Pujols, Cooperstown te espera

Pujols, Cooperstown te espera
Fecha de publicación: 
2 Octubre 2022
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Albert Pujols se unió al club de 700 jonrones en Grandes Ligas

A los cubanos amantes de la pelota nacidos en el siglo pasado la figura del dominicano Albert Pujols no le es desconocida.

Precisamente la única incursión del toletero en Clásicos Mundiales de Béisbol fue como parte de aquel trabuco de República Dominicana que cedió ante Cuba en las semifinales de la primera versión, allá por el lejano 2006.

Su amabilidad hacia los peloteros cubanos le hizo granjearse el respeto del colectivo técnico antillano y el de millones de fanáticos del béisbol, que ya lo tenían como un ídolo por sus hazañas dentro del diamante.

Las lesiones le impidieron regresar a estos eventos, y aunque ya declaró que no irá como jugador, sí quiere estar presente con el plantel quisqueyano en la lid de 2023 como parte del grupo de entrenadores.

Será otro premio a su brillante carrera, que cerrará este año a lo grande, pues a pesar de sus 42 años cumplidos acaba de ingresar en el exclusivo club de los bateadores con 700 o más jonrones en el béisbol de Grandes Ligas (MLB).

Nada menos que dos veces sacó la esférica del Dodger Stadium el sábado pasado el toletero de la tierra del merengue en la que será la última temporada de su carrera, y de esta manera sumó su nombre al de Barry Bonds (762 vuelacercas), Hank Aaron (755) y Babe Ruth (714).

De ellos, solamente Pujols y Aaron consiguieron también al menos tres mil imparables, y curiosamente, ambos son los únicos que nunca cerraron una campaña con 50 cuadrangulares.

Eso habla de consistencia y de entrega a los terrenos, además de una salud de hierro, pues mantenerse activo y con rendimiento durante dos décadas es algo al alcance de muy pocos.

El slugger caribeño suma además una historia de amor con la franquicia que lo hizo debutar en la MLB, los Cardenales de San Luis, a los cuales “traicionó” en 2012 cuando firmó un contrato multimillonario con los Angelinos de Los Ángeles, pero se reconcilió al hacer todo lo posible por regresar para dar sus últimas conexiones defendiendo la chamarreta de los pajarillos rojos.

En suelo angelino no pudo contribuir como quisiera a nivel colectivo, pues a pesar de integran un dúo temible con el fenómeno Mike Trout, jamás llegó siquiera a la Serie Mundial y solamente vivieron la postemporada en 2014, cuando ganaron su divisón.

Sí saboreó las mieles del triunfo antes con los Cardenales, precisamente un año antes de mudarse, y todavía impone respeto sobre los diamantes, porque ha decidido más de un juego aún cuando va de retirada.

Este es sin dudas uno de los grandes, y vale recordar, limpio de polvo y paja, porque en plena era de esteroides nunca fue señalado; por eso su puesto en el Salon de la Fama de Cooperstown es apenas cuestión de tiempo, y cuidado no lo consiga con el ciento por ciento de los votos.

 

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