Mientras Cuba salva, la mafia anticubana apuesta por la muerte
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Los senadores anticubanos en EE.UU. Marco Rubio y Bob Menéndez
A pocos días de que la Asamblea General de la ONU vuelva a expresar de manera contundente su rechazo al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, los senadores anticubanos en EE.UU. Marco Rubio y Bob Menéndez, presentaron un proyecto de ley para restablecer un programa migratorio que favorece a médicos cubanos para, según ellos, combatir la presunta "trata de personas" a la que los profesionales cubanos son sometidos por el gobierno de La Habana.
La propuesta de estos "humanitarios" personajes no tiene nada de novedosa. Por lo visto se trata reeditar el llamado plan Cuban Medical Professional Parole (CMPP) de 2006, diseñado durante la administración Bush, para volver a estimular la deserción de los médicos cubanos.
Suspendido bajo la Administración del presidente Barack Obama (2009-2017), el Cuban Medical Professional Parole (CMPP), que facilitaba que los médicos, y cierto personal de asistencia médica cubano, apostados en el extranjero fueran elegibles para solicitar asilo en cualquier embajada estadounidense, a la larga resultó ser otra estafa de la mafia anticubana de Miami.
En abril de 2011, El Nuevo Herald apuntaba sobre el tema: "Decenas de médicos cubanos alentados a desertar a Estados Unidos se enfrentan ahora con demoras en la obtención de residencia y ciudadanía, ya que en la isla cuando eran jóvenes pertenecieron al Partido Comunista o a organizaciones afiliadas como la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), según varios abogados de inmigración y activistas que defienden los derechos de los inmigrantes en el sur de la Florida. Las demoras son un problema inesperado para algunos de los médicos que tenían la esperanza de ser recibidos con los brazos abiertos bajo un programa aprobado por la administración Bush en el 2006 como una forma de socavar la “diplomacia médica” de Cuba, en virtud de la cual miles de médicos son enviados a trabajar en el extranjero".
Y por esos mismos días, un cable de la agencia AP señalaba que a los "médicos cubanos que desertaron de misiones en el exterior se han encontrado con una contradicción frustrante en la medicina estadounidense: se les permite entrar en el país porque son médicos, pero no se les permite ejercer porque Cuba se niega a enviar o certificar su desempeño académico".
Sin embargo, los propósitos de los de los senadores Marco Rubio y Bob Menéndez, antes como ahora, siguen siendo, en esencia, los mismos. Si en el 2010 un cable de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, hecho público durante el destape de Wikileaks, revelaba que "la intención de la diplomacia estadounidense era la de desprestigiar, usando todos los métodos posibles, uno de los grandes logros de la Revolución cubana, la salud pública"; hoy se trata de acrecentar, a su más perversa expresión, el bloqueo genocida contra Cuba.
Lo vergonzoso en este caso es que la nueva variante del CMPP intenta reeditarse nada menos que en medio de la pandemia de la COVID que Cuba ha resistido bajo la presión de 243 medidas de bloqueo instauradas, -con la asesoría de esos mismos personajes-, durante la administración Trump y que la actual administración aún mantiene vigente.
Como denunció recientemente en su cuenta de Twitter el canciller cubano, Bruno Rodríguez, solo entre abril 2019 y diciembre 2020, el bloqueo de EEUU a Cuba causó pérdidas por 9 mil 157 millones USD.
La publicación en Internet The Intercept señaló hace solo unos días que mientras el Gobierno estadounidense habla de apoyar la vacunación mundial las sanciones contra Cuba y Venezuela evidencian lo contrario.
"Aunque la administración Biden se comprometió a liderar los esfuerzos internacionales para distribuir vacunas en todo el mundo, las restricciones económicas para hacer negocios con Cuba y Venezuela amenazan con socavar esa misma promesa", advirtió la publicación en internet.
Entre dichas restricciones destacan la negativa de entrada a La Habana el pasado año de un donativo de ventiladores pulmonares mecánicos, kits de diagnóstico, mascarillas y otros insumos médicos necesarios para enfrentar la COVID-19, enviado por la compañía china ALIBABA, el cual no pudo arribar a territorio cubano.
Como parte de la extraterritorialidad de ese bloqueo, la "nueva" propuesta de los senadores anticubanos tan "preocupados" por las condiciones laborales de los médicos cubanos, no solo antenta contra los derechos humanos en Cuba, sino que atenta contra la vida de decenas de miles de personas en el mundo.
Según datos del Ministerio de Salud Pública, en casi seis décadas, 420 mil profesionales cubanos, presentes en 150 países, realizaron más de 14 millones 500 mil operaciones quirúrgicas, cuatro millones 470 mil partos y salvaron ocho millones 700 mil vidas. Más de 30 mil 407 trabajadores del sector han brindado asistencia en 66 naciones, distribuidos en brigadas médicas permanentes y otras del contingente internacional de médicos especializados en situaciones de desastres y graves epidemias y la nación caribeña envió alrededor de 57 grupos del Henry Reeve, para contribuir con el enfrentamiento a la pandemia de la Covid-19 en 40 Estados y territorios.
Mientras gobernantes y políticos en el mundo entero abogan por la solidaridad entre naciones como la única solución para superar los efectos de la pandemia, quienes apuestan por la muerte en el Congreso de EEUU, develan, ante la opinión pública, su ruindad moral cuando persisten en defender uno de los mayores fracasos políticos de todos los tiempos: el bloqueo genocida contra Cuba.
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