinámicas de la radio comunitaria también se dedicaron debates en las sesiones.

Este sábado se darán a conocer los premios de un concurso que organiza la Asociación Hermanos Saíz en Santiago de Cuba. El espíritu es el de hace más de tres décadas: destacar los valores de una radio joven, que es, indiscutiblemente, una radio para todos los tiempos.

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