Premios Nacionales de Cultura Comunitaria: lo cotidiano cambia de color

Premios Nacionales de Cultura Comunitaria: lo cotidiano cambia de color
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Fecha de publicación: 
14 Noviembre 2020
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Foto: Tomada de Tribuna de La Habana.

Estimular y reconocer aquellos procesos culturales y sociales, generados por y desde la comunidad, que contribuyan al desarrollo y al mejoramiento de la calidad de vida de la población, es el propósito fundamental del Premio Nacional de Cultura Comunitaria que ha sido otorgado en su edición de 2020.

Abel Antonio Ramos, licenciado en la Universidad Pedagógica Enrique José Varona de La Habana, compositor de música infantil y director del proyecto Cascabelitos, recibió la noticia del otorgamiento del galardón en voz de Carlos Alberto (Tin) Cremata, presidente del jurado que otorgó el lauro. "Prepara el corazón Abelito –cuenta el artista sobre el momento en que recibió la noticia–, porque tu proyecto es Premio Nacional de Cultura Comunitaria. Me emocioné tanto que solo pude darle las gracias a medias"..

En la Casa de transformación comunitaria del consejo popular de La Güinera, del municipio capitalino de Arroyo Naranjo, nació el coro Cascabelitos hace ya más de una veintena de años, encaminado a potenciar valores éticos y estéticos a través de la música coral.

Aunque el principal eslabón es el arte de los acordes y las melodías, se imparten, además, talleres de canto, guitarra, actuación, danza y artes plásticas, a los cuales asisten hoy cien niños y niñas de entre cinco y 16 años.

Los resultados de ese trabajo continuo con las más nuevas generaciones le han valido, entre otros reconocimientos, las nominaciones al Grammy Latino en 2001 por el disco Así cantan los niños de Cuba; y al Cubadisco 2008 por el fonograma Para despertar la mañana.

"El logro más importante ha sido el aporte nuestro a la unidad de las familias, a la formación y transformación humana del carácter y de la personalidad de muchos jóvenes que hoy, en diversas profesiones, manifiestan su agradecimiento por la contribución a los valores enseñados, basándonos en el respeto mutuo y los frutos del amor", manifestó el Director del proyecto.

El bichito del arte en la ruralidad cienfueguera

El proyecto Con la luz de los colores, que se gesta desde el año 2005 en el consejo popular de Arriete-Ciego Montero, en el municipio de Palmira, Cienfuegos, ha sido reconocido también con el Premio Nacional de Cultura Comunitaria 2020.

El profesor instructor de Artes Plásticas, Francisco Carvajal Piloto, quien dirige el proyecto, subrayó que llevan a cabo un trabajo sistemático en localidades menos favorecidas del municipio –culturalmente hablando–, en estrecha vinculación con el Inder y los instructores de arte de las Brigadas José Martí (BJM).

«Hemos sido definidos por el Centro de Intercambio y Referencia de Iniciativa Comunitaria como un ideal “paridor”, debido a que nos hemos ramificado en otros proyectos afines», apuntó.

El conjunto gestor está conformado hoy por un grupo etario diverso que va desde niños, adolescentes, jóvenes, amas de casa, jubilados y ancianos, hasta los impulsores afiliados a distintas organizaciones de masas, instituciones y entidades que afianzan hasta el día de hoy los frutos de Con la luz...

"Este proyecto ha sido capaz, desde la cultura, de transformar de manera sana el actuar de la gente; ha incentivado la sensibilidad por las manisfestaciones culturales y ha propiciado una mejor apreciación de las obras, y lo más importante: ha sembrado el bichito de la curiosidad en las personas, pues ya nos buscan con el objetivo de conocer las propuestas que tenemos y en qué pueden participar ellas también", afirmó Francisco Carvajal.

La frescura y nobleza del monte

Con más de medio siglo de ejercicio en lo que para él es la sagrada y bella misión de llevar el arte a la comunidad, Alberto «Veguita» Vega Falcón (1944), el premio nacional de Cultura Comunitaria 2020 en la categoría de Personalidad, es un ser humano que lleva en su sangre tanto la vocación de servicio como el amor a su tierra.

Veguita trabaja en todas partes, ciudades y campos, pero ama la manigua. Desde siempre este hombre, límpido y sano, al punto de que pareciera irreal en un mundo de tanto intelectual susceptible y dispuesto a blandir el sable a la mínima ocasión, lleva en su naturaleza la frescura y la nobleza del monte.

Sus versos han tenido a este último de referente, así como a los habitantes de esa campiña cubana a la que idolatra y canta en su obra poética el autor de los libros Redondillas cubanas, Décimas, Canto a María Coralillo y otros sonetos, Estampas guajiras...

Veguita, en la antesala de uno de sus poemas, escribió: "Cuba es una nación de rica historia de intelectuales revolucionarios. Hay que ser consecuentes (…). Es preciso dar la cara, sentir las injusticias de este mundo como si fueran nuestras y combatir al imperio, en todas sus variantes exterminadoras (…)". Claras palabras que no pierden vigencia.

Cabildo Kunalumbo, más de dos siglos de historia

El grupo Cabildo Kunalumbo San Francisco de Asís, perteneciente a la Casa de Cultura Enrique González Mántici, del municipio de Sagua la Grande, en Villa Clara, agrega este año un lauro más a su rica historia de más de dos siglos de existencia, al recibir el Premio Nacional de Cultura Comunitaria, en la categoría de Agrupación-Institución.

Nacido en Pueblo Nuevo, uno de los barrios periféricos de la urbe sagüera, el Cabildo Kunalumbo es considerado como el más antiguo de Cuba, cuyo origen data de la primera década del siglo XIX. En sus inicios, estuvo integrado por antiguos esclavos bantúes, aunque identificados por la población como de origen congo, por lo que se le conoce también como el Cabildo de los Congos, a quienes se fueron sumando hombres y mujeres llegados desde diferentes puntos del territorio central de Cuba.

Para Pablo Santiago Font Navarro, coronado como Rey del Cabildo, en 2008 junto a Isabel Cabrera Alfonso, ya fallecida, el principal mérito de esa institución cultural es haber mantenido las tradiciones africanas en la localidad y constituir una fuente de valores éticos y estéticos que han matizado la vida espiritual y religiosa de la comunidad.

Ese arraigo, y la contribución a la recreación de la población perteneciente al consejo popular de Coco Solo–Pueblo Nuevo, han sido tenidas en cuenta para otorgarle el alto reconocimiento.

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